Gabriela Zúñiga: gestora del cementerio y del estadio de Quinchamalí
Gabriela Zúñiga: gestora del cementerio y del estadio de Quinchamalí Fue, tal vez, una de las primeras mujeres de Ñuble en romper con los moldes de su época y lograr entrar a estudiar a la Universidad de Chile, para luego trabajar en el Indap por más de 30 años. Antes de su muerte donó los terrenos para la construcción del camposanto y el recinto deportivo. P ese a que ya falleció hace algunos años, en Quinchamalí no hay quien olvide el nombre de Gabriela Zúñiga Vera.
Aunque oriunda de Chillán (8 de abril de 1939), sus padres tenían un campo que se extendía hasta el sector de Quinchamalí, lugar que hoy cuentan con un cementerio y una cancha de fútbol con gradas, aún en construcción, emplazados en terrenos que pertenecieron a su familia, y ella los donó antes que una severa enfermedad terminara con su vida. "A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos", solía decir para reírse de sí misma, de su soltería y como una manera de "regalonear" a sus cinco sobrinos que hoy la recuerdan con genuina admiración y no dudan en describirla como una mujer sencilla, brillante, emprendedora, adelantada a su época y extremadamente generosa con sus queridos vecinos de Quinchamalí.
Estudió en el colegio La Purísima y luego se tituló de la desaparecida carrera de Educación para el Hogar", dictado por la Universidad de Chile, en Santiago, para luego, trabajar por tres décadas, en el Indap.
Desde Estados Unidos, su sobrina Elle comenta que "a ella le costó mucho para que su papá le diera permiso para irse a trabajar, pero logró trabajar en Victoria, en Castro y en la regional de Puerto Montt, pese que para su papá, el estudiar era solo un capricho". Eran los trabajadores del campo familiar quienes usaron ese predio para jugar a la pelota, al punto que decidieron crear un equipo de fútbol que terminó por despertar un gran entusiasmo por el padre de Gabriela. "Entonces, ella donó ese terreno para que se hiciera la cancha, como una forma, también de cumplir con el deseo de nuestro abuelo", relató. La donación del terreno para el cementerio, legalmente a nombre de Gabriela Zúñiga, se concretó también un poco antes de fallecer, solucionando un real problema para esa localidad.
En 2018, recibió un reconocimiento, de manos del entonces alcalde Sergio Zarzar, por "contribuir al progreso de Chillán". fue distinguida por el municipio por "contribuir al progreso de chillán" "estoy cumpliendo un deseo que tenía mi padre. estoy feliz porque ahora se hace posible", afirmó gabriela Zúñiga. tras cerrar en 2018, la donación que beneficio no solo a los habitantes de Quinchamalí, sino que a todo el sector poniente de la capital regional..