Autor: Marilú Ortiz de Rozas, texto y fotos
Casona Cultural de Panguipulli Un sueño que crece
La próxima inauguración del Teatro Educativo de las Artes dará un nuevo impulso a este dinámico centro que ha hecho de la Cultura y la Educación los ejes del desarrollo e integración de una comuna ubicada en el corazón de la región de Los Ríos. Por_ manece sobre el lago.
Es la hora en que el sol, que ha estado esquivo estos últimos días, comienza a pasearse como dueño y señor de este sublime paisaje compuesto de poderoso bosque nativo y quietas aguas lacustres que invitan al silencio. Pero hay una música de fondo, cada vez más fuerte.
Muchas músicas de fondo, porque ya llegan los niños a sus ensayos de piano, de violín, y muchos otros instrumentos de viento, cuerdas o percusión; también hay pequeñas dando pasos de ballet, otros y otras dibujando y pintando, profesores de las escuelas colindantes que asisten a una formación en educación emocional, y algunas artesanas dando unos toques finales a sus piezas de alfarería ancestral. El día pasa volando en esta acogedora y multifacética Casona y, de pronto, las campanadas de la parroquia San Sebastián —al costado, creada por misioneros Capuchinos—, nos recuerdan que en unos minutos serán las ocho. Ya es hora de partir, para comenzar mañana un nuevo día, el que debutará con un mercado de hortalizas emanadas de capacitaciones que también brotaron de este centro.
La Casona Cultural de Panguipulli es un semillero de artistas, de obras de arte y artesanía en proceso de creación o ejecución, de proyectos educativos, culturales y productivos de todo tipo, que se gestan y reproducen día a día, como la vieja leyenda del Molino de Sal... Toda iniciativa de esta naturaleza, en una zona apartada y vulnerable, comienza por el sueño de algunos que en su momento fueron visionarios y creyeron en la cultura como vector de desarrollo e integración. El tiempo ha demostrado cuán certeros fueron. Los pioneros fueron Vicente Navarrete, Fernando Léniz y Andrés Amenábar; este último, aún en vida.
Él a fines de 2006, junto a Pamela Calsow, quien entonces trabajaba en la Municipalidad, impulsaron la creación del Comité de Amigos de Panguipulli al organizar un evento para conseguir apoyo para la Orquesta Sinfónica que estaban formando. El Comité devino Corporación tres años después, pero lo más importante es que se pusieron metas a largo plazo para crear aquí un centro cultural cuyo dinamismo y calidad marcara la diferencia.
“Todo lo estamos pensando para cien años”, afirma Sergio Irarrázaval, gerente general de la Corporación de Adelanto de Amigos de Panguipulli, quien recalca que el principal aliado en todos sus programas es la Municipalidad: “Todo nace de una alianza público-privada, luego de una firma de convenio entre los fundadores del Comité y el Municipio, que sigue vigente”. A la vez, entusiasmado por los primeros logros, el Obispado de Villarrica les cedió en comodato (por 28 años más) una gran casa semi abandonada, que fue restaurada y remodelada para acoger los diversos cursos, talleres, oficinas y un alegre café, junto a dependencias donde hoy funciona la Escuela de Oficios, para los artesanos; la Tienda y la Hospedería. “Aquí nos dedicamos a la formación, creación, producción y difusión de actividades culturales, realizamos las cuatro etapas y todo se hace en forma transversal”, reafirma Patricio Cerda, el encargado de la Casona Cultural de Panguipulli.
Asimismo, las familias de los alumnos cumplen un importante rol en todos los programas educativos, pues están comprometidos con éstos, así como con el cuidado de instrumentos, apoyo en organización de presentaciones, entre otros. -AL RESCATE DE LA ALFARERÍA PITRÉN Más de cien artesanos y artesanas participan en los programas de capacitación y especialización que se llevan a cabo en la Escuela de Oficios de la Casona Cultural de Panguipulli: "Trabajan en varias disciplinas propias de la zona, como la talla en madera, la cestería en Ñocha, los textiles y tejidos tradicionales, el fieltro, el bordado y la cerámica”, explica Diego Gómez, encargado de esta área y de la tienda donde se comercializan las piezas. De todas las maravillosas obras, destaca por su belleza y su valor patrimonial, la precolombina alfarería Pitrén. Había dejado de producirse, pero fue rescatada por un proyecto surgido al alero de esta Casona, y ha vuelto a la vida en las manos de las asociaciones de artesanas de la comuna. La historia recomienza en los años sesenta, cuando se produjo un hallazgo en un cementerio en el cerro Pitrén, cerca del lago Calafquén, comuna de Panguipulli. La alfarería que se encontró en dichas La artesana Irene Millapan, dando vida a sus personajes de cerámica Pitrén. Excavaciones se denominó “Pitrén”, y localizaron muy bellos ejemplares de estas piezas en diversos museos nacionales, incluso internacionales.
“Yo había visto algunas de estas cerámicas en el Museo en Londres, conocía su importancia y su fina estética”, revela María Jesús Seguel, artista visual y docente que llevó a cabo un proyecto con las artesanas para replicar estas piezas ancestrales, con apoyo de arqueólogos, con fondos gubernamentales, y de la Casona. Muchas artesanas recordaban que sus abuelas les hablaban de estas piezas, algunas de ellas se emocionaron cuando las llevaron a verlas en los museos. “Hoy han logrado recrear los personajes de la alfarería Pitrén y sus motivos, con maestría”, destaca María Jesús.
De hecho, el año pasado obtuvieron el Sello de Excelencia a la Artesanía que otorga el Ministerio de las Culturas, y hoy no sólo venden en la Casona, sus obras llegan incluso a la Fundación Artesanías de Chile. Según los estudiosos, la alfarería Pitrén se practicó del Sur del Bío-Bío al Norte de Llanquihue, entre los años 300 y 1500.
Se trata de la cerámica más antigua del Sur de Chile. _EDUCACIÓN DE CALIDAD Y CALIDEZ Uno de los proyectos educativos más destacados que se lleva a cabo con la Fundación Botín, de España, apunta a situar las necesidades emocionales en el centro del aprendizaje. “Para una educación de excelencia necesitamos calidad y calidez”, destaca Rosa Palomino, directora de educación de la Corporación Municipal de Panguipulli, en la inauguración de la Semana de la Educación Responsable.
Dedicada a los profesores, se les invita a participar en distintas dinámicas, por ejemplo, actividades con juegos que ayudan a conectar con la propia infancia. "Participan unos 1.800 niños de 13 escuelas, en un proyecto que comenzó aquí, en 2017, y luego se ha replicado en otros países.
Sus actividades serán también acogidas en el Teatro Educativo de las Artes, pues se trabaja en forma integral”, destaca Macarena Gárate, de la Corporación de Adelanto de Amigos de Panguipulli. repetiremos la función Si la pandemia frenó muchos proyectos culturales en el mundo entero, no fue el caso en Panguipulli pues, a pesar del impacto negativo en las actividades, siguieron adelante con la más ambiciosa de sus creaciones: el Teatro Educativo de las Artes. Comenzaron a construirlo en octubre de 2020, actualmente ya se terminó la obra gruesa y pronto pasarán a la etapa de terminaciones y equipamiento interior.
“El Teatro tiene un propósito 100% educativo y acogerá todo el trabajo realizado en 15 años por nuestra Corporación, y que se ha realizado en nuestra Casona Cultural en conjunto con 22 establecimientos públicos y particulares subvencionados de la comuna. Además, se abrirá a proyectos formativos de otras comunas de la Región de Los Ríos y vecinas. Será un espacio donde los niños, niñas y jóvenes, podrán dar un paso más dentro de un proceso, no es un fin en sí mismo”, sostiene Sergio Irarrázaval, mientras recorremos las instalaciones. Respecto a su financiamiento, él explica que es bien particular, por cuanto el excepcional terreno (3 mil metros frente al lago), fue donado por antiguos vecinos de Panguipulli, miembros del Club 21 de Mayo.
Luego, hay aportes del Gobierno Regional (40%), de la Municipalidad (10%) y de Privados (50%). En tanto, para el diseño, se hizo un concurso nacional de Arquitectura en alianza con la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile. “Es un teatro con forma de cubo, de 25 x 25 metros, con 15 metros de altura, de poco más de 1.300 m2 en total, y con 252 butacas. No queremos crear un elefante blanco, si llega mucho público, repetiremos la función”, reafirma.
Por su parte, Pamela Calsow, actual directora de nuevos proyectos en la Corporación de Adelanto Amigos de Panguipulli y directora artística del Teatro, revela que éste se va a inaugurar en el segundo semestre de 2022, tras unos meses de marcha blanca, con cuatro espectáculos muy particulares, todos con dramaturgia de Felipe Castro: «El origen de un sueño», obra multidisciplinaria que cuenta con la actuación de niños, de Paola Volpato y Francisco Melo; un musical inspirado en un suceso local; una obra de teatro callejero con la orquesta de niños de la vecina localidad de Neltume y el coro de la Casona, en el cual se incluyen poemas de los vates mapuche Elicura Chihuailaf y Faumelisa Manquepillan, y finalmente la presentación del Ballet «La suite de la Malen», adaptación de una ópera que se hizo a partir de un relato tradicional mapuche, con la participación de la Orquesta Sinfónica de Panguipulli. Pamela agrega que el Teatro incluye un magnífico espacio para exponer artes visuales, entre otros atractivos adicionales. La verdad es que aún no han concluido las obras, pero ya están organizando conciertos en su frontis.
“La música ayuda a los niños y niñas a conocer y controlar sus emociones, esta es una de nuestras premisas fundamentales de trabajo”, concluye, en medio de los primeros acordes de este concierto al aire libre. L