Autor: oor Daniel Santelices
Utopías del Sol en Casa Central PUCV
Utopías del Sol en Casa Central PUCV CRITICA DE ARTE color negro. Cristóbal Cea presenta un avión Hawker Haunted intervenido con animación y modelado computacional, hasta embolsarlo, cazándolo mediante un recubrimiento y nos retrae a situaciones acontecidas en la historia relativamente reciente del pais.
Alfredo Jaar, como advierte Roberto Acosta, es representado por lo que bien pudiese ser una paradoja: fotografía una fotografia suya, que tiene un carácter eminentemente de registro de su obra que instala en una de sus exposiciones neoyorquinas en el metro.
Paz Errazuriz al retratar la cotidianidad del pueblo Kawésqar, confiere presencia y dignidad en tomas cargadas de arte al ser imágenes cuidadasy de excelente factura en su serie "Nómades del mar". Catalina Parra con su obra Coyote, presenta la gráfica de una reconstitución forzada de una identidad borrada. Registra el drama y denuncia de todos los abusos, pudiendo ser una obra emblemática universal. Patricia Figueroa está representada por una pintura que bien pudiese ser interpretada como una manera inicialde establecer una comunicación, de alli su simplificación en su intencionalidad pictórica y de rasgos primigenios. Jorge Tacla está presente con una gráfica que asume una posición contestataria al afan estatal de contar con un documento oficialde identificación. Utopias del Sol contempla la producción artistica chilena contemporánea de fines del siglo XX y lo transcurrido del XXI. La denominación "Utopias del Sol" fue elegida por el curador de las obras, Matias Allende Contador, a partir de un grabado de Matta. Las 11 obras expuestas en la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Valparaiso, obedecen a su sólida politica de vinculación con el medio. Nos encontramos con obras de reconocidos artistas como Samuel Román, representado por una escultura de fuerte raigambre precolombina. Ramón Vergara Grez, artista de la abstracción geométrica, sustentado en las obras de Klee y Mondrian.
A la par, por esos años sesenteros del siglo XX, pintores como José Balmes introduce en Chile el arte matérico de vertiente hispana con la espontaneidad del trazo de grueso empaste, privilegiando el gesto, cuya obra expuesta evidencia con vigor dicha tendencia. Otro tanto acontece con la obra de Dittborn, que impacta con las fotografias que sin ser anónimas y que identifican, quedan en el destino desconocido de los no encontrados, y que el tiempo aún reclama. La obra de Macarena Cueva surge de una sensibilidad activa, que identifica en un plástico de forma azarosa una dimensión escultórica, materializándola y cubriéndola con. CEDIDA