Columnas de Opinión: La paz que debemos construir
Columnas de Opinión: La paz que debemos construir El pasado 6 de mayo vivimos un momento que, con el tiempo, sa bremos valoraren su real magnitud. En el Palacio de La Moneda, el Presidente Gabriel Boric recibió el informefinal de la Comisión Presidencial parala Paz y el Entendimiento.
Másallá de la solemnidad dela ceremonia, este acto marca un giro profundo en la historia reciente de nuestro país: por primera vez en décadas, el Estado chileno se dispone a enfrentar con responsabilidad una deuda histórica con los pueblos originarios, particularmente con el pueblo mapuche. Desde el Gobierno en la Región del Biobío, valoramos con fuerza este gesto institucional. El informe no esfruto del azar ni de laimprovisación. Se trata del resultado demás de 22 meses de trabajo riguroso, sostenido en la escucha activa, la participación comunitaria y el diálogo intercultural ge nuino. Solo en las regiones del Biobío, La Araucanía, LosRíosy LosLagos, se lo gróconvocaramásde 5 mil personasen 31 comunas. Es decir, este documento se levanta desde los territorios, con sus voces, sus dolores, pero también con susabiduría y propuestas. Y eso es quizás lo más valioso del informe: no se limita a un diagnóstico. Propone 21 recomendaciones concretas que abren un caminoreal hacia la reparación.
Entre ellas se destacan el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, la creación de un Consejo de Pueblos, la implementación de un catastro nacional de tierras indígenas y la conformación de una Agencia de Reparación dotada con un fondo que podría alcanzar los 4 mil millones de dólares. A ello se sumala propuesta de un Tribunal de Tierras, que resuelva con celeridad y legitimidad las disputas por restitución, junto a un Banco de Tierras que facilite adquisicionessin intermediarios y con transparencia. En nuestra región, donde confluyen la riqueza cultural mapuche y desafíos concretos en materia de seguridad, tierra, justicia y desarro. 1o, este informe constituye una hoja de ruta concreta. Es una invitación a dejaratrás la fragmentación, la desconfianza y la lógica del enfrentamiento.
Nosexige construirdesde la política, no desde la violen: cia desde la convicción democrática, no desde la imposición, porque cuando hablamos de paz, no nos referimos solo a la ausencia de conflictos, hablamos de justicia, de reconocimiento, de convivencia digna y plural en un territorio compartido. Ahora, el informe está en manos del Poder Legislativo.
Serán los diputados y senadores quienes tendrán la responsabilidad histórica de darcontinuidad a este trabajo, transformandosus propuestasen leyes concretas que hagan justicia y permitan avanzar en la reparación de una deuda que arrastramos por más de un siglo. Chile tiene la posibilidad de comenzara cerraruna desus heridas más profundas, reparando la deuda con el pueblo mapuche y construyendo un camino dondela paz y el entendimiento sean la base de nuestra convivencia. Quienes tenemos responsabilidades públicas no podemos permitirque esteinformequede archivado. Su llamado es urgente y claro. El país nos exige voluntad, humildad y coraje para abrirun nuevociclo, porque la paz no se decreta, la paz se construye y para construirla no hay atajos. Hay que escuchar, ceder, dialogar y, sobre todo, comprometerse. Desde la Región del Biobío asumimos ese compromiso con claridad. Sabemos que una sociedad cohesionada no se levanta desde el negacionismo ni desde la indiferencia. Se levanta reconociendo la verdad, reparando los daños y caminando juntos, con respeto por la diversidad y la historia. Esperemos que no sean las pequeñeces niel cálculo mezquino lo que predomine, sino la voluntad de construir una patria donde quepamos todos. Solo así podremos, por fin, mirar hacia el futuJACQUELINE CÁRDENAS Seremi de Gobiemo Región del Biobío A roto esperamoa li Desde el Gobierno en la Región del Biobío, valoramos con fuerza este gesto institucional. El informe no es fruto del azar ni de la improvisación. Opinión. Opinión