Editorial: El valor de la educación TP
Editorial: El valor de la educación TP A Este tipo de formación, de alto impacto y gatillante de movilidad social, es clave para una región como Los Lagos. unque hasta hace algunos años era la educación universitaria la que suponía un vehículo más que efectivo para mejorar la calidad de vida de las personas, cambiando tanto los entornos familiares como las expectativas para las generaciones posteriores, progresivamente tal idea se ha ido erradicando en el país gracias a la progresiva consolidación de la educación técnico profesional (TP), de la mano del retroceso de la injusta estigmatización y de políticas públicas que han contribuido a su validación y masificación. Hoy, más jóvenes están apostando por una formación técnico profesional e iniciando posteriormente su inserción en un mercado laboral que reconoce su preparación y conocimientos pertinentes para los sectores productivos.
En regiones como esta, donde la actividad económica se sustenta en áreas que exigen conocimientos y habilidades muy específicas de los trabajadores, como la acuicultura, el transporte marítimo, el agro y la infinidad de servicios relacionados, la educación técnico profesional debiera sostener un diálogo activo y permanente para que la oferta laboral se articule con la formación, además de su actualización.
En un conversatorio organizado por este diario, actores relevantes de la región, tanto del área de la educación técnico profesional como del mundo productivo, coincidieron en el avance de este tipo de formación y en su creciente validación, junto con reconocer el valor de la articulación entre los dos sectores. Una zona como esta, con brechas significativas de género, sociales y hasta geográficas, la educación técnico profesional es un mecanismo poderoso para la movilidad social, gatillando procesos virtuosos de modelos y aspiraciones de crecimiento personal.
Para que la educación técnico profesional continue en su senda de reconocimiento social, validación y efectiva herramienta para la incorporación de jóvenes en el mundo laboral, han de tenerse en cuenta cinco elementos clave: gestionar la brecha de género; mantener una actualización permanente del currículum; fomentar el uso intensivo de la tecnología; fortalecer la colaboración con las empresas en el mayor abanico posible; y asegurar el financiamiento y renovación periódica de equipos. Aseguradas estas variables, los jóvenes que opten por esta formación tendrán garantizada su valía profesional, se convertirán en catalizadores de más movilidad social y el mundo productivo mejorará en eficiencia y productividad.. E Editorial