Autor: ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
“Sobre Gabriela ladeada a lo biográfico” curiosidad muy Mistral, percibo una
“Sobre Gabriela ladeada a lo biográfico” curiosidad muy Mistral, percibo una E ARTES Y LETRAS REVISTA DE LIBROS DOMINGO 27 DE ABRIL DE 2025 Si el interés político lleva a leerla, bueno, pronto se La cueva de Tutankamón consigna suena más, pero ya serán un acorde”. volverá literario, ella los seducirá.
Por ahora la estaba sin pasaporte en el exilio”. Neruda no la tragaba mucho, pero le servía: fue defendido por Mistral cuando Fue uno de los dos especialistas que revisaron, antes que nadie, el legado que dejó Dana de los papeles de Mistral. ¿Cómo fue ese momento? Se debió a Elizabeth Horan, ella le aconsejo a Doris Atkinson que me convidara. El rector de la PUC me autorizó a ir. Me acompañó Carmen, mi señora. Al entrar al departamento que contenía todo el material, nos sentimos como Carter al entrar al mausoleo de Tutankamón. Me llamó la atención la estrechez del departamento arrendado por Doris Atkinson para meter toda esa papelería con tomos hasta en la bañera.
Teníamos el asombro de Carter, pero sin el espectáculo de oro y lapislázuli. ¿Cuántos días estuvieron revisando papeles? Estuvimos 15 días faenando: Elizabeth Horan en documentos para biografía, yo en detectar material inédito e irlo fotografiando. Aún este legado que se guarda ahora en nuestra Biblioteca Nacional no está totalmente publicado ni estudiado porque es enorme, requiere muchos especialistas y fondos para editarlo. Usted editó Almácigo, sobre esa fase poética, pero fue una edición por ley de donaciones, que no llegó a librerías.
Creo que falta que Almácigo sea editado accesiblemente para que sus 200 poemas completen la poesía de Gabriela Mistral, una poeta que partiendo del casi cero cultural de su Montegrande, desierto de biblioteca, fue probando desde la caligrafía a la religión y desde las sorpresas del amor a las sorpresas de las traiciones. Esa persona no puede eliminar la impronta de su vida en una obra, porque ella misma es su propia poesía. La palabra inventada ran cartas de Shakespeare, todos querríamos leerlas.
Neruda versus Mistral A Gabriela Mistral parecía costarle vivir en Chile y entenderse con sus compatriotas. ¿Tenía tan mal carácter, como se dijo? ¿ O son mitos? Sobre su carácter, hay versión pésima y versión óptima. Concluyamos que dependía de ante quien se encontraba: la fastidiaban los tontos, la alertaban los espías, la apenaban los materialistas. En cambio, entre amigos y gente afín, era encantadora, contaba anécdotas, tenía humor, picardía, sarcasmo.
En general, los chilenos le daban una sensación viscosa y el Chile post 1924 ya no era su Chile clásico, portaliano, sobrio, por eso se las arregló para vivir en la agridulce paz de su extranjería. ¿Existió una relación entre Neruda y Mistral? ¿ De respeto, indiferencia o antagonismo? De parte de ella, hubo una ejemplar admiración por el poeta y un consecuente rechazo al político. Su genialidad está en el formidable su exilio.
Una admiración demostrada en “Recado sobre Pablo Neruda”, un rechazo confiado en sus cartas y un apoyo arriesgado para defender a Neruda durante ¿ Y de parte de Neruda? Neruda no la tragaba mucho, pero Mistral le servía: fue defendido por ella cuando estaba sin pasaporte en el exilio. El inacabado “Poema de Chile”, editado por Doris Dana, ¿es un producto menor de la poeta? El Poema de Chile es un producto distinto al resto de su obra, pero no un producto menor. Es un extenso corpus de poesía didáctica a lo Georgias de Virgilio que la poeta no alcanzó a publicar, a darle su Nihil Obstat. Allí inventó un Chile gabrielado, onírico, con matices de utopía. Contiene estupendas descripciones del desierto, la selva, montañas.
Unos 15 poemas de gran brillo bastan para exonerarlo del cargo de sub opera. ¿Es muy identificable la prosa de Gabriela Mistral? ¿ Queda algo por descubrir? “La prosa de Gabriela Mistral es inconfundible por la sintaxis y el vocabulario. La clásica secuencia gramatical de una frase, ella suele cambiarla y mejorarla con un orden más de conversación que de página, y a veces la hilera logra la soltura del hipérbaton latino. En cuanto al léxico, es culto y campestre, antiguo y moderno, siempre exacto, altamente expresivo. Si no existe la palabra que necesita, la inventa, por ejemplo: mujeril, agriura, miguelangelea, talentudo.
Aún falta leer intensamente lo que ella ha publicado, hasta tener toda la prosa abarcada y comprendida, incluidos, por ejemplo, sus textos en “El Mercurio”. Usted también es artista visual, ¿qué describiría las imágenes en la poesía de la poeta? Con toda la originalidad que posee en la forma, Gabriela Mistral efectúa, a su vez, la comunicación de sentimientos e ideas originales, profundas, bien armadas de sensorialidad.
Todo lo que siente ante los campesinos sin tierra propia, ante los niños mal nutridos, ante los judíos atacados, ante el descalabro de Europa, ante la decadencia del cristianismo, en fin, toda su reacción a la realidad esta expresada yo diría que “en colores”, pintada en grande como un enorme mural. Un ejemplo de visualización cromática es cuando escribe en Animales: “hubo un tiempo en que el mundo fue más color que forma. Era la juventud del mundo. Dio vueltas y vueltas hasta enfriarse.
Solo le quedan hoy algunos viejos rescoldos perdidos: los faisanes, el pavo real, las granadas”. AELOREIVAJOCSICNARF “S e sentía el calor a través de la escritura”, recuerda Luis Vargas Saavedra (1939) sobre su primer contacto con un texto de Gabriela Mistral.
“Tenía 16 años y leí en “El Mercurio” una prosa suya sobre el desierto mexicano que me impactó: no se parecía a nada y comunicaba espléndidamente emoción e idea, con los cinco sentidos al máximo. ¡Más que un encuentro, fue una colisión! Se volvió entonces una urgencia leer todo lo que hubiera escrito en prosa, más su poesía. En 1954 esa obsesión era una excentricidad, pues solo una persona, don Roque Esteban Scarpa, se interesaba en Gabriela Mistral.
Además, todavía sus recados no tenían edición, y solo existía un libro de su poesía: Desolación, faltaban nada menos que Tala y Lagar”. Este precoz interés marcó al joven Vargas Saavedra, que terminó estudiando un doctorado en letras en la Universidad Central de Madrid, con una tesis sobre Mistral dirigida por el mismísimo Dámaso Alonso. Después, en su trayectoria como académico, investigador y escritor, su interés en la poeta chilena se volverá una constante. De hecho, fue protagonista principal cuando Doris Atkinson (sobrina de Doris Dana) pidió ayuda experta para organizar la gran cantidad de material literario que había heredado de Dana.
Durante la entrevista, responde con agudeza, enumera con seguridad sus poemas p r e f e r i d o s d e Mistral “El hijo” (Desolación), “Una palabra” (Lagar) y “Recado de nacimiento” (Tala), traza un recorrido por su vida y obra. Y, claro, se refiere a las recientes polémicas.
Hoy tenemos una “Mistral pop”, pero por mucho tiempo se despreció su obra. ¿Por qué ocurrió eso? Ningún genio queda despreciado e ignorado, así que hoy vemos que Gabriela Mistral esta siendo averiguada y ojalá leída. Antes fue puerilizada por sus colegas, el gremio de la envidia, es decir el de los profesores. Todo el aparato pedagógico la saboteaba y logró reducirla a “Piececitos de niño, ” sin darse cuenta (como Nicanor Parra) cuán marxista era ese poema. El boicot duró hasta que se la comenzó a leer, comentar y sentir por críticos sin envidia, con justicia literaria.
Hoy, tras haberla estudiado toda una vida, ¿cómo definiría su genialidad literaria? Siento que su genialidad reside en su formidable dominio y uso del castellano, el heredado y existente, más el enriquecido cuando necesita inventar una palabra que se entiende de inmediato y asombra que no hubiera existido antes. Con el idioma dominado, Gabriela Mistral expresa una visión muy rica en matices éticos que incluyen lo filosófico, un conjunto platónico-católico exbudista compartido con convencimiento.
Facetas y matices Estamos celebrando el aniversario de su Nobel. ¿Percibe un interés genuino por la obra de Mistral? ¿ O es más bien político? Me temo que ahora se ha producido una curiosidad demasiado ladeada a lo biográfico, y en lo biográfico, a lo lésbico. En Chile siempre había el rumor, pero sin pruebas.
Y con la donación de sus manuscritos a la Biblioteca Nacional, llego la evidencia epistolar: “La estatua es de cera y no de oro”. Hoy parece que el interés por su poesía y su prosa cunde entre las nuevas generaciones. Y si el interés político lleva a leerla, bueno, pronto se volverá literario, ella los seducirá.
Por ahora la consigna suena más, pero ya serán un acorde. ¿Existe una “fase sáfica” como usted la llama en la poesía de Gabriela Mistral? Durante su vida, ella cuidó mucho su imagen pública por decoro y protección ante los Ministerios de Educación y Relaciones Exteriores, de los cuales recibía salario, ya que no vivió de sus libros.
Con el acceso a sus manuscritos hemos conocido zonas de su arte y de su vida que ella protegiera: el safismo (prefiero ese término porque reconoce a la gran poeta griega). ¿Importa? Cada uno tiene el derecho a responder si le importa por estética o por ética, si eso cambia la obra o si eso es un escándalo. Me parece que ninguno de tales efectos. Porque la obra no se devalúa ni hay ya tal escándalo hoy. ¿Es una fase entre varias de su poesía y su vida? “Sí.
Hubo la fase heterosexual antes de salir de Chile en 1924, hubo la fase teosófica, luego budista, regresó después al catolicismo en la Orden Tercera de San Francisco y siempre se apoyó en la creencia en la reencarnación. Visos o matices sutiles debe haber: la poesía de Mistral es facetada e irradia interpretaciones distintas, que hasta pueden coexistir. La homosexualidad de un artista no altera la excelencia estética de su obra porque naturalmente no puede un factor físico menoscabar una creación psíquica. Creo que con el tiempo se calibrará a Gabriela Mistral como a Oscar Wilde. “Con el acceso a sus manuscritos, hemos conocido zonas de su arte y de su vida que ella protegiera, como el safismo. ¿Importa?”, se pregunta el académico e investigador. Desde Madrid, habla sobre la actual “Mistral pop”, el carácter de la poeta, su léxico “culto y campestre, antiguo y moderno, siempre exacto” y la trenza entre su vida y su obra. En 1954 me obsesioné con sus textos.
Era una excentricidad, solo Roque Esteban Scarpa se interesaba en Gabriela Mistral”. dominio y uso del castellano, el heredado y existente, más el enriquecido cuando necesita inventar una palabra”. ESPECIALISTA EN LA POETA La mirada de Luis Vargas Saavedra:. ESPECIALISTA EN LA POETA La mirada de Luis Vargas Saavedra: