EDITORIAL: Vacunarse es un acto de responsabilidad colectiva
EDITORIAL: Vacunarse es un acto de responsabilidad colectiva EDITORIAL Vacunarse es un acto de responsabilidad colectiva En un mundo donde la desinformación campa a sus anchas, vacunarse sigue siendo uno de los actos más solidarios y racionales que podemos realizar. Los datos del Cesfam Labranza en la campaña de influenza 2025 lo demuestran: 9.272 dosis administradas hasta mayo, superando ampliamente las cifras del año pasado. Este avance no es casualidad: responde a un esfuerzo territorial que incluye operativos en supermercados, visitas domiciliarias y horarios extendidos para facilitar el acceso. La vacunación es un derecho y también un deber ciudadano. Cada dosis aplicada representa una barrera contra la saturación de los servicios de salud y un gesto de protección hacia los más vulnerables: adultos mayores, niños y personas con condiciones crónicas. Resulta paradójico que, en plena era digital, donde el acceso a información verificada está a un clic de distancia, sigan proliferando noticias falsas y carentes de un sustento científico serio. Persisten mitos absurdos que ponen en riesgo la salud pública: desde teorías sobre chips implantados hasta la falsa idea de que las vacunas agravan enfermedades crónicas o causan paros cardiacos y cáncer. Nada más lejos de la realidad.
Como aclara Loreto Cervantes, enfermera a cargo del vacunatorio local, estas vacunas solo están contraindicadas en casos excepcionales (como alergias severas). Lo que sí está comprobado es que salvan vidas: en Labranza, la estrategia de inmunización ha evitado la circulación del virus sincicial en lactantes y reducido cuadros graves. El mensaje es claro: la ciencia no se negocia. Mientras el 90% de las urgencias en el SAR Labranza son por síntomas respiratorios, vacunarse especialmente niños y adultos mayores es la mejor barrera contra hospitalizaciones evitables. Y las oportunidades no faltan: el Cesfam ha desplegado operativos en sedes vecinales, colegios e incluso supermercados, con horarios adaptados a quienes trabajan. Imaginemos que cuando nos vacunamos, cuidamos a ese abuelo que vive solo, al vecino con diabetes o al bebé de nuestra amiga.. - - -