Autor: DANIEL HALPERN
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿PROFESORES CON VACACIONES DE INVIERNO? ¡QUE TRABAJEN! PARA ESO LES PAGAN
¿ PROFESORES CON VACACIONES DE INVIERNO? ¡ QUE TRABAJEN! PARA ESO LES PAGAN Análisis La próxima semana, según el nuevo calendario escolar, miles de profesores saldrán de vacaciones, mientras millones de otros profesionales seguiremos trabajando en nuestras oficinas, con las “bendiciones” además dando vueltas por la casa.
Frente a lo cual pregunto: ¡ Me están hablando en serio! ¿Acaso no son suficientes los dos meses de verano? ¿ También invierno? ¿ Por qué ellos sí y yo no? ¡ Que trabajen! Para eso les pagan.
Pero antes de seguir enrabiándonos por la “injusticia laboral”, me gustaría aclarar que si bien nunca he cortado pasto, manejado una micro, hecho un balance, practicado terapia, operado en pabellón ni atendido en un restaurante Sí he trabajado con profesores escolares por más de 15 años. ¿Y saben el desgaste emocional de estar frente a 40 niños de 4,6, 10 o 17 años por 6 u 8 horas al día? ¿ Pero no les pagan acaso? ¿ No es su trabajo? Sí, pero el costo emocional es alto. Muy alto.
Al acompañar con nuestro programa a 75 colegios, uno ve lo que muchos ni siquiera saben que existe: las lágrimas cuando cierran la sala de profesores, la lucha constante contra los dos estudiantes y sus apoderados que buscan hacer su vida miserable, y el cómo al sentirse agobiados por expectativas poco realistas, se marchitan por dentro incluso mientras les sonríen a sus estudiantes por fuera. Es importante entender que el bienestar de los profesores determina la calidad de las clases y el clima emocional en que crecen los niños. Es la base del sistema educativo. Porque cuando se los apoya no solo su energía se expande, su paciencia se profundiza y su alegría contagia: se generan espacios seguros para que sus alumnos se equivoquen, crezcan y aprendan. El problema es que cada junio lo olvidamos. Celebramos los logros del estudiante ignorando el esfuerzo emocional que conlleva. Esperamos que los profesores hoy sean educadores y administrativos, además de suplir a muchos padres como consejeros y cuidadores. Y mientras lo hacemos, ignoramos su necesidad de descanso, reconocimiento y respeto. Porque, al final, cuando cuidamos a nuestros profesores, no solo creamos salas felices: también formamos futuros esperanzadores, mentes fuertes y corazones bondadosos en niños que lo necesitan hoy más que nunca.
Como lo explica un artículo en Mental Health: Un mundo que cuida a sus docentes es una sociedad que prioriza la compasión sobre el rendimiento, las personas sobre las métricas y el amor sobre el agotamiento. Y ese es el mundo en el que todos los niños merecen crecer. ¡Felices Vacaciones, que descansen! Porque para eso también les pagan..