Una conversación ilustrada
Una conversación ilustrada Señor Director: Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo, se ha repetido que es parte inseparable de la libertad de expresión. Pero no se ha dicho suficientemente que la libertad de expresión no es un privilegio de algunos ni es exclusiva de los periodistas. Es parte de los derechos de todas las personas en un Estado democrático.
La Ley "Sobre libertades de opinión e información y ejercicio del periodismo”, confirmó esta libertad, aunque aclaró que existe una distinción entre periodistas ("quienes estén en posesión del respectivo título universitario, reconocido válidamente en Chile, y aquellos a quienes la ley reconoce como tales”) y quienes, sin ser profesionales, ejercen "la actividad periodística”. En otras palabras, todos podemos ejercer el periodismo, pero solamente quienes tenemos el título de tales podemos definirnos como periodistas. Es un hecho de la causa, que no les gusta a muchos periodistas, pero que solucionó un eventual conflicto entre la libertad de expresión y el profesionalismo de los graduados universitarios.
Me permito esta observación porque encuentro torpe y mal informada una carta abierta publicada con el membrete del Colegio de Periodistas y suscrita por su Consejo Metropolitano, en que cuestiona la "conversación" entre Felipe González y el comentarista Carlos Peña.
Durante más de dos décadas fui profesor en la Escuela de Periodismo de la UDP y aunque a veces tuve diferencias con su actual rector (y también muchas afortunadas coincidencias), no se me ocurriría poner en duda su capacidad para entablar un diálogo con un personaje de la estatura del expresidente del gobierno español. Para ello basta con ser una persona informada. ABRAHAM SANTIBÁÑEZ Periodista