Isabel Orellana Acevedo: Toda una vida dedicada a las hortalizas
Isabel Orellana Acevedo: Toda una vida dedicada a las hortalizas Claudio Aguilar Bulnes Asus 50 años, Isabel Orellana Acevedo valora su vida vinculada a las tradiciones campesinas. Creció viendo a su familia cultivar la tierra en una zona donde las hortalizas representan el sustento de muchos. Hoy, casada hace 25 años y con cuatro hijos, asegura que no cambiaría ni un momento de los vividos. Reconoce que todo ha sido un proceso de crecimiento donde el esfuerzo, la perseverancia y la dedicación le permiten mirar con optimismo su futuro. Desde que tiene recuerdos es que ha sido productora de hortalizas, primero junto a sus padres, sus abuelos, y ha sido así de generación en generación.
De familia de buenos negociantes y productores, logró encontrar su oportunidad y pese que en un inicio solo vendía directo del campo donde los precios no eran lo suficientemente buenos para crecer, se mantuvo perseverante hasta que surge el apoyo de INDAP que instala el concepto de los mercaditos campesinos, donde los productores podían vender directo al consumidor final.
Empezó primero en la plaza de las Concentradas, lo que sin lugar a dudas le cambió la vida, y ya han pasado cerca de 20 años de ese momento que los impulsó a crecer, emprender y diversificar su actividad. Isabel aclara que el campo es difícil, está muy ligado a las condiciones climáticas porque si llueve mucho es complicado y si hace mucho frío también.
Pero ha aprendido que se debe producir con tal calidad que le permita tener una mayor rentabilidad; lo mismo ocurre con entregar un valor agregado a los productos agrícolas, como tener productos envasados, promociones y ajustar los precios para hacerlos competitivos. “Mi vida en el campo, yo creo que es la mejor vida que nadie puede imaginarse. Mucho trabajo, pero llena de gratificaciones. Cariño, mano llena, en mi casa siempre hay gente, disfruto el día a día, cocinamos rico, disfrutamos de una lluvia en casa con la estufa calentitos. Sufrimos harto cuando partimos, no teníamos nada, pero logramos estabilizarnos. Y ahora tengo una muy buena vida, con mucho cariño. La perseverancia y aprender a ser ordenado en las cuentas ha sido fundamental.
Yo creo que eso es lo más importante cuando usted vive en el campo, porque en el verano se ve más plata, pero en Isabel Orellana Acevedo se identifica como una agradecida de ser campesina y mantener vivas las tradiciones de la tierra. el invierno no, entonces hay que dejar guardadito del verano para seguir produciendo y comiendo en el invierno.
Pero si usted es ordenado, tiene una buena vida en el campo”. La vida le ha enseñado que no siempre es bueno tener los huevos en la misma canasta y así ha sido su vida, de agricultores pasaron a vendedores, luego incursionaron en la alimentación, para continuar con un centro de evento campestre que busca rescatar las tradiciones gastronómicas del campo, logrando diversificar sus ingresos y eso la lleva a proyectarse a un mejor futuro. “Como producíamos harta hortaliza pasamos al agroturismo, donde armamos un quincho y ahora tenemos un restaurante. Con la pandemia después nos pasamos a casino para empresas o trabajadores de la zona. La idea es cuando lleguemos a viejitos tengamos un buen pasar, porque si usted vive solo del campo no da para vivir cómodamente. Hay que ir haciendo inversión nosotros nos hemos ido reestructurando hacia otros negocios. Y ahora estamos viendo los frutos, para los 50 años estamos cómodamente, gracias a Dios”. Actualmente Isabel compatibiliza su tiempo entre el quincho, el restaurante, las hortalizas, y los eventos. Además se da el tiempo para estar cada viernes y sábado en Espacio Tue donde mantiene su venta de productos del campo.
Se proyecta para trabajar otros cinco años y dejarle a sus hijos este legado, donde junto a su esposo esperan ser solo administradores para tener tiempo de descansar y disfrutar de toda una vida de trabajo y esfuerzo. Una tradición familiar que se ha adaptado a los nuevos tiempos pensando en un mejor futuro para las nuevas generaciones.