Autor: Por: Hugo Covarrubias Valenzuela Académico Trabajo Social, U.Central
El laberinto de los discursos políticos y las fake news en las próximas elecciones
El laberinto de los discursos políticos y las fake news en las próximas elecciones Por: Hugo Covarrubias Valenzuela Académico Trabajo Social, U. Central Nos quedan pocos meses para las próximas próximas elecciones presidenciales, y ya comenzó comenzó el terreno fértil de los y las candidatas para prometer acciones a la ciudadanía. En este punto, las redes sociales juegan un rol fundamental fundamental en las campañas, buscando sorprender sorprender a los votantes con titulares que llamen la atención para captar el voto.
Sin embargo, detrás de los anuncios, hay una sombra permanente: permanente: las llamadas “fake news” (noticias falsas o sacadas de contexto). Esto no es novedad en la política, donde los candidatos pueden expresar una idea en la mañana y en la tarde matizarla según la audiencia que esté escuchando. Pero si la desinformación se vuelve un juego, la democracia democracia se ve afectada yio amenazada. Las noticias falsas en las redes sociales no solo distorsionan la realidad, sino que crean en las audiencias emociones como miedo, asombro, indignación o esperanzas, apelando apelando a lo que queremos creer. Así, se generan verdades que parecen absolutas, y dejamos de cuestionar o chequear la información con distintas fuentes y de preguntarnos, como ciudadanos, qué hay detrás de cada promesa. promesa.
Este fenómeno impacta de manera aún más grave a las poblaciones que enfrentan barreras barreras de acceso a la información, como comunidades comunidades con menor conectividad digital, niveles educativos más bajos o menos acceso acceso a medios de comunicación diversos. En estos grupos, las fake news pueden consolidar consolidar estereotipos, profundizar desigualdades y manipular voluntades sin las herramientas suficientes para contrastar lo que reciben. La desinformación no solo distorsiona la democracia: democracia: vulnera derechos, sobre todo en quienes más protección y acceso equitativo deberían tener.
Tendremos que comenzar a hablar de la ética digital en las campañas políticas, con el propósito de generar espacios democráticos y creíbles, y no saturar a las audiencias con información diseñada para manipular opiniones, opiniones, juicios o descalificaciones sin fundamentos. fundamentos.
Debemos avanzar hacia una ética digital robusta, comprender que lo que subimos subimos a las redes debe ser hecho con responsabilidad, responsabilidad, y fortalecer nuestros propios “auto fact-checks”. Solo así podremos proteger la democracia, la ciudadanía y, especialmente, a quienes hoy son más vulnerables frente a la avalancha de desinformación..