"Estamos solos, esto está ayúdennos a pasar el mensaje" ayúdennos a pasar el mensaje"
"Estamos solos, esto está ayúdennos a pasar el mensaje" ayúdennos a pasar el mensaje" Los pobladores les contaron sus tragedias a los investigadores internacionales. Sobrevivientes de la tragedia de Viña del Mar compartieron sus experiencias con Gonzalo Lizarralde, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Montreal y especialista en reconstrucciones.
ArieL DIÉGUEZ onzalo Lizarralde, profesor de la e Escuela de Arquitectura de la Universidad de Montreal, resume lo que a él y a otros investigadores internacionales les contaron el martes pasado los pobladores de El Olivar que sobrevivieron al incendio de febrero del 2024 en Viña del Mar: "Estamos solos, esto está tomando mucho tiempo, ayúdennos a pasar el mensaje". La Escuela de Gobierno de la Universidad Católica lo invitó al encuentro 2025 del ¡ i-REC, una red internacional multidisciplinaria que él ayudó a fundar y cuyo objetivo es mejorar la reconstrucción de ciudades, pueblos y barrios, luego de un desastre.
En el encuentro también participaron académicos de la Universidad Federico Santa María y del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden). En la sede social de El Olivar, la gente recibió esta comitiva y revivió los peores momentos de la tragedia. "Fueron muy generosos en contarla desde sus perspectivas muy personales, porque para ellos es muy duro", recuerda. "La señora Eulalia murió acá al final, en este carro, en esta esquina". Una frase que se le quedó grabada al académico la dijo una mujer. "Había una señora que estaba con su hija contando esas historias. La hija estaba escuchando la historia de la vecina que murió calcinada en la esquina", explica. Porque antes que la reconstrucción está el drama. "Los testimonios de la gente hablaban de la violencia del fuego, la violencia del desastre. La parte emotiva. Eso siempre impacta.
Después viene otro elemento: ya pasó, no podemos retroceder el tiempo, ¿ahora qué hay que hacer? Ahí es donde comienzas a darte cuenta de que el sistema es complejo, que las decisiones son difíciles y que tampoco hay una salida fácil", cuenta. Creer que la hay es uno de los errores que cometen los Estados cuando tienen que encargarse de una reconstrucción. "El síndrome de la varita mágica. Si crees tener una varita mágica, si crees que la reconstrucción es fácil, es porque algo no estás viendo, algo se te escapó", cuenta. do, algo se te escapó", cuenta.
ELISAVERDEJO ELISAVERDEJO ELISAVERDEJO ELISAVERDEJO ELISAVERDEJO ELISAVERDEJO "Estamos solos, esto está tomando mucho tiempo, ayúdennos a pasar el mensaje" ayúdennos a pasar el mensaje" ayúdennos a pasar el mensaje" "Si crees ten una varita mágica, s crees que ácll, es porq ÑÓ go no estás lendo, algo se lendo, algo se er a econstrucción es ue ue e escapó; di Lizarralde. Lizarralde. ce ce La comitiva vio hombres cerrando techos y terminando muros todavía. El ciudadano con sus propios recursos actuando frente a la adversidad. "Nos hemos dado cuenta, y la ciencia lo ha demostrado una y otra vez, de que la gente no espera. Si mañana nos sucede un desastre, en algún momento los niños tienen que ir al colegio, tienes que comer, tienes que cuidar al adulto mayor. Más temprano que tarde, comienzas por ti mismo a solucionar lo que te sucede. Limpias la casa, tienes que llevar los niños al colegio, tienes que encontrar una solución de transporte. Después comienzas a pensar en reparar el techo que se cayó", explica. La reconstrucción termina siendo espontánea, lo que muchas veces es un problema, como en el caso de El Olivar. "Las reconstrucciones reproducen el problema que llevaron al desastre. Levantan las casas otra vez en madera, en materiales frágiles", advierte. Recuerda que en el encuentro en la sede social un hombre dijo lo que ha escuchado mucho en otros lugares.
La frase cambia, pero el mensaje es el mismo. "Me quiero morir en mi terreno". Trasladar a la gente a un lugar seguro luego de un desastre no es tan fácil. "Ese señor muy seguramente conoce al señor de la tienda que le fía, no sé cómo lo dirán ustedes. Su esposa conoce a la señora que le cuida a los hijos, su esposa o su hija cuida a una señora anciana en el barrio. Ese tejido social es fundamental. Puedes llevarlo a una casa más segura, a 15 kilómetros, pero rompiste el tejido social y le creaste otro problema. La casa está en un lugar más seguro, pero la esposa no tiene trabajo, la tienda donde le fiaban ya no la tiene", cuenta. Lizarralde escribió el libro "Las casas invisibles", en el que resume sus visitas a barrios marginales y asentamientos informales en Sudáfrica, India, Colombia, Honduras, El Salvador, Cuba y Haití, entre otros países. También es líder de la Alianza de Investigación sobre Resiliencia ante Desastres y Reconstrucción Sostenible, que convoca a varias universidades.
Otro tema se re repitió en la conversación con los pobladores fue la reconstrucción emocional, que todavía está pendiente. "Yo comienzo mi duelo cuando tenga mi casa". De nuevo fue una mujer la que lo enfatizó de la manera más profunda. "Está dispuesta a comenzar el duelo, pero necesita tener la cabeza y el tiempo para hacerlo", dice el académico. "Al menos dos mujeres dijeron que fueron sicólogos, les ofrecieron dos citas y se fueron. En dos citas no has cumplido el ciclo, no lo has cerrado, no lo has trabajado. No has sanado, no has hecho el duelo", explica. Es muy difícil sanar cuando hay tanto pendiente. Tantas urgencias. Sobre eso, un hombre lanzó un número que al profesor de arquitectura le llamó la atención. *"He participado en 140 reuniones". "No sé por qué las contó. Quiere decir que cada dos días está en una reunión. Con qué cabeza haces tu duelo, si estás pensando en el formulario que te falta, en el cheque que te falta, en la firma en la notaría. No puedes reconstruirte. Eso me impactó mucho", explica. explica. CEDIDA.