COLUMNAS DE OPINIÓN: Endosar responsabilidades tiene un límite
COLUMNAS DE OPINIÓN: Endosar responsabilidades tiene un límite OPINIÓN liminares, pero el nivel de expansión quedará para la historia como el segundo más bajo de los últimos 35 años: décimas más, décimas menos, este Gobierno promediará una expansión de entre 2% y 2,1%. La cifra es baja en términos comparados con la historia de Chile e incluso será cerca de medio punto porcentual inferior respecto de los ocho años anteriores a su mandato (el Presidente prometió, hace exactamente un año, que sería mayor... y pidió que le cobraran la palabra). Pero también lo es en relación con el mundo y los países emergentes, pese a que, al menos en su primera mitad, tuvo un envidiable viento de cola: ausencia de crisis globales, condiciones de crédito muy favorables y un precio del cobre históricamente alto. Por eso no hay razones externas que expliquen que la inversión, medida como formación bruta de capital fijo, haya caído en 2023 y 2024.
Parafraseando el cierre del discurso del Presidente en su cuenta pública, habría que preguntarse si la economía en su conjunto (crecimiento, inversión, empleo, permisología, eficiencia del gasto público y clima de inversión) estaría mejor en un gobierno de otro tipo.
La respuesta parece caerse de madura, aunque algunos prefieran seguir mirando el espejo retrovisor para buscar coartadas y poner cortapisas (como el flamante anuncio de insistir en la trasnochada negociación ramal) en vez de impulsar cambios estructurales que viabilicen la inversión privada y promuevan la flexibilidad laboral. n "Teníamos que crecer al máximo posible dadas las condiciones estructurales que heredamos, y así fue: cada año hemos crecido más de lo pronosticado. ¿Ha sido suficiente? Claro que no.
Pero hemos crecido tanto como era posible en el contexto que enfrentamos". La frase expresada por el Presidente Gabriel Boric durante su última cuenta pública ante el Congreso es un resumen inmejorable de la mirada edulcorada que él tiene de la gestión económica que legará al país.
La frase está construida hábilmente para destacar menguados logros, omitir culpas y endilgar responsabilidades, un tipo de mantra que ya se ha convertido en una suerte de ISO 9001 de toda la gestión de este Gobierno. Lo concreto es que esta administración recibió un país con tres lastres económicos mayúsculos autoinfligidos por ellos mismos que son imposibles de eludir.
El primero es la altísima inflación, que por cierto se debió a los severos cortes en las cadenas de suministro producto de la pandemia, pero principalmente a la inyección de US$ 50 mil millones a partir de los retiros previsionales que ellos mismos promovieron y aprobaron (con un amplio apoyo de la derecha, algo que siempre es bueno recordar). El segundo es el pánico refundacional que significó el primer proceso constituyente --promovido, vaya coincidencia, por los mismos perlas--, que paralizó a inversionistas y derivó en la salida masiva de flujos hacia el extranjero (que, en su mayoría, todavía no vuelven). Y el tercero fue un desprecio compulsivo por lo que ahora impostadamente adoran: el crecimiento económico. La idea de "planificar decrecimiento" no fue una torpeza lingüística, sino un acto fallido muy revelador.
Es verdad que las cifras anuales de crecimiento corregidas han terminado siendo mejores que los cálculos preEndosar responsabilidades tiene un límite "Parafraseando el cierre del discurso del Presidente en su cuenta pública, habría que preguntarse si la economía en su conjunto estaría mejor en un gobierno de otro tipo". CRISTIÁN RODRÍGUEZ.