CARTAS: Animales en un libro
CARTAS: Animales en un libro Animales en un libro Nadie debería extrañarse de la invitación a leer una obra; diferente cuando entusiasmay sorprende sorprende la aventura de conocer alguna si, en sí misma, es un objeto estético. Universo animal ilustrado (2023) es el fruto de la investigación emprendida por Catalina Aravena Acevedo y Raquel Abella López, en la Biblioteca patrimonial Recoleta dominica. De las noticias del pasado habidas en el fondo bibliográfico dominico de Santiago, nos informa, informa, pormenorizadamente, en el prólogo, Raquel Abella, conservadora del mencionado patrimonio. Este consta de colecciones de libros y revistas de temas varios.
La minuciosa descripción de obras antiguas y las relaciones entre el imaginario zoomorfo y los paratextos de los libros constituye un capítulo que ofrece un ingente repertorio de palabras respecto de la edición de los antiguos volúmenes. Tarea éstas cargo de Catalina Aravena. Por momentos, creemos asistir a algún taller de impresión, junto a quienes laboraron creativamente el cuerpo de los libros. Encuademaciones, filigranas, frontispicios, portadas, frisos, letras capitulares, viñetas, Vestigia lectorum (marcas dejadas por los lectores en un ejemplar de texto) e ilustraciones y estampas precisan los significados y valores que enriquecieron enriquecieron las vetustas publicaciones. Todo un saber de manualidades y estéticos aportes editores.
Dar noticia fundamentada de una realidad silente alojada en los anaqueles de una biblioteca, es el primer logro del libro en referencia; pero encantar al lector a base de la generosa iconografia y dibujos JUAN ANTONIO MASSONE -sepia y colorcon que se refrenda y ejemplariza ejemplariza los contenidos, es asunto de goce visual y estímulo para embarcarse en un viaje retrospectivo. retrospectivo. De la antigua data y variopintos signfficados de las criaturas responde el capítulo “El universo cristianoylos animales. Un periplo alo largo de destacados pasajes bíblicos, así como de textos textos grecolatinos y medievales, permite conocer del carácter simbólico y de rasgos y atributos con que fueron representados los animales durante durante centurias. Estampas y bestiarios legaron impresiones y perspectivas. No menos atractivo cuanto atañe a “Los animales en los comienzos de la era científica. Nombres de naturalistas, enfoques y aportes bibliográficos son expuestos, dinámica y claramente, claramente, en beneficio de una lectura acompañada por registros visuales.
Sin abrumar, las fuentes de consultas respaldan aseveraciones y acopios informativos, los que, junto con entregar rica información, mantienen el interés acerca de las percepciones y estudios de la fauna chilena (Abate Molina, Claudio Gay), también. Vastos los alcances de un tema que sobrepasa su previsible especificidad. Se nos propone una trama de épocas y significados necesarios de ser atendidos.
A los impresos de la biblioteca dominica, patrimonio de que se benefician la memoria y la tarea investigativa, les faltaba la atención de quienes supieran tomarlos presentes y queribles, tal como se deja ver en esta joya bibliográfica..