COLUMNAS DE OPINIÓN: La baja natalidad en Chile: una crisis silenciosa
COLUMNAS DE OPINIÓN: La baja natalidad en Chile: una crisis silenciosa DR.
IGNACIO DE LA TORRE C., PRESIDENTE COLEGIO MÉDICO REGIONAL VALPARAÍSO La baja natalidad en Chile: una crisis silenciosa Chile atraviesa una transformación demográfica profunda, que ha avanzado de manera silenciosa, sin que la sociedad ni las autoridades dimensionen plenamente su impacto. Durante los últimos 20 años, la fecundidad ha caído de forma sostenida, sostenida, mientras que la mortalidad ha comenzado a aumentar. En 2024, por primera vez, cuatro regiones del país -incluida Valparaísopresentaron un crecimiento natural negativo: es decir, nacen menos personas de las que mueren. Esta situación representa una amenaza concreta para el desarrollo del país. Hoy, Chile tiene una de las tasas de fecundidad fecundidad más bajas del mundo: apenas 1,16 hijos por mujer, muy por debajo de 2,1 que es el nivel de reemplazo poblacional. Esta cifra nos sitúa junto a naciones como Corea del Sur o Japón. En 2024 se registraron 133.539 nacimientos a nivel nacional, un 20% menos que el año anterior. En la Región de Valparaíso nacieron 12.772 niños, frente a 14.618 defunciones.
En términos términos de estructura de la población, esta caída se ve agravada por la migración de jóvenes desde Valparaíso hacia otras regiones regiones del país en busca de mejores oportunidades laborales o académicas, lo que acelera el envejecimiento poblacional y profundiza el problema.
Las consecuencias de este cambio son reales y tangibles: mayor presión sobre los sistemas de salud y pensiones, disminución de la fuerza laboral, cambios en el mercado inmobiliario, cierres de salas cuna y escuelas y pérdida pérdida de dinamismo en nuestras comunidades. Si no actuamos con urgencia, nuestra región y el país enfrentará un escenario social y económico difícil de revertir.
Durante la segunda mitad del siglo XX, Chile implementó con éxito políticas de control de la natalidad que contribuyeron contribuyeron significativamente no sólo con el descenso de la mortalidad materna y perinatal, sino ampliando las libertades reproductivas reproductivas y los derechos de las mujeres a una mejor calidad de vida, sin embargo, esas políticas no han sido complementadas con medidas que respondan a la realidad actual: una sociedad que posterga la maternidad, que enfrenta crecientes dificultades para formar una familia y que convive con una infertilidad estructural estructural que avanza en silencio. Hoy, la baja tasa de natalidad debe ser comprendida desde desde un enfoque biopsicosocial, y se requiere un enfrentamiento multidisciplinario para analizar las causas y poder proponer soluciones. Es importante entender las razones que motivan a quienes no desean tener hijos, pero también debemos apoyar a quienes quieren y no pueden ya sea por razones médicas, sociales o económicas. La falta de educación en salud reproductiva, reproductiva, el desconocimiento sobre el impacto del avance de la edad en la fertilidad y la ausencia de políticas preventivas dificultan dificultan una planificación reproductiva informada. Frente a esta realidad, Chile necesita analizar el problema y proponer soluciones integrales. Un buen primer paso sería generar una Ley Integral de Fertilidad y derechos reproductivos. reproductivos.
Esta ley debe contemplar educación reproductiva desde edades tempranas, acceso oportuno a sistemas de planificación planificación familiar, disponibilidad de tecnologías de preservación de fertilidad, y mayor cobertura de tratamientos para las parejas parejas infértiles como la fertilización in vitro. Desde la medicina reproductiva y la salud pública, proponemos avanzar en una agenda concreta que permita responder a esta crisis: 1. Incorporar educación en derechos sexuales y reproductivos reproductivos desde la niñez, con contenidos actualizados en el currículo escolar y fortalecimiento de la consejería activa en atención primaria; 2. Utilizar herramientas diagnósticas preventivas como la hormona antimülleriana (AMH), que permite conocer la reserva reserva ovárica y planificar mejor la maternidad; 3. Garantizar el acceso a la preservación de fertilidad en mujeres con riesgo reproductivo, como aquellas con endometriosis endometriosis o cáncer; 4. Ampliar la cobertura pública de fertilización in vitro, beneficiando a más de 400.000 personas que viven con infertilidad infertilidad en Chile y que hoy no tienen acceso oportuno a tratamiento. Poder tener hijos no debiese ser un privilegio, debe ser un derecho real, respaldado por un entorno social, laboral y sanitario sanitario que lo facilite. Para ello se requieren acuerdos políticos transversales, con medidas que trasciendan los ciclos electorales. electorales. Los países que han enfrentado este desafío con seriedad invierten entre un 1% y un 4% de su PIB en políticas de fomento a la natalidad, Chile está muy lejos de esa realidad.. -