Zonas de silencio de comunicación
Zonas de silencio de comunicación n una región como Antofagasta, donde el E discurso de la "transformación digital" aparece en cada foro de desarrollo, resulta casi absurdo -y a la vez reveladorque aún existan 76 "zonas de silencio", es decir, sectores donde simplemente no hay señal telefónica ni conectividad móvil. Esta desconexión, lejos de ser anecdótica, es un símbolo del abandono estructural que afecta al norte de Chile. Los datos son contundentes. La comuna de Taltal concentra la mayor cantidad de puntos sin cobertura, seguida por Calama y San Pedro de Atacama. Las rutas B-400, la 5 Norte y la 1 -arterias claves para el transporte, el turismo y la mineríapresentan extensos tramos sin ningún tipo de comunicación posible. Esta no es solo una molestia para los usuarios: es una amenaza real a la seguridad. Desde la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) se ha reconocido la existencia de estas brechas, y se mencionan concursos de espectro móvil como parte de la solución. Pero la lentitud de la respuesta y la falta de concreción en los compromisos asumidos por las empresas concesionarias refuerzan una sensación generalizada de negligencia. La infraestructura de telecomunicaciones no puede seguir priorizando solo los grandes centros urbanos o los lugares rentables para las compañías. La conectividad debe ser concebida como un servicio público esencial, con estándares mínimos garantizados por el Estado y exigencias claras a las empresas que operan en el rubro. Esta invisibilidad, en un país que se precia de ser lider en conectividad regional, debería escandalizarnos. Porque en el siglo XXI, estar desconectado no es solo no tener internet: es no tener voz, no tener auxilio, no tener futuro. Y eso, simplemente, ya no es aceptable.
El silencio que reina en estos rincones del norte no es solo la ausencia de señal: es el eco de promesas incumplidas.. Esta paradoja -riqueza sin conectividades un reflejo de cómo la modernización no siempre llega a todos.. Estamos hablando del acceso a un derecho fundamental. E Editorial El silencio que reina en estos rincones del norte no es solo la ausencia de señal: es el eco de promesas incumplidas.