Autor: Guillermo Chávez cronicadaustraltemuco. Cl
A cincuenta años de las Jornadas Nerudianas para despedir al poeta
PABLO NERUDA Y JORGE TEILLIER CON ESTUDIANTES EN EL CENTRO DE LAUTARO. Odo ocurrió demasiado T rápido aquel fin de año de 1970.
Chile asomaba recién a un esperanzador proceso de igualdades sociales con el flamante Presidente socialista Salvador Allende a la cabeza de un Gobierno Popular, cuando otras necesidades básicas como la cultura y el arte comenzaron a exigir su espacio en este nuevo Chile.
En Temuco, dos jóvenes profesores, Guillermo Quiñones y Osvaldo Obregón, del Departamento de Idiomas de la Universidad de Chile iniciaron los preparativos para despedir en su ciudad natal al poeta Pablo Neruda recientemente nombrado embajador de Chile en Francia, elaborando un extenso programa que incluía la presencia del vate en varios lugares de Cautín. Todo comenzó en aquel vertiginoso año de 1970.
Desde mediados de los '60 que Neruda ya se encontraba avecindado en Chile sin muchas ganas de moverse, haciendo vida de poeta glotón, bebedor y bueno para hacer amigos en su pequeño paraíso de Isla Negra, al que todos llegaban con cualquier pretexto y en donde su esposa Matilde dio cobijo a una sobrina media caída en desgracia con una pequeña hija. Hasta aquí la historia oficial.
Lo que sigue lo cuentan Enrique Lafourcade y Jorge Edwards: Alicia, la sobrina, despertó en el poeta aquellos recuerdos oceánicos de sujuventud y una mañana en que se encontraban ambos luchando contra los oleajes de las sábanas, Matilde Urrutia los encontró encamados y corrió donde su amigo Allende recién sentándose en el sillón presidencial.
“Salvador -le dijopadre es un viejo cochino y vengo a pedirte que lo saques de inmediato del país”. Allí comenzó el último periplo por el mundo del poeta que una vez nombrado por Allende embajador en París, sobre la marcha los dos profesores temuquenses discurrieron la forma de rendirle un homenaje sin imaginar que sería el último en estas tierras sureñasalas que nunca más volvió.
EXTENSO PROGRAMA Un sencillo cancionero con poemas del vate y el programa completo de los siete días de jornada, fue impreso y distribuido por los organizadores, el Universidades Técnica del Estado y de Chile sede Temuco (actual Universidad de la Frontera) organizaron del 9 al 14 de diciembre de 1970 una semana de actos y homenajes de congratulaciones a Pablo Neruda, recién nombrado Embajador de Chile en París.
Quien sería el próximo Premio Nobel de Literatura en 1972, llegó a Temuco sin avisar tres días antes del inicio del programa, eludió la mayoría de los actos, evitó viajar a algunas ciudades, pagó una habitación sin ocuparla y se marchó al segundo día de jornada.
Que contemplaba las actividades a realizar desde el miércoles 9 y hasta el martes 15 en todos los lugares preparados por los profesores Quiñones y Obregón, actos que incluían la participación de poetas y escri- “AAA EN CALLE PORTALES, AL LLEGAR A PRAT, UN LIENZO ANUNCIABA LAS JORNADAS NERUDIANAS DE DICIEMBRE DE 1970.
Tores ya reconocidos, como María Maluenda, Juvencio Valle, Oscar Hann, Hernán Loyola, Efraín Barquero, Sergio Hernández y Hugo Montes, acompañados de la hornada joven compuesta por Jorge Teillier, Jaime Concha, Omar Lara y otros extraviados en caminos ajenos, todos lamentando aún la muerte de Teófilo Cid.
La sorpresa la dio entonces el propio vate homenajeado, quesin ningún aviso arribó sorPresivamente durante la lluviosa tarde del domingo 6 con un equipo completo de camarógrafos del canal de la Universidad Católica, liderado por el cineasta Hugo Arévalo con la misión de filmar un par de documentales en diversos sectores entre Imperial y Carahue.
PUNTO DE PRENSA La presencia de Neruda en Temuco fue advertida de inmediato y en el Hotel Aitué, dondesupuestamente pernoctaría con su esposa Matilde, se improvisó rápidamente una conferencia de prensa a la que asistieron tres periodistas locales, entre ellos nuestro conocido colega de El Austral, Arturo Zúñiga, que hoy radicado en Angol hace escuetos recuerdos de ese encuentro. “... POco tengo que contar pues se trató de sólo una entreVista un domingo en la noche, estando yo de turno en el Diario. Aquella vez fui y me encontré con este cristiano que con su calma habitual y amable llegó con otros próceres que yo no conocía y al lado. Fue una entrevista sin mayor relevancia pues se trataba de otra visita como tantas otras anteriores, como cuando llegaba a visitar el Mercado, a comer salmón o a recorrer los pueblos chicos.
Eran visitas no habituales pero siempre con los mismos recorridos”. A cincuenta años de este encuentro, Zúñiga advierte que “casi no fue una entrevista, sino una conversación amena como son las conversaciones con un tipo de esa envergadura cultural en la que uno se limita solamente a escuchar, porque si hace cualquier tipo de pregunta se puede enredar EL AUSTRAL ARTURO ZÚÑIGA, PERIODISTA DE TURNO QUE ASISTIÓ AL PUNTO DE PRENSA. EL AUSTRAL MARIO SAN MARTÍN PREPARÓ EL MASIVO ACTO EN NUEVA IMPERIAL. Fives » | “Tengo un pacto de amor con la hermosura Ns Tengo un pacto de sangre con mí pueblo” ICI AAA O PEQUEÑO POEMARIO QUE FUE DISTRIBUIDO GRATUITAMENTE ENTRE LOS ASISTENTES A LA INAUGURACIÓN. JÓVENES DEL CORO DE LA UNIVERSIDAD TÉCNICA DEL ESTADO EN UNO DE LOS ACTOS EN LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE TEMUCO. ABAJO, MARIO RODRÍGUEZ, MARÍA MALUENDA, HERNÁN LOYOLA Y JAIME CONCHA DURANTE UNA MESA REDONDA. ARCHIVO UFRO LA RECEPCIÓN A LOS POETAS EN NUEVA IMPERIAL -CON JUVENCIO VALLE AL CENTROFUE CON BOMBOS Y PLATILLOS. (viene de la página anterior) y suena. Neruda estaba a años luz de nosotros.
Si bien su obra parecía ser muy simple, muy poca gente se percataba lo que había por dentro... ”. EN FAMILIA Advertimos en esta historia que el Hotel Aitué aparece comoel lugar donde el poeta y su esposa pernoctaron durante aquellos días. Pero la verdad, según lo confiesa hoy la familia Reyes-Herrera, fue una pantalla para desviar a los periodistas y curiosos y evitar así que merodearan por la vieja casa de calle Lautaro. Ello permitiría que Neruda y Matilde disfrutaran de la hospitalidad de la señora Lila Herrera, madre de los sobrinos Reyes, y del dormitorio exclusivamente reservado para ellos.
Del mismo modo, el arribo de Neruda a Temuco aquel domingo 6 de diciembre poca relación tenía con las Jornadas programadas para esasemana, ya que los primeros días los dedicó a grabar escenas delos documentales “Trenes” “El Sur” y “Maderas”, por lo que temprano el lunes debió trasladarse hasta Imperial y Carahue a bordo de la locomotora 588, la misma en la que trabajó su padre y conducida esta vez por el maquinista Héctor Godoy.
Al fin del viaje el poeta deseó ser trasladado a Puerto Saavedra para visitar a su amigo Chito Pacheco, pero las labores del equipo no se lo permitieRon y a regañadientes, como un niño taimado, debió regresar a Temuco para estar presente la mañana del miércoles 9 en el acto público de recepción en la “Plaza del Manzano” y por la tarde en la ceremonia de inauguración oficial de las Jornadas en el Teatro Central.
POETA AUSENTE Los seis días siguientes no registraron la presencia del poeta en el programa, pues tenía previsto su regreso a Santiago para el jueves 10, en el vuelo 614 de LAN, a las 16.30 horas, aunque por la mañana viajó a Lautaro y recorrió lugares con Jorge Teillier. En tanto, las Jornadas continuaban en los actos realizados en Lautaro, Imperial, Victoria y Pitrufquén, además de los realizados en la Biblioteca Municipal y el Colegio Santa Cruz de Temuco. Para su despedida, se le realizó en el aeropuerto Maquehue un último homenaje con un esquinazo por el conjunto de la Escuela N” 16 del sector, dirigido por la profesora Ana Rieu. Las palabras finales estuvieron a cargo del Director Provincial de Educación, don Ramón Morales, y con una cueca que el poeta cantó y bailó con una dama identificada más tarde como Raquel Riquelme. LA FIESTA CONTINUA Tras la partida del poeta, las jornadas continuaron y en Nueva Imperial, el joven profesor Mario San Martín afinaba los detalles para el acto del día lunes 13.
Radicado desde hace muchos años en la comuna de Las Cabras, provincia de Cachapoal perteneciente a la Región del Libertador General Bernardo O'Higgins, San Martín no olvida los contratiempos para realizar un acto poético a los habitantes de la pequeña ciudad de Nueva Imperial. “Yo era cabro joven, tenía veinte años cuando recibí una extraña solicitud desde la Universidad de Chile en Temuco: organizar un acto que se realizaría en Nueva Imperial para recibir al poeta. Me llamaron de la universidad a fines de noviembre, pero no me enviaron ni un peso para gastos, así que tuve que arreglármelas solo para conseguir el local.
Lo que me entregaron sí fue mucho material, entre ellos un centenar de folletines con poemas que hoy valen oro”, recuerda en estos días el famoso nerudista, propietario de la segunda colección más completa del país de obras del Nobel. “Ya el ambiente político en el país estaba encrespándose. El alcalde de Imperial era don Guillermo Seguel Cuevas, radical de derecha y ex director de una escuela básica de Imperial. Como la poesía abre muchas puertas, el alcalde me ofreció lo que quisiera. Y entonces me tiré por el Teatro Municipal. Cuenta con ello, me respondió entusiasta.
Pero tenemos que hacer algo más -me dijo. ¿Qué te mandamos a hacer medallas de oro para entregarle a las visitas? casi me voy de espalda porque era mucho más de lo que le estaba pidiendo... ”.El aporte municipal, según cuenta San Martín, concluyó con una comida en el salón del Cuerpo de Bomberos. “El acto resultó una maravilla, hasta con La Banda Municipal para recibir alas visitas. Mientras, en el teatro se proyectaba una película para las cerca de mil personas reunidas. Luego, ese mismo día, fuimos a Almagro a conocer la casa de Juvencio Valle”. Mario San Martín fue una de las 60 personas que acudieron al aeropuerto a despedir al vate. “Lo recuerdo hasta el día de hoy.
A última hora consiguieron una micro y pude llegar con un par de Libros y algunos folletos para que me los firmara, hasta que Matilde se interpuso, le arrebató los textos de la mano y me advirtió ¡ el poeta está cansado!”. Desde entonces, San Martín es un obseso por conseguir todo documento que contenga la firma del Nobel. Su última adquisición es el “Canto General”, dedicado con tinta verde a su amigo Salvador Allende... ag