Editorial: Déficit de profesores
Editorial: Déficit de profesores Un estudiorealizado por Elige Educar iniciativa público privada que funciona al alero de la Universidad Católica, reveló que existe un déficit importante de docentes en el país. Se estima que este año 2025 faltan cerca de 26 mil docentes, que correspondeal 19% delos profesores requeridos porel sistema, y de no mediar cambiosimportantes, para 2030 el déficit será de 33 mil. Esto afecta en especial a zonas rurales y educación parvularia, donde se requieren al menos 7 mil profesionales. El tema no es nuevo; hasta el año 2020 faltaban 13.630 educadores loque ya era un escenario complejo. Porlo mismo, haceun tiempo el Ministerio de Educación convocó a una mesa de trabajo para la atracción dejóvenesa lascarreras de pedagogía. De ellanacieron algunas propuestas queseencuentran en implementación. La falta de interés delos jóvenes por estudiar pedagogía esuno delos principales desafíos.
Hay causas estructurales y algunas deellas históricas, como bajasremuneraciones, sobrecarga de trabajo, falta de recursos, escaso reconocimiento social y condiciones laborales adversas, donde incluso la violencia de algunos estudiantes y apoderados contra los docentes, tienen mucho que ver. El tema genera debate porque se percibe el déficit de profesores que anticiparon distintos estudios. De acuerdo con el informe de Elige Educar, los principales aspectosque afectan la dotación yla necesidad docente son la deserción laboral, que alcanza, en promedio, el 4,1% anual. Es decir, cerca de 8.200 profesores de todo el país dejan el aula cada año. Asimismo, la matrícula de primer año en las carreras de pedagogía (sin incluir a educación de párvulos ni diferencial) cayó, en promedio, un 4% anual en el periodo 2005-2020. La ley 20.903, que creó el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, establece que todaslas carreras de pedagogía deben estaracreditadas y ser impartidas solo por universidades acreditadas. La ley también aumenta la proporción de horas no lectivas delos profesores para preparación de clases, evaluación de aprendizaje, trabajo colaborativo, entre otras labores. En la última década ha habido una fuerte disminución de los alumnos que entran a la carrera, mientras que de los que egresan, un 10,7% desertaron en su primer año de trabajo. Una de las principales razones para no estudiar pedagogía tiene que ver con que la sociedad pone en boga algunas carreras, entrellas cuales las pedagogías no tienen las primeras preferencias. Pese a que pedagogía esla Cuarta profesión más valorada porla ciudadanía, este reconocimiento público noserefleja todavía en las preferencias universitarias de las nuevas generaciones.
De ahí que se busca generaracciones para atraer amásjóvenestalentososalas carreras de pedagogía, a través de acompaña«mientos con tutores, entrega de información acerca de mallas formativas, distintas menciones que tienen las pedagogías en diferentes casas de estudio y también información relevante de la inserción laboral.
En2018, el conjunto delasuniversidadeschilenas tenían matriculados 18.700 estudiantes de pedagogía, y ahora son un poco más de 9.000, lo que es preocupante, porque están ingresando ala carrera de pedagogía la mitad de jóvenes que hace unos años. Hay un déficit actual y proyectado de profesores, y así nose puede garantizar el derecho auna educación de calidad. El bajo interés por estudiar pedagogía es una tendencia que se arrastra marCadamente desde haceaños, y si bien ha habido mejoramientos dere'muneración e incentivos, al parecer no han sido suficientes.
Revertir el desinterés pora carrera de pedagogía requiere no solo mejorar las condiciones objetivas de la profesión, sino también resignificarla desde su dimensión más humana: formarjóvenes ge'nuinamente comprometidos con la enseñanza, para transformar y cuidarel futuro de las nuevas generaciones. En 2018, el conjunto de las universidades tenía matriculados 18.700 estudiantes de pedagogía, y ahora son un poco más de 9.000. Y de los que egresan, el 10,7%, deserta en el primer año de trabajo. Editorial. Editorial