Un desastre predecible
Un desastre predecible viernes 5 de abril, a más de un E mes del inicio de clases, el Ministerio de Educación transparentó las cifras de niñas y niños que aún no tienen matrícula para ejercer su derecho ala educación: "solo" 880 niños y niñas, quienes se concentran en algunas áreas críticas (Antofagasta, Lampa, Colina y Santiago). Para dar solución a esta situación el Ministerio ha propuesto, entre otras medidas, flexibilizar la jornada escolar completa, implementar sobrecupos y construir escuelas modula= res.
Sin embargo, estas soluciones no contribuyen a resolver el problema de fondo y se corre el riesgo de que se vuelvan eternas en el tiempo, que estas mermen aún más la calidad de la educación y que pongan en serio riesgo politicas en las que hemos avanzado. Un ejemplo es la expansión de la jornada escolar completa.
Desde su implementación en 1997 existe evidencia de sobra sobre el impacto positivo que ha tenido en el logro educativo, Reducir= la para dar solución a un problema temporal puede terminar afectando a más niños de los que hoy no tienen cupo. La idea de dar solución generando sobrecupos alerta sobre la miopía de la autoridad ante otro problema: Chile es uno de los países con las más altas tasas de alumnos por docente en la OCDE. La cantidad de alumnos por sala afecta la calidad de la educación y las dinámicas de convivencia.
Por lo mismo, es necesario que el ministerio, además de anunciar las "medidas parche", dé cuenta cómo hará frente a este problema a mediano plazo, garantizando estándares adecuados para las niñas y niños, y no retrocediendo en logros ya alcanzados. Además, debería anunciar desde ya qué medidas concretas implementará para evitar, o reducir al mínimo, las niñas y niños sin matrículas en 2025. Una de las ventajas del Sistema de Admisión Escolar (SAE) es que permite conocer con tiempo el número de cupos totales, vacantes libres y postulantes por nivel, comuna y barrio. Desde hace un par de años las comunas donde se dan más desajustes entre cupos y postulantes (más niñas y niños en listas de espera) son las mismas. En otras palabras, era una emergencia predecible. Vale la pena preguntarsequé está haciendo el ministerio para evitar lo que ya sabe que ocurrirá nuevamente el próximo año. Paloma Del Villar Directora Observatorio Niñez Fundación Colunga. - -