Autor: ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
GUARDAR Y MOSTRAR
GUARDAR Y MOSTRAR SANTIAGO DE CHILE, DOMINGO 10 DE AGOSTO DE 2025 Hay estantes metálicos y muchos objetos almacenados en repisas. No existen, en cambio, vitrinas de vidrio, pedestales para las piezas o grandes letreros explicativos. Los espacios del recién inaugurado V&A East Storehouse recuerdan más un pasillo del Homecenter o de Ikea que un museo tradicional. Allí se desarrolla el concepto de “almacenamiento visible”. La idea es abrir depósitos o archivos patrimoniales y permitir que las personas puedan explorar colecciones o piezas que no están en exhibición. Normalmente esto requiere reservas o permisos especiales, pero el modelo del V&A East cambia estos parámetros. Abierto todos los días y gratuito, el nuevo espacio busca democratizar el acceso, normalmente restringido, a las colecciones no exhibidas.
Según el Financial Times, es un cambio muy radical, ya que “el almacenamiento se convierte en espectáculo”. El nuevo recinto londinense ofrece acceso a más de 250 mil piezas de la colección del Victoria &Albert Museum, el gran museo británico de artes aplicadas.
Utilizando una “ligera” curatoría (la colección total incluye alrededor de 2,8 millones de objetos, por lo que igual había que seleccionar), se ordenan y mezclan zapatos egipcios, relojes, guitarras, camisetas vintage de bandas musicales, lámparas art déco, bustos venecianos y un vestido de tafetán de Balenciaga, por dar algunos ejemplos.
En una “mezcla ordenada” que aprobaría Marie Kondo (la gurú del orden antes de tener hijos), cada objeto tiene una sencilla etiqueta, atada con un código, que se puede consultar en la base de datos digital del V&A.
Exterior anodino, interior teatral Muy lejano al grandioso edificio levantado por los victorianos en South Kensington, la nueva sede del depósito-museo ocupa una construcción utilitaria, de casi 300 metros de largo, que estaba destinada a convertirse en un centro de datos. Su anodino exterior no da mayores pistas sobre las riquezas en su interior.
La ubicación tampoco corresponde a un lugar céntrico y concurrido, como el turístico barrio en South Kensington, donde está el “museo madre”. Al contrario, el V&A East se emplaza en el paisaje industrial del este de Londres, donde se desplegaron las edificaciones de los Juegos Olímpicos de 2012. Eso sí, tiene un acceso más o menos directo a través de la flamante Elizabeth Line. Con cuatro plantas y 16 mil metros cuadrados, el edificio fue rediseñado por los arquitectos Diller Scofidio + Renfro. Sin dar lugar a egos arquitectónicos, la atención se centra en los objetos. Al caminar desde la entrada, se avanza por espacios poco llamativos hasta llegar al imponente nudo central. Y si el exterior del edificio aparece funcional, el interior es teatral: un suelo de cristal da la ilusión de estar sostenido por una ornamentada columnata del período mongol. Las galerías que rodean el espacio central están repletas de estanterías industriales, en cuyos extremos ciertas piezas insinúan la variedad que hay en su interior.
Pida y examine El recorrido por el V&A East es libre, pero es difícil que los espectadores no fijen su mirada en algunas “grandes piezas” en exhibición, como la imponente cúpula, tallada hace 500 años, del perdido palacio toledano de Torrijos. O que no admiren el dinámico mobiliario de oficina diseñado por Frank Lloyd Wright en la década de 1930. También impresiona la tela pintada en 1924 para los Ballets Rusos, inspirada en un cuadro de Pablo Picasso. Uno de los atractivos del nuevo recinto es que los visitantes pueden solicitar, con antelación, hasta cinco piezas del depósito para poder inspeccionarlas. Un mueblista puede revisar los cajones de antiguas cómodas, para averiguar cómo se ensamblaban. Un historiador interesado en la infancia del siglo XIX puede pedir juguetes de la época.
Y un vestuarista requerir alguNEGNINUEBNAVSNAMJIOB TSAEA & V Cerrillos: hangares con colecciones Corría el año 2008 cuando el equipo del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) llegó a la convicción de que “la principal manera de hacer crecer el tradicional edificio de Quinta Normal y así tener más espacios para exposiciones era llevar las colecciones a un edificio separado. Esto permitiría tener esas piezas en mejores condiciones de acceso, conservación y estudio y también incrementar la capacidad de recibir nuevas colecciones”, explica Claudio Gómez, su entonces director. Se recibió una consultoría del arquitecto Teodoro Fernández y la idea fue reciclar tres hangares de la exbase de la FACH, en Cerrillos, con estos propósitos. El terremoto de 2010 trastocó los planes, pero en septiembre de 2016, el Estado finalmente traspasó a la Dibam tres hangares para el uso del MNHN por 99 años.
Se organizó un concurso internacional de arquitectura para el nuevo espacio, pero el proyecto se retrasó, a juicio de Gómez, por la “falta de una política de Estado para la infraestructura y otras necesidades estratégicas de los museos nacionales”. Después se decidió que estos hangares servirían para los depósitos de distintas instituciones: el MNBA, el Museo Histórico Nacional y la Biblioteca Nacional. Según Soledad Villagrán, jefa de comunicaciones del MNHN, “hoy el proyecto está vigente y muestra avances en el ámbito de infraestructura y en la compra de equipamiento. Los edificios han sido restaurados y están en óptimas condiciones para recibir mobiliario y después colecciones”. Explica que serán “depósitos visitables y con vinculación con el medio” y podrían abrirse alrededor de 2027.
“En el caso del MNHN, se ha avanzado en el embalaje de colecciones, para que las piezas estén en óptimas condiciones cuando haya que trasladarlas”.. TRUOCNETTEBTEB / TSAEA & V Y RRAPDIVAD / TSAEA & V nos de los 3.500 pares de zapatos de la colección del V&A. Para Eloísa Cruz, directora del Museo Andino, “un museo suele ser un iceberg de colecciones, de las que solo se exhibe una parte menor, mientras el resto se hunde en bóvedas de acceso restringido. Al visitante curioso, los depósitos le producen la fascinación de lo secreto, de aquello a lo que solo se tiene acceso un experto.
Museos como el Quai Branly en París o el Museo Larco en Lima calman en algo la curiosidad, pues permiten vislumbrar sus depósitos”. Por eso, según Cruz, “que el V&A abra a todo público un edificio diseñado como depósito resulta un anhelo hecho realidad. Los objetos pueden ser vistos por quien quiera, cuando quiera, sin la interferencia de un montaje ni un guion curatorial.
Es el objeto por el objeto”, acota Cruz. ¿Libertad o desorden? Está claro que la tendencia de “almacenar y guardar” está en alza, aunque no a todos los especialistas los convence, como documenta The Art Newspaper. Hay defensores de la transparencia y accesibilidad que aportan estos lugares. Otros priorizan la protección de las obras y advierten sobre la compleja gestión de las piezas.
Claudio Gómez, exdirector de nuestro Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), piensa que el V&A East “refresca la conversación que surge a partir de una pregunta que solemos plantearnos quienes trabajamos en museos: ¿ qué se puede hacer para que más elementos de la colección sean accesibles al público?”. Desde su perspectiva, “la respuesta más común a esta inquietud ha sido contar con un programa de exposiciones temporales para exponer piezas de la colección que no se exhiben habitualmente. Otra opción ha sido construir ampliaciones de la muestra permanente, lo que requiere muchos recursos.
Por último, está la alternativa menos común, y quizás por ello la más llamativa, que son los depósitos visitables”, explica Gómez, hoy residente en Estados Unidos, donde dirige el McClung Museum of Natural History and Culture de la Universidad de Tennessee Claudio Gómez llama a tener cautela con las expectativas.
“Una experiencia en el nuevo recinto en Londres está destinada a ofrecer una conexión directa entre objetos y visitantes, y no necesariamente a ofrecer una curatoría o mediaciones que permitan entender qué representa cada objeto y su rol específico como parte de la colección”. Advierte que “a pesar de lo impresionante que puede ser visitar este tipo de espacios, el aprendizaje esperado puede ser bajo o nulo comparado con una visita promedio a un museo tradicional”. Se suma a la controversia otro discusión muy viva, que es si los museos deben seguir aumentando sus coleccionando o tal vez caminar hacia su “decrecimiento”, cediendo o vendiendo obras que no exhiben, para así obtener nuevos recursos. Pero ese ya es otro debate.
Resulta impresionante visitar este tipo de espacios, pero el aprendizaje esperado puede ser muy bajo o nulo comparado con una visita a un museo tradicional”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . CLAUDIO GÓMEZ EXDIRECTOR DEL MNHN Estas nuevas iniciativas permiten acercarse a la pieza sin la interferencia de un montaje o un guion curatorial: es el objeto por el objeto”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . ELOÍSA CRUZ DIRECTORA DEL MUSEO ANDINO. El V&A East recuerda más a un Homecenter que a un museo y ejemplifica la tendencia del “almacenamiento visible”. Bienvenidos al show de TSAEA & V. Están en Londres, Rotterdam, Washington y Nueva York. En Chile hay un proyecto en curso. Los “depósitos visitables” muestran al público piezas no exhibidas de los museos. Para algunos, son un gran aporte. Para otros, su recorrido puede ser desordenado y poco fructífero. El tema da que hablar, tras la apertura del V&A East.
EN EL MUNDO Y CHILE Nuevas tendencias en museos: ‘‘Resulta impresionante visitar este tipo de espacios, pero el aprendizaje esperado puede ser muy bajo o nulo comparado con una visita a un museo tradicional”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . CLAUDIO GÓMEZ EXDIRECTOR DEL MNHN ‘‘Estas nuevas iniciativas permiten acercarse a la pieza sin la interferencia de un montaje o un guion curatorial: es el objeto por el objeto”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . ELOÍSA CRUZ DIRECTORA DEL MUSEO ANDINO. Bienvenidos al show de Pionero entre los depósitos visibles fue el "Depot" (2021) del museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam. Impresiona la gran tela pintada, creada para los Ballets Rusos e inspirada en Picasso. Lo pintó de noche Alexander Shervachidze. Picasso, admirado, la firmó después. Cielo de un palacio toledano del siglo XV. Se guardaba en 39 cajas y ahora se puede observar. Marie Kondo estaría feliz con la “mezcla ordenada” del V&A East, que guarda 250 mil piezas, con las debidas protecciones. Los interesados pueden pedir, con antelación, cinco piezas para examinar del depósito del V&A East.