CUANDO EL TALENTO SE APAGA, EL FUTURO SE ENFRÍA
CUANDO EL TALENTO SE APAGA, EL FUTURO SE ENFRÍA CUANDO EL TALENTO SE APAGA, EL FUTURO SE ENFRÍA CUANDO EL TALENTO SE APAGA, EL FUTURO SE ENFRÍA Según el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial, elaborado por Cenia y Cepal, nuestro país lidera la región en esta tecnología. Esto nos posiciona como un actor relevante en la economía del conocimiento y demuestra que somos capaces de formar profesionales de excelencia y construir capacidades estratégicas para el futuro. Pero detrás de esta buena noticia se esconde una paradoja que debería encender nuestras alertas: mientras que nos esforzamos por avanzar en tecnología, retrocedemos en motivación. El 84% de los trabajadores chilenos se siente subutilizado, el 77% declara realizar tareas por debajo de sus capacidades y el 88% dice no usar plenamente sus habilidades.
Estos son los peores indicadores de América Latina y revelan la expansión silenciosa de un fenómeno poco discutido, pero profundamente dañino: el boreout --el aburrimiento crónico por falta de desafíos--. Una forma de desgaste que erosiona la motivación, anula el compromiso y termina drenando el talento más valioso de nuestras organizaciones. Y cuando ese talento se cansa de esperar, se va. Tal vez no físicamente --aún tenemos una baja tasa de emigración comparada con otros países--, pero sí emocional y profesionalmente. Se desconecta, se apaga o, simplemente, no vuelve. Hace unas semanas, participé en el evento MBA Chile en Nueva York, donde compartí con jóvenes brillantes, preparados en las mejores universidades del mundo, con una mirada global y un compromiso sincero con Chile.
Pero también con una pregunta muy inquietante: "¿ Volver al país... para qué?". No se trata de desamor sino, más bien, decepción por lo que consideran van a encontrar al regreso: estructuras rígidas, espacios estrechos para innovar y decisiones tomadas desde la inercia más que desde la ambición. Y cuando un talento decide no volver --o uno que está acá deja de creer--, Chile no solo pierde un CV destacado. Pierde redes, ideas, liderazgo. Pierde un puente al futuro. Mientras tanto, empresas como OpenAI, Meta, Google y Amazon están librando una auténtica guerra por captar a los mejores talentos, en un escenario donde no solo las empresas sino también los países compiten. Y aquellos que no logren generar entornos estimulantes, desafiantes y con propósito corren el riesgo de quedarse atrás. Chile tiene una oportunidad histórica. La combinación de nuestras ventajas naturales --minería, energías limpias, alimentos, astronomía-y el talento digital emergente puede convertirnos en un polo de innovación único en la región. Pero no basta con infraestructura o conectividad.
Lo que definirá nuestra ventaja competitiva para ser un país apto para el futuro será nuestra capacidad de atraer, desafiar y retener a las personas que pueden transformar datos en decisiones, ideas en soluciones y visión en impacto. Porque el talento no se va por falta de afecto, se va por falta de sentido.
Y cuando el talento se apaga, el futuro se enfría. una gran cantidad de edificios con hasta 35 años, lo que se traduce en valores por m en Nueva Las Condes y el ingreso de íconos como CUANDO EL TALENTO SE APAGA, EL FUTURO SE ENFRÍA Análisis SANDRA GUAZZOTTI Directora de empresas Sin Asignar Sin Asignar.