Columnas de Opinión: Una plaga que revela otra crisis
Columnas de Opinión: Una plaga que revela otra crisis EDITORIAL Los testimonios de agricultores de la provincia del Limarí son desoladores: pérdidas de hasta un 80% en sus cosechas, incertidumbre frente a la próxima temporada y una sensación de abandono que se repite con cada crisis. La plaga de la mosca de la fruta -una amenaza conocida desde hace añosha golpeado con fuerza en una zona que ya arrastra una prolongada sequía, altos costos de producción y falta de apoyo estructural. El problema no es solo biológico. Es institucional. ¿Cómo es posible que se llegue a este nivel de afectación sin que existan alertas tempranas, contención eficaz ni apoyo preventivo a los productores? Sin duda hay que reforzar la vigilancia. Lo más grave es que esta situación no solo afecta a productores locales. También pone en jaque la condición de país libre de la mosca de la fruta, un estatus clave para mantener nuestras exportaciones agrícolas y que, de perderse, implicaría restricciones comerciales, sobrecostos y menor competitividad. A eso se suman los efectos en la empleabilidad, ya que el daño a la producción impacta directamente en el empleo agrícola, uno de los pilares del Limarí. Hoy. los agricultores piden algo básico: que no los dejen solos. Se necesita una acción decidida del Estado para contener la emergencia actual. pero también un rediseño profundo de las políticas de sanidad agrícola. No podemos seguir actuando cuando el daño ya está hecho. La vigilancia, la educación, la innovación tecnológica y el acompañamiento a los agricultores deben ser parte de una estrategia real, con financiamiento adecuado y visión territorial. Lo que ocurre en Limarí debe encender las alarmas no solo en las autoridades del agro, sino también en los actores económicos y políticos de la región. La agricultura es identidad, empleo y desarrollo. Si no somos capaces de protegerla, poco nos queda por defender.. La devastación agrícola en el Limari por la mosca de la fruta no solo es una emergencia fitosanitaria. Es el reflejo de un sistema debilitado, donde la falta de recursos, fiscalización y planificación se traduce en pérdidas millonarias y en el sufrimiento de quienes viven del campo.