Autor: Ignacio Silva Medios Regionales
Discalculia: el desconocido trastorno que afecta el aprendizaje de las matemáticas
Cerca del 10% de la población mundial la padece, sin embargo, poco se sabe de este déficit que provoca dificultades, de moderadas a extremas, en tareas de cálculos. Experto en educación digital explica el trastorno y sugiere tratamiento. Diagnóstico Integral de Aprendizajes, realizada en 2020, reveló una realidad poco explorada en Chile: los resultados en matemáticas no alcanzaron el 50% de lo esperado.
De hecho, el test ideado por la Agencia de Calidad de la Educación determinó que los alumnos de segundo medio solo aprendieron el 27% de los contenidos, mientras que en tercero medio se cumplió solo con el 33% de la malla de la asignatura. Según expertos, los factores que influyen en esos resultados son múltiples. Y dentro de ellos hay un trastorno poco conocido: la discalculia.
“La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico que afecta a la adquisición de conocimientos sobre los números y el cálculo”, explica Javier Arroyo, economista español y creador de Smartick, un multipremiado método line para enseñar matemáticas a niños. Según el especialista, el déficit puede presentarse de forma muy heterogénea, aunque en general los niños con discalculia experimentan dificultades en el aprendizaje de las matemáticas. “Como consecuencia de esto, tienen dificultades para la discriminación entre cantidades, el conteo, el reconocimiento de dígitos y el cálculo”, precisa.
En la vida real, estima Arroyo, la discalculia implica dificultades en situaciones tan cotidianas como leer un reloj de agujas o la patente de un auto, memorizar teléfonos o secuencias numéricas, L evaluación de ÉS Un niño al que no se le detecta la discalculia pronto es muy probable que sea etiquetado como torpe o vago”. Javier Arroyo, economista español. 68 De chicos suelen tener problemas para contar o para entender términos como más grande y más pequeño”. Javier Arroyo, creador de Smartick. calcular distancias en el transporte público, controlar las dosis de las medicinas o, incluso, calcular el vuelto de las compras. RECONOCIMIENTO Se dice que cerca del 10% de la población mundial sufre de discalculia. En Chile, sin embargo, tiene una prevalencia estimada de entre el 5% y el 7%, cifra similar a la de la dislexia. Su baja presencia puede, en parte, explicar el desconocimiento en torno al trastorno, aunque Arroyo advierte la importancia de detectarlo a tiempo. “Un niño al que no se le detecta la discalculia pronto es muy probable que sea etiquetado como torpe o vago.
Esto tiene dos claras consecuencias: a nivel académico desarrollará una animadversión hacia las matemáticas que va a agravar el problema; mientras que a nivel psicológico el niño pierde su autoestima, se siente incapaz, desarrolla ansiedad ante lo escolar y este coste personal puede acabar teniendo un gran impacto en su rendimiento en el resto de materias”, dice el especialista, que además desarrolló un test para la detección del trastorno junto a dos universidades españolas. Eso sí, Arroyo expone que si bien lo ideal es detectarla a edad temprana, es difícil identificar la discalculia antes de los 6 años. “Para poder detectar la discalculia es necesario tener en cuenta que los síntomas se manifiestan de manera diferente en función de las edades.
Así, en educación infantil suelen tener problemas para aprender a contar, dificultades para entender términos relacionados con las matemáticas -como “más grande” y “más pequeño”-, no pueden entender la relación entre número y cantidad”, comenta el economista. “En la educación primaria, las dificultades en matemáticas de niños con discalculia pueden traducirse en suspensos en la clase de matemáticas, mientras que en el resto de las asignaturas las dificultades son considerablemente menores.
En este período educativo les cuesta entender conceptos como “mayor que” y “menor que”; suelen confundir los símbolos aritméticos, les cuesta aprender y recordar hechos numéricos, tienen dificultad para entender el valor de la posición de los números o siguen usando, más allá de los 8 años, los dedos para contar en lugar del cálculo mental”, acota. -¿ Qué importancia tiene el diagnóstico a nivel personal?-Para estas personas, a las que de otra forma se etiqueta de “torpes” o “vagos”, el diagnóstico representa no solo una explicación, sino una liberación, y permite rebajar los niveles de ansiedad que sufren, que pueden afectar a su autoestima y llegar a provocar el abandono escolar. -Una vez identificada la discalculia, ¿se puede revertir? ¿ Existe tratamiento? -Una vez que se identifica que el niño presenta una dificultad específica para el aprendizaje, debe acudirse a un especialista en trastornos del aprendizaje que confirme el diagnóstico y descarte que no hay otro trastorno o condición, como bajo Cl o problemas específicos de psicomotricidad fina, que pueda explicar su bajo rendimiento. Posteriormente, el especialista deberá realizar una intervención específica e integral sobre las habilidades matemáticas básicas que fomente la comprensión de las relaciones numéricas y los procedimientos aritméticos sobre la memorización. Asimismo, será necesaria la implicación de la familia y la realización de adaptaciones en el colegio. Se recomienda una enseñanza de las matemáticas muy pautada, con secuencias de aprendizaje muy estructuradas y con uso de objetos manipulativos que van a favorecer la comprensión profunda de los conceptos matemáticos. €
Resumen
“La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico que afecta a la adquisición de conocimientos sobre los números y el cálculo”, explica Javier Arroyo, economista español y creador de Smartick, un multipremiado método line para enseñar matemáticas a niños., En la vida real, estima Arroyo, la discalculia implica dificultades en situaciones tan cotidianas como leer un reloj de agujas o la patente de un auto, memorizar teléfonos o secuencias numéricas,
L evaluación de ÉS
Un niño al que no se le detecta la discalculia pronto es muy probable que sea etiquetado como torpe o vago”., Esto tiene dos claras consecuencias: a nivel académico desarrollará una animadversión hacia las matemáticas que va a agravar el problema; mientras que a nivel psicológico el niño pierde su autoestima, se siente incapaz, desarrolla ansiedad ante lo escolar y este coste personal puede acabar teniendo un gran impacto en su rendimiento en el resto de materias”, dice el especialista, que además desarrolló un test para la detección del trastorno junto a dos universidades españolas.
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