Autor: Miguel García Corrales Académico Arquitectura del Paisaje, Universidad Central
Paisaje urbano
8A las puertas de una nueva elección presidencial y legislativa, urge que la ciudadanía y las candidaturas pongan el paisaje urbano en el centro del debate. No se trata de embellecer nues: tras ciudades, sino de transformarlas desde sus cimientos: con más justicia, más comunidad y mayor resiliencia frente al cambio climático.
El paisaje urbano -lo que vemos, transitamos y habitamosrevela cómo se reparte la dignidad en la ciudad y condiciona nuestra capacidad de adaptación climática, Donde hay inversión pública, planificación equitativa y participación ciudadana, florecen barrios seguros, cohesionados y resklientes. La infraestructura verde -parques, corredores biológicos y soluciones basadas en la naturalezamitiga olas de calor, retiene aguas lluvia y mejorala salud colectiva. Pero donde el Estado se ausenta, o cede el territorio a las presiones inmobiliarias sin planificación, emergen barrios fragmentados, estigmatizados y vulnerables. El deterioro del paisaje urbano no es casual, directa de políticas ausentes y autoridades complacientes con intereses privados. La corrupción también se expresa en la degradación de nuestras calles y en la desigualdad del entorno que habitamos. Por eso, estas elecciones deben ser una oportunidad para exigir compromisos reales: planificación urbana con enfoque territorial frente al cambio climático, recuperación del espacio público y acceso equitativoa infraestructura verde. La democracia también se vive en calles seguras, plazas dignas y entornos habitables. La ciudad no puede seguir siendo un privilegio; el paisaje urbano debe convertirse en un derecho paralas grandes mayorías.