EDITORIAL: Mala calidad del aire en Santiago
EDITORIAL: Mala calidad del aire en Santiago S i bien los niveles de contaminación atmosférica han descendido de manera relevante en la Región Metropolitana en los últimos años, este no ha dejado de ser un problema relevante para la salud de las personas; de hecho, la Delegación Presidencial decretó para ayer una nueva alerta preventiva ambiental, sumando 20 episodios en este inv i e r n o.
A e s t o s s e a g r e g a n c i n c o preemergencias, de las cuales tres se hicieron efectivas; el año pasado hubo cinco días de preemergencia y 16 de alerta ambiental.
A juicio de la seremi de Medio Ambiente, Sonia Reyes, hay una tendencia a la baja y la estabilización en la concentración de material particulado, que evidencia que las decisiones del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) "han dado frutos a lo largo del tiempo". El exministro del Medio Ambiente Marcelo Mena ha señalado que las reglas sobre chimeneas abiertas, la renovación del transporte público y privado, las mayores exigencias a la industria, la prohibición de las quemas agrícolas en invierno y la limitación de las estufas a leña, desembocaron en una reducción del 75% de la contaminación en la RM.
Un informe de abril del Directorio de Transporte Metropolitano (DTPM) estableció que la Red Movilidad aporta solo el 3,3% de las emisiones de C02 atribuibles al transporte, lo que marca una drástica disminución del impacto de los buses en la contaminación; hoy más del 90% de las emanaciones del transporte lo generan los vehículos particulares, en particular los que utilizan diésel, y las motocicletas. Mena también ha advertido que la polución causada por la leña --material particulado, gas metano y carbono negro-continúa ingresando a la cuenca santiaguina proveniente de las áreas rurales vecinas.
La académica de la USACh Valeria Campos ha subrayado que, a diferencia del parque automotor, que se puede controlar con mayor facilidad, en el caso de la leña la fiscalización es "mucho más difícil". Según Campos, aunque ahora se produzcan menos episodios críticos, Santiago es una ciudad saturada por MP2,5, el que tiene un origen "multifuente": combustión a leña, vehículos e industrias, en partes similares; esto explica que haya contaminación todo el año.
La persistencia de la mala calidad atmosférica en Santiago --tal como ocurre en las ciudades del centro y el sur-requiere de una urgente renovación de los planes de descontaminación y de un reimpulso de las políticas públicas.
Diversos expertos han postulado la importancia de aumentar la fiscalización y la coordinación, incrementar los recursos, estimular el cambio a tecnologías limpias en la industria y la electromovilidad, mejorar la comunicación de riesgo, y establecer nuevos indicadores de evaluación.
La modernización de las exigencias ambientales implica acuerdos políticos y técnicos que comprometan a todos los sectores productivos e institucionales; elexministro Mena ha recordado que los cambios que mejoraron sustantivamente la calidad del aire obedecieron a decisiones que, a pesar de resultar impopulares en su momento, pusieron la salud de la población por encima del cálculo político. Avanzar hacia normas de descontaminación más rigurosas demanda nuevos consensos y una estrategia que permita revertir la paulatina pérdida de efectividad de las regulaciones vigentes. Mala calidad del aire en Santiago "El problema requiere de una urgente renovación de los planes de descontaminación y de un reimpulso de las políticas públicas"..