Columnas de Opinión: Innovando en educación
Columnas de Opinión: Innovando en educación M. Furman (2021), autora de libros e investigadora, dedicó su carrera a promover el pensamiento crítico y el aprendizaje por medio de técnicas didácticas.
“Creo que la curiosidad como mecanismo de aprendizaje durante toda la vida, la flexibilidad y el deseo de aprender van a ser cada vez más importantes”. Nos orienta a que se puede enseñar distinto, mirando hacia el futuro. En sus prácticas con profesores les realizaba un interesante ejercicio de imaginería.
Les planteaba: “imaginen a los niños y adolescentes de hoy en diez, veinte o treinta años. ¿Qué tipo de adultos les gustarían que fueran? Escriban una lista, lo más larga que puedan, de rasgos o características que desearían que tuvieran. No las que creen que van a tener, sino las que sueñan para ellos”. Los resultados de esas experiencias generalmente se llegaban a consensos similares. Solemos desear que los adultos del mañana sean curiosos, creativos y comprometidos. Soñamos que puedan colaborar con otros, resolver problemas y seguir aprendiendo toda la vida. Que sean libres y con pensamiento crítico. Y también que se comprometan con su entorno más cercano y con la sociedad en la que viven. Que sean respetuosos con el medio ambiente y sepan cuidarse y cuidar a otros. Que sean felices y puedan disfrutar de sus vidas.
Que tengan las herramientas y la disposición para hacer frente, juntos con otros, a los grandes desafíos globales que les va a presentar un mundo complejo, cambiante y desigual como el que les tocará vivir a toda su generación, desde el cambio climático hasta las pandemias o los retos de la ciudadanía global.
Pero si podemos coincidir que ese es el futuro que soñamos, entonces surgen otras preguntas. ¿Qué tenemos que hacer antes? ¿ Cómo educar a los niños y adolescentes de hoy para sembrar las semillas de ese futuro? La invitación es, a mirar y mirarnos, a pensar solos y con otros, a buscar transformar nuestra tarea cotidiana como educadores aquello que queremos mejorar.
Para eso debemos hacernos montones de preguntas, tales como: ¿ qué vale la pena que los sistemas educativos enseñen hoy? ¿ Cuáles son los saberes prioritarios para el mundo actual? ¿ Cómo identificar lo esencial dentro de los largos programas de estudio que debemos enseñar? ¿ Qué conservar, qué dejar de lado, qué agregar? Dentro de las recomendaciones que podemos sugerir es la búsqueda de las mejores formas de enseñar, de modo que todos y todas aprendan, considerando la diversidad de los alumnos que hay en nuestras escuelas.
También es fundamental generar comunidades de práctica y aprendizaje profesional, que nos permitan seguir creciendo profesionalmente y al mismo tiempo, fomenten que esos cambios que se van generando se sostengan en el tiempo en nuestras organizaciones educativas.. Joaquín Aguirre López Doctor en Ciencias de la Educación OPINIÓN