Columnas de Opinión: Más allá de la PGU: el desafío pendiente con nuestros adultos mayores
Columnas de Opinión: Más allá de la PGU: el desafío pendiente con nuestros adultos mayores Bélgica Arizmendy Carilao Ingeniera en Recursos Humanos n los últimos años, la implementación de la Pensión Garantizada Universal E (PGU) ha sido presentada como un avance significativo para las personas mayores en nuestro pais. No cabe duda de que este aporte economico mensual, destinado a quienes tienen 65 anos o mas, ha permitido aliviar en parte las estrecheces que enfrentan muchos jubilados. Sin embargo, basta con mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que aún estamos lejos de garantizar una vejez digna.
En nuestra region, donde el costo de la vida suele ser el mas alto que en otras zonas del pais, las pensiones y ayudas estatales muchas veces no alcanzan para cubrir gastos básicos como calefacción, alimentación saludable o medicamentos. A esto se suma la realidad de muchos adultos mayores que viven en soledad, con problemas de salud y con redes de apoyo debilitadas. La PGU, aunque necesaria, es solo un parche en un sistema que sigue arrastrando una deuda histórica con quienes construyeron el pais que hoy habitamos.
Resulta doloroso pensar que después de toda una vida de trabajo, miles de personas deban elegir entre comprar sus remedios o pagar las cuentas. ¿ Es eso lo que entendemos por envejecer con dignidad? La respuesta debe interpelar a nuestras autoridades, porque el desafio es mucho más profundo que entregar un bono mensual. Hablamos de garantizar acceso real a servicios de salud oportunos y de calidad, programas de integración social y políticas que reconozcan el valor y la experiencia de las personas mayores. No podemos olvidar que el envejecimiento de la población es una tendencia que se profundizara en las próximas décadas, por eso, urge pensar en soluciones estructurales y no seguir improvisando. Las pensiones deben ser suficientes para cubrir no solo la subsistencia, sino también el derecho a una vida plena. Como sociedad, debemos exigir a quienes toman decisiones que miren a los adultos mayores no como una carga, sino como ciudadanos con derechos que merecen respeto y consideración. Mejorar la PGU es un paso, pero no el único. La verdadera medida de una sociedad justa está en cómo trata a quienes ya recorrieron el camino antes que nosotros.
En un año donde abundaran las promesas y discursos de campaña, recordemos que la verdadera grandeza de un pais no se mide por sus cifras macroeconómicas, sino por cómo trata a quienes han trabajado toda una vida. Que los próximos candidatos no olviden que garantizar una vejez digna no es caridad. .. es justicia..