Chile Vamos vs. republicanos: bitácora de un quiebre
Chile Vamos vs. republicanos: bitácora de un quiebre staban obligados a verse.
El lunes 21, Evelyn Matthei y José Antonio Kast abordaron el mismo vuelo Latam rumbo a Puerto Montt -donde viajaron para participar en el debate Salmón Summit 2025-, mientras a nivel político y mediático seguía el impacto de la denuncia de la exedil por una campaña que calificó de "asquerosa" -que apuntaba a dejarla con un supuesto alzhéimer-, y que Chile Vamos atribuyó a adherentes republicanos. Primó la distancia. No hubo contacto cuando Matthei pasó a comer un completo y Kast una ensalada en el aeropuerto de Santiago. Tampoco después, cuando la exalcaldesa se ubicó en la fila 8 y el abanderado republicano en la 17. Solo hubo un saludo formal. Quienes iban en el vuelo comentan que ninguno se movió de su asiento en las casi dos horas de vuelo.
Tampoco se juntaron en las horas restantes: la exalcaldesa se reunió con vecinos de Mirasol y se hospedó en el hotel boutique Casa Molino, donde junto a su equipo y al alcalde de Puerto Montt, el RN Rodrigo Wainraight, repasó los puntos de la presentación que realizó al día siguiente. Kast -a unos 15 kilómetros de distanciase reunió con dirigentes de los trabajadores salmonicultores y se hospedó en el Enjoy antiguo de Puerto Varas. Solo volvieron a estar frente a frente el martes 22, en el set del Teatro del Lago, en Frutillar, donde nuevamente se impuso la formalidad, al ingreso y al momento de la despedida. No hubo más espacios para el diálogo. Matthei fue invitada por dirigentes locales a un curanto en Angelmó y retornó a Santiago el mismo martes. Kast -que se quedó un día más participó en otra reunión con dirigentes regionales en Puerto Varas y con la Junta de Vecinos Michelle Bachelet. La frialdad entre ambos presidenciables es un dato que revela la temperatura por la que pasan las relaciones entre Chile Vamos y republicanos. Desde el segundo plebiscito constitucional, estas se han ido deteriorando progresivamente. Pero ahora -aseveran en ambos lados de esta contienda pasan por un muy mal momento. Y la denuncia de Matthei de una "campaña asquerosa" es la muestra más clara de ello.
Desde el entorno de la exedil se sostiene que tampoco han contribuido a limar las asperezas las declaraciones de la secretaria general de la tienda de Kast, Ruth Hurtado, en T13 Radio, quien el martes 22 afirmó que "no nos hacemos cargo de falsas denuncias". Y que en una segunda vuelta entre Jeannette Jara y Kast va a haber una "estampida" hacia el Partido Republicano. El temor es que la tensión impacte la competencia parlamentaria y, peor aún, los apoyos cruzados en una segunda vuelta. A ello apuntó la carta de los empresarios del sábado pasado en El Mercurio, una idea que surgió del exministro de Educación Gerardo Varela y el exalcalde de Santiago Raúl Alcaíno. Ambos se juntaron a almorzar el miércoles 9 de julio, en el restaurante Rivoli, de Nueva de Lyon, preocupados por la falta de Nueva de Lyon, preocupados por la falta de unidad. La decisión fue escribir una carta abierta; luego coincidieron en sumar adherentes. Al final, Juan Francisco Mackenna la subió a un sitio digital y se dispararon las firmas (hasta el viernes iban 3.657). Pero algunos en Chile Vamos no evaluaron bien la iniciativa.
La consideraron un abrazo del oso del empresariado, frente al eje pueblo-élite planteado por la abanderada del oficialismo, y porque los metieron en el mismo saco que a republicanos y a libertarios. "Es un absurdo que se plantee en esos términos. Nosotros somos gente que nos preocupa la cosa pública y nos preocupa Chile. Los que están metidos con los dedos en la política todo el día tienen súper buenas razones para estar enojados y heridos unos con otros. Están llenos de cicatrices, porque tienen una historia para atrás, pero nosotros lo que estamos haciendo es un llamado a lograr la unidad. No hay otro propósito", plantea Varela. En Chile Vamos también hay quienes empujan una relación más fluida de los presidentes de los partidos de ambos bloques y también de los presidenciables. Un historial con roces Kast y Matthei nunca han sido cercanos. No son amigos, no comparten el mismo círculo ni las mismas ideas. Tampoco se comunican por WhatsApp ni por celular. "No se tienen en el llamado rápido", comenta una fuente.
El único encuentro reservado que se conoce lo reveló el propio Kast el 19 de diciembre del año pasado, en Desde La Redacción de La Tercera, al admitir que se habían juntado hacía unos seis meses a tomar un café. "Hablamos de temas de educación, de temas de pensiones. Yo no tengo problema en conversar con Evelyn Matthei (... ) no tengo problema en conversar con nadie", sostuvo en esa fecha. Pero tienen una historia en común. Aparecieron en la franja del plebiscito de 1988 apoyando la opción "Sí", que permitía la continuidad del general Augusto Pinochet en el poder. Coincidieron en la UDI y, también, por nueve años en el Parlamento, ella como senadora, él como diputado.
Las únicas alineaciones políticas se produjeron en 2010, cuando Matthei apoyó a Kast en su postulación por la presidencia del partido y se enfrentó al senador Juan Antonio Coloma, quien al final se quedó con la testera.
Y en 2021, cuando Kast -ya fuera de la UDI desde 2016 no compartió que el gremialismo la apartara de la competencia por La Moneda. "Sería un error que excluyeran a Evelyn Matthei de las primarias, porque hay un sector importante de la derecha chilena que quiere una voz más firme, más clara y distinta a otros de los candidatos", señaló en mayo de ese año.
En republicanos se reconoce, además, que ella -ese año fue una de las primeras en entregarle su apoyo sin condiciones para la segunda vuelta, tras la derrota de Sebastián Sichel. "Tengo diferencias con él, pero sí siempre he creído que es un hombre bueno, honesto, sencillo, inteligente, que no va a tratar con personas que sean corruptas y. Chile Vamos vs. republicanos: bitácora de un quiebre Aunque desde el segundo proceso constitucional las relaciones están frías, en las últimas semanas en ambos lados reconocen que los vínculos se han deteriorado. Esta semana, Kasl y Matthei se vieron las caras en Frutillar. Pero aunque viajaron en el mismo avión y estuvieron en el mismo set, no cruzaron palabra. En este clima se iniciaron las negociaciones por las regiones binominales, ante el temor de perder las mayorías en el Congreso. Por Nelly Yáñez N. que tiene la madurez y sensatez como para darle estabilidad a nuestro país y sacarlo adelante", dijo Matthei en esa oportunidad. Desde esa fecha la separación ha sido radical.
Y quedó registrada en 2023, en el segundo proceso constitucional, por las diferencias marcadas por Chile Vamos y por la propia exedil, cuando -en directa alusión a Kast y al accionar de republicanos sostuvo que "más parece un programa de gobierno de una mayoría circunstancial que una Constitución.
Si las cosas siguen así, naturalmente no voy a poner mi capital político para la aprobación de esta nueva Constitución". "Ese absolutismo programático del Partido Republicano marcó un quiebre bien de fondo", comenta una fuente de Chile Vamos.
Los choques se profundizaron, para unos y otros, con las elecciones municipales y de gobiernos regionales de octubre del año pasado, donde los republicanos no obtuvieron los resultados que esperaban; con la reforma previsional de principios de este año, que no fue compartida por la tienda de Kast; con la resistencia a una primaria y a una lista parlamentaria única, y con la disputa presidencial, donde ninguno está dispuesto a ceder espacios. Menos aún -en Chile Vamos ante la pérdida de la posición predominante de la exministra en las encuestas y donde está en juego la hegemonía del sector. Marzo marcó la arremetida.
Primero por la pena de muerte, luego de que Matthei dijera que "sí debiera aplicarse", punto que fue replicado por Kast -cuya estrategia es no involucrarse en temas valóricos sensibles-, diciendo que "es la salida más fácil para los asesinos y para los que se ponen nerviosos con las encuestas". Tampoco hizo comentarios de fondo sobre la postura de Matthei por el golpe de Estado y las muertes "inevitables". Solo se limitó a señalar que "nuestra posición no cambia según la ansiedad electoral". Y respondió con un "nuestro adversario está al frente", cuando la exedil sostuvo que Johannes Kaiser "es mucho más respetuoso de las mujeres que Kast", en referencia a la píldora anticonceptiva. La versión más compleja se registró el 17 de julio, con la denuncia de una campaña sucia por los bots.
Y por las acusaciones del diputado de RN Frank Sauerbaum en orden a que "(Arturo) Squella es el sicario de Kast". Todo en medio del paso a la ofensiva de Matthei, que sinceró -a través de su generalísimo Diego Paulsen que Kast es el contendor a derrotar en una primera vuelta. "Siempre dijimos que la línea de partida de la campaña era después de las primarias del oficialismo. Es cierto que eso desbalanceó las encuestas, porque la reacción inicial fue la polarización entre Jara y Kast. Pero eso va a ir decantando y van a primar la moderación y la fortaleza de nuestras propuestas", dice el diputado y secretario general de la UDI, Juan Antonio Coloma.
Del "portazo" a la negociación La posibilidad de una "coordinación inteligente" en las cuatro circunscripciones que eligen dos senadores estuvo a punto de fracasar el martes 15 de julio, cuando el de fracasar el martes 15 de julio, cuando el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, afirmó en CNN que recibió un "portazo" de los presidentes de Chile Vamos.
Esto, porque había hablado con Guillermo Ramírez, presidente de la UDI, quien le había hecho ver que no podía decirle que sí de inmediato, porque debía conversar el tema con el resto de Chile Vamos y porque, en general, la propuesta le parecía insuficiente.
El asunto del portazo molestó al presidente de RN, Rodrigo Galilea, quien en dente de RN, Rodrigo Galilea, quien en Mesa Central confirmó que con él no había hablado; que devolvió el llamado, pero que no tuvo respuesta.
Y calificó a su par como "particularmente duro (... ), más allá de lo que corresponde a un presidente de partido". El incipiente intento de negociación había llegado a un punto muerto, mientras en las filas de Chile Vamos cundía la molestia con el timonel republicano.
No obstante, el mismo Squella -para evitar una escalada llamó ese domingo a Galilea, con quien acordó iniciar los primeros acercamientos para analizar posibles omisiones en las cuatro regiones binominales (Arica, Tarapacá, Atacama y Aysén), que eligen dos senadores. Y estudiar -de paso posibilidades de acuerdo en distritos específicos, como los de Arica, Tarapacá, Aysén y Magallanes, que eligen tres parlamentarios cada uno. En republicanos admiten que ya ha habido contactos entre el director ejecutivo de Acción Republicana, Sebastián Figueroa, y la secretaria general de RN, Andrea Balladares. Pero insisten en que es clave que Chile Vamos cierre el acuerdo parlamentario con Demócratas, cosa que -si bien está en la etapa final hasta ahora no sucede.
Guillermo Ramírez -quien es amigo de Squella desde los tiempos de la FEUCaboga por un esfuerzo mayor. "La verdad es que no entiendo la posición de republicanos, porque si ellos de verdad creen que José Antonio Kast va a llegar a la Presidencia, debieran ser los primeros interesados en la lista única para asegurar un gobierno con mayoría parlamentaria.
Y, como estoy convencido de que Matthei va a ser la Presidenta, voy a empujar la idea de la lista única hasta el último momento", sostiene, al advertir que está en riesgo la mayoría en el Congreso; que los pactos por omisión no son suficientes ante un oficialismo que va en una sola plantilla y que el problema está en los distritos de alta magnitud, no en los de baja. El asunto no es fácil. De hecho, el Partido Social Cristiano -que ya selló un pacto con republicanos y libertarios expresó su sorpresa por las tratativas y adelantó que su decisión es competir en todas las circunscripciones. A nivel político un acuerdo en este sentido es visto como una señal para bajar la tensión en ambos bloques. Más aún ante un drástico diagnóstico: que no solo pueden perder las mayorías en el Congreso, sino que también la presidencial, ante una carrera que -con voto obligatorio puede dar más de una sorpresa. O.