Autor: Pamela SCHwerter Gerente gral. Grupo Ahona.
Olvide la creencia: medicamentos vencidos sí pueden causar daño
Olvide la creencia: medicamentos vencidos sí pueden causar daño Diego Hermosilla P.
Existe la creencia popular de que no hay que preocuparse mayormente si un remedio está vencido, que se puede tomar, porque seguramente hace efecto igual después de esa fecha y que lo peor que puede pasar es que no cumpla su objetivo, pero sin hacer daño. Eso no es cierto. Desde la Universidad de Chile publicaron una guía donde María Nella Gai, académica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, borra muchos de estos mitos. Si un remedio está vencido “el principio activo puede haber generado productos de degradación tóxicos, por lo que además de una menor potencia, pueden ocurrir reacciones adversas”, advierte la experta. Gai agrega que en el caso de los antibióticos, si está vencido se aporta a un problema de salud pública, que es generar resistencia a este tipo de medicamentos.
Según se explica en el texto, acá “el problema es crítico, ya que, al tener menor cantidad de principio activo, pueden no alcanzarse las concentraciones óptimas para la eliminación de la infección y favorecer la aparición de resistencia microbiana, que constituye un problema serio de salud pública”. Y otra cosa: “El producto fuera de fecha puede haber desarrollado crecimiento microbiano”. Entonces, el mensaje es claro: hay que deshacerse de los medicamentos vencidos. Pero ahí surge otro desafío, pues de no hacerse correctamente se afecta la salud pública y el medioambiente. “Es urgente que tomemos conciencia del impacto que generan los residuos farmacéuticos mal gestionados: contaminación del agua, alteración de ecosistemas, exposición accidental de niños o mascotas e incluso el uso indebido de sustancias peligrosas.
La eliminación irresponsable de antibióticos, por ejemplo, puede contribuir al grave problema de la resistencia bacteriana, mientras que el descarte de opioides o sedantes plantea riesgos de abuso y adicción”, explica Pamela Schwerter, gerente general de Grupo Ahona, que publicó un manual para desechar medicamentos. Un 73% de los chilenos bota a la basura los remedios que ya no usa, de acuerdo con un estudio realizado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la U. de los Andes. Un 81% cree con esto se daña el medioambiente y 58% afirma que estaría dispuesto a reciclar. De aquel 73% de lo que se bota, 15% se deja en el reciclaje, 7% los desecha en el baño, 1% en el alcantarillado y 4% en otro lugar.
En el estudio, el académico de UAndes César Huiliñir explica que “si los productos farmacéuticos llegan a los rellenos sanitarios pueden ser degradados, absorbidos o entrar en el lixiviado que se filtra a través del relleno.
Uno de los productos que generan más problemas son los antibióticos, ya que su continuo uso y su liberación continua al medio ambiente provoca contaminación química y promueve la generación y propagación de genes de resistencia a los antibióticos y bacterias resistentes a los antibióticos”. Esa entrada de productos farmacéuticos al ambiente se suma a situaciones inevitables que provienen de la eliminación que hace el paciente a través del sudor, orina o deposiciones. Escasas opciones En la actualidad existen algunas cadenas de farmacia, puntos limpios de municipios y centros de salud que están recibiendo medicamentos vencidos, pero su uso es marginal. “En Chile, el acceso a programas de devolución de medicamentos sigue siendo limitado. Aunque existen iniciativas valiosas, falta una política nacional sólida, accesible y ampliamente difundida”, indica Schwerter.
En el manual, basado en directrices de la FDA y la OPS, se establece que primero hay que verificar que el medicamento esté en la lista de descarga segura; disolverlo en agua si están en forma sólida antes de verterlos en el inodoro, lo que debe hacerse lentamente bajo un flujo constante de agua. “Eliminar medicamentos correctamente no es solo una cuestión de orden, sino de responsabilidad ambiental y sanitaria. Y hoy, más que nunca, el planeta nos está pidiendo que actuemos”, cierra Schwerter. Responsabilidad.
No hay que echar los remedios a la basura o al inodoro: eso afecta la salud pública y el medioambiente. b “La eliminación irresponsable de antibióticos puede contribuir al grave problema de la resistencia bacteriana”. cifRa 73% de las personas indica que bota a la basura los remedios que ya no usa, de acuerdo con un estudio de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes.. Mito. Expertos descartan que un fármaco fuera de fecha únicamente pueda no hacer efecto; también generan microbios o toxicidad. Fármacos mal usados y mal desechados son peligro para la salud. / AGENCIAU