Autor: POR ESTELA CABEZAS FOTO: JOSÉ LUIS BISSETTI
"ME GUSTARÍA UN DÍA VOLVER A LA FISCALÍA"
"ME GUSTARÍA UN DÍA VOLVER A LA FISCALÍA" --Me persiguieron harto para que lo escribiera. No es algo que tenía pensado hacer, pero cuando aparecieron los audios y whatsapp de Luis Hermosilla, entendí que tenía que hacerlo.
Carlos Gajardo, 52 años, exfiscal de la zona Oriente, abogado de la Universidad de Chile, especializado en delitos tributarios, soborno y cohecho, se queda en silencio y luego dice: --Fue un momento en que todo calzó.
Nosotros intuíamos que los casos Penta y SQM habían sido intervenidos por razones extrajurídicas, pero al ver lo que Manuel Guerra y Luis Hermosilla decían de mí y de Pablo Norambuena, que nos trataban de "falso santón", que hablaban de cómo ganar la batalla comunicacional en nuestra contra y planeaban abiertamente cómo sacarnos de esa causa, me convencí de que tenía que contar esta historia con lujo de detalle, para que a los que les interese sepan cómo se cocinó todo.
Así nació Somos tontos hasta las 12, un libro que hace honor a una frase que él dijo en la formalización de Carlos Délano, Carlos Lavín y Pablo Wagner, que hoy es casi su marca de fábrica, y que narra con datos, fechas, nombres e historia sus 17 años como fiscal, pero especialmente los pormenores de los casos Penta y SQM. También historias que se han conocido de a cuentagotas, como la forma en que Jorge Abbott fue elegido fiscal nacional.
Carlos Gajardo está sentado en el living de su casa en La Reina, un espacio que acaba de ser remodelado, con paredes y sillones blancos, mientras piensa en ese fiscal de 45 años, que --según dice-aún creía que podía cambiar el sistema. --Sí, era un idealista. --En el libro se entiende que cuando renunció hubo un reconocimiento de una derrota, un decir "no fui capaz de cambiar nada". --Es una derrota completa y fue un momento muy doloroso. Fue una decisión que nos costó tomar, pero sabíamos que no podíamos hacer otra cosa. Abandonábamos lo que había sido nuestro leit motiv en los últimos 10 años. Fui fiscal 17 años, pero durante los últimos siete me había dedicado a tratar causas de corrupción en una actividad que fue in crescendo. Íbamos descubriendo que los casos cada vez eran más grandes. Por supuesto que no era algo que queríamos abandonar, pero ya no se podía, no tenía sentido. --¿ Se ha arrepentido de la decisión? --No. Descubrimos el caso Penta en 2014, a principios del 2015 el caso SQM, y unos meses después, Corpesca. Los descubrimos, no fueron casos que nos hayan pasado. Pablo y yo, investigando otras cosas, fuimos descubriendo el caso. Y luego, progresivamente, nos quitaron primero Corpesca, el 2015. A fines de ese año, Abbot nos sacó del caso SQM. Y a principios de 2018, Manuel Guerra, que estaba a cargo de la Fiscalía Regional Oriente, es decir mi jefe, toma la decisión de que la causa contra Moreira se suspendiera. Que no continuara el juicio. Entonces, esto fue como la canción de los perritos: yo tenía 10 perritos y me los fueron quitando de a poco. No tenía sentido seguir. --¿ Considera que algo de lo que usted vivió ha cambiado? --No cambia. Los mecanismos de designación de los fiscales siguen siendo los mismos y ahí está la clave.
La alta esfera política, los senadores directamente, son los que hoy deciden quién va a ser el fiscal nacional, o los fiscales regionales; claro, participa el Ejecutivo también, pero la llave maestra la tienen los senadores. Es un problema si es que ellos, que podrían ser investigados o derechamente lo han sido, tienen la decisión en sus manos de quién podría investigarlos. El problema también está en los nombramientos de la Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema. Los whatsapp de Hermosilla revelaron cómo es el sistema: No importan tus capacidades técnicas, importa cuánta cercanía tienes con el poder político. Lo nuestro fue una renuncia que, de alguna manera, fue una denuncia. Se queda en silencio. --Sería ingenuo pensar que Hermosilla es el único que tenía este poder.
O sea, aquí hay otros operadores como él haciendo esta misma práctica. --¿ Y usted considera que pasó algo con su renuncia-denuncia? --Yo diría que hubo mucho revuelo. --¿ Pero en lo práctico? --No, en lo práctico, nada. Fue un saludo a la bandera.
Pero luego agrega: --Creo que a la larga sí hicimos reflexionar sobre el sistema y sí hubo un gran cambio: El origen de la nueva ley de delitos económicos, aprobada en el 2023, deliberadamente fue para que en Chile no volviera nunca más a haber clases de ética. Y fue una ley que se aprobó transversalmente, con políticos de izquierda y de derecha. Y adicionalmente, en 2018 se promulgó una ley que aumentó las penas del delito de cohecho y la ley de financiamiento político. Hay un listado de leyes que se han cambiado a partir de esos hechos. Carlos Gajardo reconoce que su período en la fiscalía quedó inconcluso. Por lo mismo dice: --Me gustaría un día volver a la fiscalía. Creo que en 15 años más voy a postular a fiscal nacional. No creo que el sistema funcione con que los malos ganen, y lo que en su momento pensé, bueno, otros tendrán que terminar las cosas que yo no pude hacer. Y me gusta la idea de que lo que hicimos nosotros fue correr los límites. De decir: antes no se podía hacer esto, pero ahora sí se puede hacer. Y por eso me gusta que un fiscal le haya pedido a un juez interceptar el teléfono del presidente de la República. Eso hace 10 años habría sido una locura. --¿ Por qué no ahora? --Mucha gente me lo ha dicho. Pero ¿ cómo los senadores van a votar por mí? Tendrían que estar mal de la cabeza. Sé que no tengo ninguna opción, sé que estoy vetado. Entonces, ¿para qué exponerme a la humillación? --Es difícil que el Congreso genere ese cambio si eso implica perder poder. --Por supuesto. No quieren perderlo. Y es un cambio que impulsó con mayor fuerza el gobierno de Piñera.
Yo he tenido críticas por otros motivos con el ministro Hernán Larraín, pero él se la jugó por hacer un cambio en el sistema de nombramiento y también en el sistema de notarios mucho más de lo que se ha jugado este gobierno. En mi opinión, lo han hecho tímidamente.
Tras salir de la fiscalía, Carlos Gajardo y Pablo Norambuena pusieron su propio estudio de abogados. --¿ No extraña ese trabajo por la intensidad e importancia? --Hoy me doy cuenta de que eso no era sostenible en el tiempo, o sea nunca más voy a volver a tener casos de ese tipo, y soy más audaz en lo que te voy a decir: en Chile veo difícil que alguna vez volvamos a tener una causa de ese tipo. Porque el caso PentaSQM-Corpesca es un caso que involucra a tres de las diez fortunas más grandes de Chile. Y paralelamente investigabas a dos expresidentes, y al presidente que estaba en ejercicio: Bachelet, Frei y Piñera. Y paralelamente, candidaturas de diputados y senadores de los principales partidos políticos, desde la UDI por la derecha hasta el Partido Socialista por la izquierda, pasando incluso por el PRI y por el PRO. Ese conjunto de investigaciones no se va a volver a dar en Chile.
Miro retrospectivamente hacia atrás y creo que fui ingenuo, era evidente que el sistema no iba a permitir que eso sucediera, como efectivamente sucedió. --¿ Qué opinión tiene de Ángel Valencia? --Creo que el trabajo del fiscal nacional es muy complejo y difícil, y él ha dado muestras de independencia en bastantes casos, por ejemplo, en el caso del padre de Javier Macaya. Él votó por Ángel Valencia, perfectamente podría haberle ido a pedir que hiciera algo, o capaz que sí lo hizo, pero no le importó. Ángel Valencia podría haber intervenido para que esa causa no terminara como terminó. Y esa causa terminó con una condena de cárcel efectiva para el papá de un senador que meses antes había votado por él. Hay señales que a mí me han gustado. Hay otras donde tengo mayores diferencias. --¿ Cuál? --No me gustaron algunas reasignaciones de casos que ha hecho. Por ejemplo, la manera en que se han asignado y reasignado las aristas del caso Hermosilla. Había una causa que estaba avanzando bastante en la Fiscalía Centro-Norte, estaba en manos del fiscal Javier Armendáriz y fue reasignada.
Hoy, además de ejercer como abogado, Gajardo está como columnista en T13 radio y tuitea permanentemente sobre actualidad. --¿ Le interesa influir? --Por supuesto que la influencia me interesa, por algo estoy en las radios, en Twitter, por algo escribí un libro. Cuenta que cuando era fiscal también tuiteaba y que en la fiscalía le empezaron a decir que dejara de hacerlo. --Y yo dije que ni a palos. Que no lo iba a hacer. Y seguí tuiteando siempre, fue la mejor decisión que pude haber tomado porque me dio libertad. Tienes un espacio donde puedes expresar y poder influir finalmente. Creo que habría sido un gran error no haberlo hecho siendo fiscal. Un año y medio después de haber dejado la fiscalía vino el estallido.
En esa época tuiteó: "Se va un 2019 que trajo un `sorpresivo' estallido social que tengo la esperanza nos convertirá en un país más justo e inclusivo". --¿ Remeció algo en usted el estallido? --Sobre todo me hizo mucho ruido.
Porque el estallido tuvo varias banderas, las AFP, la Constitución, pero uno tenía que ver muy nítidamente con las clases de ética, con la justicia para rico y pobre, con las dos justicias, y eso me hizo sentido. Porque cuando yo renuncio y me voy, está bien, hay harto escándalo, pero me quedé con la idea de que a la gente en general no le importaba.
En diciembre de 2021fue más allá y tomó la decisión de salir en la franja de Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial con José Antonio Kast. --¿ Por qué decidió meterse en política?¿ Un exfiscal no debería ser neutro? --No me metí en política, tomé una postura política porque me pareció que no era un momento para ser neutral.
Era importante dar mi opinión, y lo ratifico. --¿ No le parece contradictorio con lo que dice que se espera de un fiscal eso de meterse en la arena política? --Primero, yo no era fiscal y segundo, no. No me parece. --En esa época usted parecía ser del círculo de hierro de Gabriel Boric, incluso lo acompañó al debate. --No, no era del círculo de hierro, nunca tuve una cercanía especial con él. Hablé un par de veces, pero no más. Lo que sentía en ese momento era la importancia de que en la política hubiera una renovación de rostros. --¿ Le gustaba Boric? --Lo miré con esperanza, por supuesto. Cuenta que tuvo conversaciones para integrarse al gobierno, pero no llegaron a puerto.
Él no estaba particularmente interesado y que ellos "también tenía hartos nombres". --Usted se define como un hombre de izquierda. --No, de centroizquierda diría yo, porque creo mucho en el libre mercado, en el emprendimiento, en la libertad. --¿ Votó por Carolina Tohá en las primarias, entonces? --No voté. --¿ Por qué? --En la elección anterior me pareció que era un momento bisagra, hoy en realidad no importa mucho lo que se haga. --¿ No le parece que hoy también se un momento bisagra? --No, no me parece que sean dramáticas las decisiones que se están tomando, esa es la verdad.
Me parece que al final, pase lo que pase, grandes cambios no van a existir. --¿ Aun si es que gana José Antonio Kast o Jeannette Jara, que están en dos polos muy opuestos? --Me parece que lo que uno ha visto es que en general cambian poco las cosas gane quien gane. --Hay algo de desesperanza en su planteamiento. --Puede ser.
En esta vuelta el aprendizaje es que es muy difícil gobernar y que cuesta mucho hacer cambios. --¿ Cuál crees que fue el principal error del gobierno de Boric? --Hubo mucha ingenuidad, pero un poco lo mismo que me pasó a mí: pensar que las cosas eran más fáciles.
Lo dijo Piñera, "otra cosa es con guitarra". Creo que tiene razón. --¿ Qué pudo haber hecho mejor este gobierno? --Era muy importante evitar los autogoles, los errores, y el Gobierno cometió muchos, por ejemplo, los indultos, no era tan difícil darse cuenta, era bastante previsible. La poca importancia que se le dio al tema de seguridad. Ese es un tema que el Gobierno se lo viene a tomar en serio a partir del segundo año, después de los indultos, ya estaba Carolina Tohá.
Ese fue un gran error. --Y cuando estalló el caso Convenios, ¿qué pensó? --Por supuesto siempre es desilusionante que existan casos de corrupción, pero sobre todo lo que valoro es que no se hayan intervenido las instituciones, porque la respuesta tradicional cuando hay estos casos es esa: presionar a la fiscalía, cambiar fiscales, presionar a los jueces. Uno podrá criticar muchas cosas de este gobierno, pero que haya presionado a las instituciones, eso es algo que no ha hecho, y es una buena cosa. El caso más patente de eso es que un fiscal solicitó pinchar el teléfono del Presidente de la República. --Los que más marcan en las encuestas son Kast y Jara.
Frente a ese escenario, si lo llaman para apoyar a Jara en segunda vuelta, ¿lo haría? --No, no creo que vuelva a involucrarme en un proceso eleccionario de la manera que lo hice con Boric. --José Antonio Kast es el mismo contrincante de las elecciones pasadas. ¿Por qué ahora no? --Me parecen varias cosas: nadie es el mismo de antes, incluyendo a Kast, y me parece, además, que hay cosas que son medio inevitables, hay procesos que no tienen vuelta. --En términos de que se va a respetar la institucionalidad jurídica, que habrá menos intromisión, ¿quién le da más garantías? ¿ Kast o Jara? --No, no me parece que nada de eso está en riesgo ni con uno ni con otro. Estos son gobiernos de cuatro años, el fuerte del Poder Judicial está establecido, la fiscalía también. El nuevo fiscal nacional lo nombrará el siguiente gobierno, no este.
Las mayorías en el Congreso, acá hay que ver cómo serán, pero no me parece que existan riesgos. --Como los que sintió hace cuatro años. --Para mí el Kast del 2022 daba menos garantías democráticas que el Kast de ahora. Me parece que ha cambiado. --¿ En qué ha cambiado él? --No parece que existan los mismos riesgos, de falta de apego a la democracia que tenía en su momento. Me parece que también es un candidato que ha evolucionado en eso (... ) Hoy no me parecen especialmente extremos ni Jeannette Jara ni José Antonio Kast. No me parece que ninguna de las dos elecciones sea especialmente dramática. --¿ Va a votar por Jeannette Jara? --No lo sé. Es una decisión que tendré que tomar en su momento.
Acaba de lanzar el libro Somos tontos hasta las 12, donde repasa sus años de fiscal y cuenta los vaivenes de los casos Penta y SQM. "Me convencí de que tenía que contar esta historia con lujo de detalles, para que a la gente que le interese sepa cómo se cocinó todo", dice.
Aquí también habla sobre el Gobierno --"hubo mucha ingenuidad, pero un poco lo mismo que me pasó a mí"-y sobre los candidatos que lideran las encuestas sostiene: "No me parece que ni Jeannette Jara ni José Antonio Kast sean especialmente extremos". "Mucha gente me lo ha dicho (que vuelva a ser fiscal). Pero ¿ cómo los senadores van a votar por mí? Tendrían que estar mal de la cabeza.
Sé que no tengo ninguna opción, sé que estoy vetado". "Me gusta la idea de que lo que hicimos fue correr los límites. (... )Y por eso me gusta que un fiscal le haya pedido a un juez interceptar el teléfono del Presidente de la República. Eso hace 10 años habría sido una locura". Carlos Gajardo: "ME GUSTARÍA UN DÍA VOLVER A LA FISCALÍA" POR ESTELA CABEZAS FOTO JOSÉ LUIS RISSETTI ESTELA CABEZAS FOTO JOSÉ LUIS RISSETTI.