EDITORIAL: Políticos sí, técnicos no
EDITORIAL: Políticos sí, técnicos no S e cumple casi un mes desde que la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, triunfara en las primarias del oficialismo, pero aún no logra sumar cuadros técnicos relevantes a su campaña. En cambio, se ha sabido de distintos economistas de centroizquierda que han rechazado formar parte del comando. Algunos, porque ni siquiera están dispuestos a votar por ella, y otros --como el exministro Eyzaguirre-porque, si bien han anunciado su voto por Jara, han manifestado diferencias profundas con su visión de país.
Por ahora, una de las pocas figuras de este ámbito que se sigue mencionando es el exjefe programático de Carolina Tohá y exministro Segpres, Álvaro García (PPD). Con todo, se trata de alguien que, más que en lo técnico, ha desarrollado su trayectoria pública en el mundo político.
Así las cosas, y más allá de la esperada incorporación de exministros socialistas como serían Ricardo Solari y Ana Lya Uriarte, la promesa de "reseteo" sigue estando trunca en lo referido a cuadros profesionales que puedan asumir con credibilidad las áreas sectoriales de una candidatura que pretende alejarse de la propuesta radical presentada en las primarias.
Contrasta, sin embargo, lo que ocurre en el nivel técnico con la situación en el ámbito político, donde una gran mayoría de parlamentarios, ordenadamente, se han cuadrado tras la candidatura de Jara por estimar que esa es la única opción para salvar los escaños en juego.
Tal vez el caso más paradigmático (y en cierta medida chocante) sea el del diputado DC Eric Aedo, quien, haciendo abstracción de profundas diferencias ideológicas y de su propia trayectoria (fue un destacado partidario del Rechazo), se ha jugado completamente por lograr que su partido apoye a la postulante comunista. Es evidente el cálculo que subyace en estos posicionamientos, parte del esfuerzo oficialista por conformar una lista parlamentaria única para maximizar su eficacia electoral en un momento complejo, marcado por la impopularidad del Gobierno. Con todo, esta apuesta no está exenta de peligros, particularmente para la centroizquierda.
Y es que, al correr a ordenarse en una lista única comprometida con Jara, ese sector corre el riesgo no solo de perder, sino que hacerlo alienando a una parte de su propio electorado, tal como ocurrió en el plebiscito constitucional de 2022, origen de un quiebre cuyas consecuencias se siguen sintiendo. Ese escenario bien podría no solo repetirse, sino que profundizarse al ser una candidata comunista la que encabeza la coalición. Al parecer, el mundo técnico así lo está comprendiendo. El mundo político, claramente no. La centroizquierda otra vez arriesga alienar a su propio electorado. Políticos sí, técnicos no.