El copiloto que ocultó su tormento y llevó a 149 personas a la muerte
El copiloto que ocultó su tormento y llevó a 149 personas a la muerte 1380 A gidos por vecinos y amigos, desde la adolescencia sofiaba con ser piloto y daba sus primeros pasos en un club local de planeadores, tal como informo The Guardian.
Esta obsesión lo llevó a obtener su primera licencia a temprana edad y, posteriormente, ingresar a la exigente escuela de formación de pilotos de Lufthansa, donde empezó su entrenamiento formal en 2008. ndreas Lubitz, un joven piloto aleman que parecia haber alcanzado el sueño de su vida, protagonizó una de las tragedias aéreas más impactantes de la historia contemporanea cuando, el 24 de marzo de 2015, asumió el control del vuelo 9525 de Germanwings y lo precipito deliberadamente contra una montaña en los Alpes franceses. Aquella mañana, 150 personas entre pasajeros y tripulantes partieron de Barcelona rumbo a Düsseldorf, sin sospechar que nunca llegarian a destino. Desde pequeño, Lubitz mostraba un interes genuino por la aviación.
Nacido en Montabaur, una localidad alemana de apenas unos 13.000 habitantes, su casa estaba cerca de una pista de vuelo y, según testimonios recoDe acuerdo con AP, Lubitz supo sobreponerse a las exigencias técnicas y médicas durante su formación, aunque en 2009 intetrumpio su capacitación durante varios meses, un hecho que luego se vincularia a un severo episodio depresivo Lufthansa confirmo que este receso fue comunicado como un problema de salud, y que él demostró estar recuperado an-. La confianza depositada en un joven profesional de la aviación se vio traicionada por una decisión inesperada y devastadora, desatando una investigación internacional que puso en jaque los protocolos de salud mental. El Airbus A320 se precipitó contra una ladera alpina en el sur de Francia el 24 de marzo de 2015. El dolor de las familias se hizo visible en cada homenaje y acto conmemorativo realizado tras el accidente. Originario de una pequeña ciudad alemana, soñaba con volar desde la adolescencia. Ingreso a la exigente escuela de Lufthansa tras obtener su licencia de planeador. La nave partió de Barcelona rumbo a Düsseldorf y descendió de manera controlada durante 13 minutos. Lubitz mantenía un perfil social discreto, mostrando afición por el deporte. El copiloto que ocultó su tormento y llevó a 149 personas a la muerte minutos de descenso, según establece la secuencia relatada por The Guardian. Los pasajeros, según las grabaciones y declaraciones de los fiscales, sólo reaccionaron en los segundos finales cuando comenzaron los gritos, justo antes del impacto. La investigación posterior revelo información devastadora para las familias y para la aviación global.
Lubitz había ocultado notas médicas que lo declaraban no apto para volar y contenian referencias a diagnósticos recientes de desórdenes psiquiátricos, incluyendo ansiedad, episodios depresivos y posible psicosis, hechos que no compartió con sus empleadores ni colegas. Los análisis toxicológicos mostraron además la presencia de antidepresivos y medicación para dormir en su cuerpo.
Los fiscales alemanes confirmaron que en las semanas previas al accidente, Lubitz busco en internet métodos para suicidarse y detalles sobre la seguridad de las derheimer le cedió los controles vo manualmente el sistema para a Lubitz cuando el avión alcanzo su altitud de crucero y salio brevemente de la cabina.
En ese momento, tal como reconstruyeron las autoridades francesas y los investigadores a partir de las cajas negras, Lubitz quedo solo al mando y actidescender abruptamente de los puertas de cabina, datos confirmados tanto por Daily Mail 38.000 a los 100 pies de altitud.
Mientras el capitán intentaba infructuosamente regresar golpeando la puerta blindada de la cabina una y otra vez, Lubitz no respondió a los llamados y permaneció silencioso durante los diez No emergieron indicios de motivaciones terroristas, politicas o religiosas: Lubitz no figuraba en ninguna lista de vigilancia, y la Fiscalía francesa resaltó que no se trataba estrictamente de un suicidio, dado que conde nó a muerte a 149 personas más junto con él. El accidente sucedió en los Alpes franceses, donde la aeronave impacto a gran velocidad contra una ladera cercana a la localidad de Seyne-les-Alpes, en el sur de Francia. Todas las personas a bordo perdieron la vida de manera instantánea debido a la violencia del choque y el difícil acceso a la zona complicó las tareas de busqueda e investigación en los días posteriores. El impacto social y familiar fue inmediato. Ciudades como Haltern am See y Montabaur quedaron marcadas de por vida; la tragedia ocupó el centro de la agenda pública y forzó a reconsiderar prácticas globales de aviación civil. Los testimonios de familiares y allegados a las víctimas, reproducidos por los principales medios, describen un dolor imposible de reparar y una incredulidad ante el hecho de que nadie lo hubiese previsto.
La industria aéron, por su parte, reaccionó implementando nuevas normativas, como la obligación de que siempre haya dos personas dentro de cabina durante el vuelo, pautas ya vigentes en algunas aerolineas estadounidenses antes del accidente y que ahora son el estándar internacional como respuesta a esta catástrofe, según consignó Daily Mail. Compartir nota: Por Francisco González T. Fuente: Infobae tes de reanudar sus estudios. Sin embargo, no existía por entonces obligación legal de reportar detales clínicos específicos a la autoridad aeronáutica, una limitación que quedó en evidencia tras los hechos. El joven piloto finalmente se incorporo a Germanwings en septiembre de 2013, tras completar la formación que incluia prácticas tanto en Bremen como en Arizona, Estados Unidos.
Según Daily Mail, compañe. ros y formadores lo describieron como eficaz, aunque algunos instructores del centro estadounidense recordaron que Lubitz no era un alumno sobresaliente y que fallo una prueba clave por problemas de conciencia situacional. No obstante, las evaluaciones posteriores avalaron su aptitud para volar y en sus 630 horas de vuelo hasta entonces no surgioron incidentes de comportamien. to preocupante. A nivel personal, Lubitz mantenía una imagen pública que poco hacia prever la tragedia. Sus redes sociales mostraban intereses tipicos de un joven aficionado a la tecnología, la música electrónica, el deporte y la aviación. Sus conocidos lo definian como amigable y entusiasta, y sus actividades incluian desde maratones hasta salidas a boliches y encuentros en el club de vuelo de su ciudad natal, como relata The New York Times. GENDARMERIE El día del desastre aéreo El 24 de marzo de 2015, Labitz era el copiloto del vuelo 9525 de Germanwings, que partió de Barcelona rumbo a Dusseldorf. Ese trayecto parecia rutinario, transportando a pasajeros diversos, entre ellos estudiantes alemanes que regresaban de un intercambio, familias enteras, músicos, empresarios, turistas y hasta bebes, como recordaron familiares entrevistados por Daily Mail. El comandante Patrick Son3.