Autor: JOSÉ TOMÁS TENORIO LABRA Corresponsal en España
Sueldos bajos, poca productividad y alto desempleo, las paradojas del crecimiento en España
Sueldos bajos, poca productividad y alto desempleo, las paradojas del crecimiento en España en las compañías para invertir en innovación y tecnología, lo que reduce su capacidad para crecer y mejorar procesos, y existe una baja digitalización en algunos sectores clave y poca movilidad y adaptación de los trabajadores, lo que impacta en la productividad”, dice Velásquez.
Empleo al alza, pero con alta desocupación Donde España sí nota un crecimiento más o menos constante en los últimos años es en el empleo, que en julio arrojó un récord de 22 millones de trabajadores, unas cifras celebradas por el gobierno. Y aunque el desempleo cayó a un 10,29%, su cifra más baja desde 2008, sigue presentándose como un gran problema que, a pesar de sus mejoras, puede entrampar el crecimiento económico.
Los niveles de desempleo en España siguen siendo los más altos de toda la Unión Europea (UE), y casi el doble del promedio del bloque, que en julio se situó en un 5,9%. A nivel juvenil el país también se sitúa como el segundo con mayor porcentaje de desempleados en el grupo, con una tasa de paro de 24%, solo superada por la de Estonia (25,4% ), y también muy por sobre el 14,1% que en promedio tiene la UE.
Se señala además el hecho de que si bien los empleos crecen, los puestos de trabajo a tiempo parcial los más precarios son los que aumentan a un ritmo mayor, con más de tres millones de trabajadores en esta modalidad en 2025, un récord para España y que representó un aumento del 9,5% de este tipo de empleos respecto a 2024.
“Hay factores estructurales (para los problemas con el empleo), como la debilidad de políticas de activación de los desempleados, que funcionan desigualmente en las comunidades autónomas; una inadaptación del sistema educativo para la transición de los jóvenes hacia el mercado laboral; y una ampliación de los derechos sociales con todo tipo de prestaciones que si bien han ayudado a reducir la pobreza, no se diseñaron en consonancia con la necesidad de trabajar, y entonces a veces hay ahí desincentivos para trabajar para las personas que perciben estas prestaciones”, explica Raymond Torres, director de Coyuntura Económica del centro de análisis económico y social Funcas. Su economía crece a tal ritmo que ya hay algunos que la califican como la “locomotora de Europa”, pero para millones en España este buen momento no se ve reflejado en su día a día.
Con sueldos que apenas crecieron en las últimas décadas, un nivel de desempleo que lidera las estadísticas europeas y una productividad estancada, el país enfrenta una verdadera paradoja económica sin resolver que a m e n a z a s u c r e c i m i e n t o y arriesga con crear mayores problemas.
“La economía española sigue creciendo de manera muy fuerte”, apuntó a fines de julio el Presidente de España, Pedro Sánchez, durante su balance del actual curso político, al subrayar uno de los puntos más fuertes de su gobierno. Según todos los organismos internacionales, la nación será por tercer año consecutivo la gran economía europea que más crezca, con entre un 2,4% y un 2,6% de aumento de su PIB.
Pero una semana antes del discurso de Sánchez, la OCDE apuntó a una de las grandes deficiencias que tiene España: según datos del organismo, en las últimas tres décadas el sueldo real de los españoles solo se inc r e m e n t ó u n 2, 7 %, d e s d e 32.157 en 1994 euros anuales (en valores actuales) a 33.044 en 2024, un aumento de 887 euros en 30 años. Los datos dejaron a España con el cuarto peor resultado entre los 38 países de la OCDE, solo por sobre México, Japón e Italia.
La cifra del 2,7% fue además 11 veces inferior al promedio del grupo, que en 30 años vio crecer en promedio sus salarios en un 30,86%. Se suma el hecho de que, según datos oficiales recogidos por el diario ABC, actualmente EFE el salario medio de los españoles en 21 provincias del país es igual o menor al de los jubilados, frente al lento crecimiento de los sueldos en los últimos años y el aumento sostenido de las jubilaciones.
La situación es aún más problemática si se toma en cuenta que, como advierten economistas, el envejecimiento poblacional en España está generando una carga cada vez mayor sobre los nuevos trabajadores para poder sostener el sistema de seguridad social, lo que podría impactar aún más sus salarios en el futuro.
Una productividad estancada El escaso aumento de los salarios a pesar del crecimiento económico se debe a la “baja productividad” que afecta desde hace años a España, en donde “el valor que genera cada hora de trabajo es menor al de países comparables como Francia, Alemania o Italia”, dice Francisco Velásquez, economista de la Universidad Autónoma de Madrid.
Según datos de la Fundación BBVA, la productividad en España en las últimas dos décadas retrocedió un 7,3%, y aunque el país vio mejoras en este ítem en los últimos años, actualmente las cifras de productividad muestran un estancamiento.
Este ítem solo creció un 0,9% en los primeros tres meses de 2025 frente al mismo período de 2024, un freno considerable para una productividad que llegó a rondar el 2% de crecimiento en el tercer trimestre del año pasado.
Un punto débil en ese sentido lo muestra su sector industrial, que desde el año 2000 hasta hoy perdió más de 723.000 puestos de trabajo, y pasó de generar el 17,3% del empleo total a apenas el 9,9% en 2024, según la Fundación BBVA. El sector, además, vio caer su peso en la economía local en el mismo período de un 17,9% del valor añadido bruto a solo el 11,8%. “Hay poco esfuerzo o trabas. El país arrastra desde hace décadas problemas estructurales que amenazan con entrampar los buenos resultados de su economía, y que siguen sin encontrar solución. Pese a estar a la cabeza económica de la UE: EL DESEMPLEO cayó a 10,2%, su cifra más baja desde 2008, pero sigue siendo preocupante. En la foto, un trabajador de la construcción en Toledo.