X y millennials
X y millennials U nos carecen hasta de nombre. Se los llama "Generación X". Les faltaban varios elementos que fueron significativos en la generación que les siguió, los millennials. Los X vivieron sin teléfonos inteligentes y los PC fueron asunto esporádico. Jugaron en la calle y la tierra; las vacaciones eran épocas de codos y rodillas peladas por caídas en bicicleta. Los millennials están familiarizados con los aparatos inteligentes, internet masificada, la intensificación de las experiencias virtuales y piezas de puertas cerradas. Los X vivieron su adolescencia en dictadura. Los millennials son conscientes sólo de democracia y su pérdida es vista como atavismo, casi un imposible. Los X conocieron la pobreza, propia o cercanamente.
A los más afortunados les pasó como al Gitano Rodríguez: sin ser pobres vivieron con "miedo inconcebible a la pobreza", vieron pies descalzos, ojotas, mendigos que pasaban todos los días pidiendo algo de comer por las casas, chalecos tejidos, la ropa de tienda muy cara, los cassettes y el pirateo de música. Los millennials zafaron de todo eso. No le temen al hambre y al frío, imaginan que su capacidad de consumo se conservará, aunque no tienen ni inquietud ni poderes de inversión. Los X pasaron de la protesta a la transición. Se acostumbraron a la normalidad y pudieron experimentar con intensidad una cultura altamente autoconsciente, pero también auto-referida. Con la dictadura cayó también la música de protesta y el virtuosismo más vacío de Los Tres reemplazó el coraje sincero y elocuente de Los Prisioneros.
Una incipiente institucionalidad cultural surgió y en la TV nos sorprendimos con el "Show de los Libros", "Cinevideo", "Ojo con el Arte". Hubo conatos de iniciativas juveniles: la "Zona de Contacto", "Rock & Pop". "Reality Bites" y "Antes del Amanecer" fueron películas de mensaje ingenuo, pero claro: el mundo adulto era aburguesado, pero no parecía haber alternativa. La única salida siguió siendo cultural, interna: libros, películas y destinos de viaje que se pasaban de boca en boca. Los millennials son extraños para la generación previa. Aparecieron vociferando, con severidad ajena a las experiencias más frívolas de las fiestas de antaño. Pensaban su destino como alteración de la realidad. Se sintieron discontinuos con vetustos dirigentes e intelectuales que se movían entre la senectud y el acomodo. A poco andar, sin embargo, el triunfo político apresurado les jugó una mala pasada. El futuro es abierto. Pero, con mayor rapidez que todos sus antecesores (desde el 68 en adelante), cayeron en el cinismo sarcástico, la frivolidad y la corrupción.
Un síntoma llamativo es que Los Bunkers, el presumible referente millennial, se apartó de las inquietudes de ese lote y parecen resonar con más fuerza --con su síntesis de virtuosismo penquista y compromiso prisionero-en los X y sus hijos. X y millennials Hugo E. Herrera Prof. Titular Derecho UDP "Los millennials imaginan que su capacidad de consumo se conservará, aunque no tienen ni inquietud ni poderes de inversión"..