Editorial: Una lección que no aprendemos
Editorial: Una lección que no aprendemos El paso del último frente de mal tiempo por la Región de Coquimbo volvió a desnudar una realidad que es recurrente cada vez que llueve: La Serena, Coquimbo y otras ciudades de la región no están preparadas para precipitaciones fuertes. Los anegamientos y socavones no son simples "daños colaterales" del clima. sino la consecuencia directa de la falta de planificación y de decisiones postergadas por décadas. Apostar a que, por vivir en una zona semiárida, las lluvias no revisten mayor importancia para la planificación urbana es un error que hoy pagamos con calles intransitables. infraestructura dañada y millones en pérdidas. Los sistemas de drenaje y alcantarillado están obsoletos, el mantenimiento es insuficiente y la expansión urbana ha avanzado sobre zonas de riesgo sin considerar cómo evacuar grandes volúmenes de agua. No se trata solo de invertir más, sino de hacerlo con visión y responsabilidad: pensar ciudades que resistan un clima que ya cambió y que seguirá cambiando. Pero aún estamos a tiempo de actuar. Modernizar la infraestructura, diseñar planes urbanos con criterios de resiliencia climática y fiscalizar con rigor la construcción son pasos indispensables.
Si asumimos que la prevención es más barata -y más humanaque la reconstrucción, podremos transformar esta fragilidad en una oportunidad para construir ciudades mas seguras, habitables y preparadas para el futuro.. Los anegamientos y socavones no son simples "daños colaterales" del clima, sino la consecuencia directa de la falta de planificación.