EDITORIAL: Empatía en apoderados
EDITORIAL: Empatía en apoderados Con angustia hemos sido testigos de un aumento en los casos de estudiantes diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA) involucrados, de forma pasiva o activa, en situaciones de violencia escolar. El caso de Ovalle donde un menor atacando a varios docentes dio la vuelta al país. Y así, fueron saliendo más casos a lo largo de Chile, como el caso de la profe gravemente atacada en el sur. Pero cuál es el panorama internacional de todo este dilema que a nuestro pasa incluso como un tema relevante que debe ser tocado con urgencia por autoridades, pues podemos ver casos donde pasemos a mayores. En ese contexto la percepción de un aumento en los diagnósticos de TEA presuntamente estar bien fundada. En Israel, por ejemplo, la prevalencia pasó de 0,3% a 1,3% en solo cinco años, lo que se atribuye a la evolución de los criterios clínicos y a una mayor conciencia sobre el trastorno. En Italia, la prevalencia es de 0,66%; en Canadá, 1,53% ; y en Chile alcanza el 1,95% Debemos ser empáticos, hemos visto mucha arrogancia y poca solidaridad con los padres de aquellos que tienen TEA. Según el DSM-5, el TEA no incluye como síntomas la timidez, el sentirse diferente, la baja concentración, la agresividad o el aislamiento social. Atribuir el TEA a estos rasgos puede llevar a errores clínicos y pedagógicos graves. Hay reales expertos en la materia, cuántas carreras de Educación Diferencial en Chile cuentan con una mención específica en TEA. Insistimos, más empatía. Se trata de una condición compleja que exige un abordaje de diagnóstico multidisciplinario, realizado por profesionales con experiencia clínica acreditada y formación especializada. De lo contrario, se corre el riesgo de sobrediagnosticar, estigmatizar y, en última instancia, desatender otras necesidades reales de salud mental y apoyo educativo..