Gastos del Estado
Gastos del Estado Kenneth Bunker Gastos del Estado ay una crisis de desconfianza en la nación. H No es solo contra los partidos, ni contra el gobierno, ni contra las fuerzas del orden en particular. Es contra todos los actores institucionales y sociales. Es un viento que sopla, que cambia de dirección, y que afecta a todos por igual: da lo mismo, todos son alcanzados por la misma sospecha.
Ocurre que el derroche y la corrupción se han extendido a todos los rincones Es de la opinión pública, hasta el punto perfectamente de generar sospechas, sobre todo, normal que aun cuando se trate de situaciones o. perfectamente legítimas. un ministro compre un auto, sobre todo, si el contexto de De hecho, ese es el caso que ahora afecta a la ministra Aguilera, quien queda involucrada indirectamente en una situación que no tiene relación directa con ella. La compra su trabajo lo de su vehículo no solo está en nor. ma y no infringe ninguna regulación, requiere. sino que, además, es justificada. Es sino que, además, es justificada. Es sino que, además, es justificada. Es sino que, además, es justificada. Es sino que, además, es justificada. Es sino que, además, es justificada. Es perfectamente normal que un ministro compre un auto, sobre todo, si el contexto de su trabajo lo requiere. En este caso, es evidente que la ministra de Salud debe contar con los medios y las facilidades necesarias para cumplir su labor. Las críticas, en este caso, son injustificadas. No corresponden. Pero no están completamente desprovistas de contexto. Cuando el Estado gasta sin control y sin dar explicaciones, todo puede convertirse en objeto de reproche.
En este caso, la irresponsabilidad del gobierno actual, al no mantener un equilibrio en la billetera fiscal, ha obligado incluso alos menos escépticos a dudar de si las partidas están bien diseñadas y si los recursos llegan donde deben llegar. Es, al menos, una tragedia política que afectará a los más vulnerables. En este contexto, la sospecha que se ha generado en torno a la compra de un auto para la ministra de Salud puede terminar provocando más problemas que soluciones. Si, efectivamente, la ministra no necesita el auto, entonces, no cambia nada. Si algo deja este episodio, es la lección de que la irresponsabilidad política tiene consecuencias reales..