Columnas de Opinión: Caña o maíz: el espejismo del azúcar
Columnas de Opinión: Caña o maíz: el espejismo del azúcar Opinión La cantidad. Ese debería ser el eje ma de fondo. En lugar de aplaudir el retomo de una formula "orginal, deberíamos aprovechar la atención mediatica para profundizar una conversación seria sobre el impacto de los. bebidas. amacaradas en la salud colectna. No es cuestión de nostalgia, sino de responsabilidad. Porque si seguimos disfrazando el debate con etiquetas más amables, el resultado será el mismo: más azúcar. con distinto apellido. de vida Por supuesto, el debate tiene tambien una arista politica. El uso de jarabe de maiz en Estados Unidos no es solo una decisión técnica o económicac es el resultado de décadas de subsidios agricolas. Hablar de azúcar de caña es tambien hablar de identidad nacional, de relaciones comerciales, de que se considera "americano" y que no. En ese contexto, el anuncio de Trump no es nutricional: es ideológica. Como suele ocurrir con la alimentación, lo que se sirve en la mesa está cargado de historia, poder y simbolos. Desde la nutrición, no se puede avolar ni rechazar este carsbio por si solo. Modificar un in grediente no resuelve el probleLa reciente declaración de Donald Trump sobre un posible represo de Coca-Cola a su fórmula original conazúcar de caña no es solo anecdótica. Es una jugada cuidadosamente pensada, que activa simbolos culturales, economicos y también nutricionales.
Para muchos, el azúcar de caña representa una idea de lo autentico de lo "natural", mientras que el jarabe de maiz -ampliamen te usado en Estados Unidosarrastra una imagen negativa asociada a la sobreindustrialización de la alimentación. Pero mas alla de ese relato simbólico, la pregunta relevante es si realmente hay una diferen cia en terminos de salud cetre ambos ingredientes. Desde la bioquimica, ambos entregan glucosa y fructosa equivalentes en aporte calórico y en su impacto del debate. Cambiar un tipo de metabólico. El cuerpo humano no distingue si esas moléculas vienen de un cultivo de caña en América Latina o de mair subsichiado on el medio oeste estadounidense. Puede haber ligeras wariaciones en su absorción, pero ninguna con implicancia signifi cativa para la salud pública. Si bien algunos estudios han sugeazúcar por otro no corrige el exceso de azicares añadidos que domina buena parte de la oferta de alimentos ultraprocesados Elriesgo metabólico persiste.
Y lo mis preocupante: este tipo de estrategias de marketing puede generar una falsa sensación de seguridad, reforzando la idea errónea de que costen azúcares "buenos" y "marido que el jarabe de maiz de alLa fructosa, por Sumayor proporción de fructosa libre, podría te ner un efecto más marcado en la los", El verdadero problema no es su origen, es su abundancia, Enla última década, la evidencia ha sido concluyenbe el con lipogenesis hepática o la resisten cia a la insulina, estas diferencias sumo habitual de bebidas azucaradas se asocia con mayor riesson marginales frente al impacgo de obesidad, diabetes tipo 2. to global del exceso de azúcar en enfermedad cardiovascular y sinLa dieta drome metabólico. A diferencia Lo que si importa y mucho, es de los alimentos sólidos, estas bebidas no generan saciedad, interfieren con la autorregulación del apetito y favorecen la ganancia de peso. El dallo empieza bertpraano: hay una relación directa entre el consumo infantil de estar bebidas y el desarrollo posterior de enfermedades crónicas.
Em Chile, por ejemplo, se estima que mas del 650% de los escolares consume bebidas azucaradas al menos una vez por semana, y que estas representan una fuente significativa de azúcares añadidos en su dieta A ello se suma un aumento en la incidencia de caries. especialmente en grupos vulnerables. Las consecuencias no son anecdóticas a nivel poblacional, reducir su consumo puede significar ahorros sanitarios significativos y una mejora en la calidad. Jader Maruri Vargas