Autor: Patricia Iturbe Bravo cronica@lidersanantonio.cl
La enfermera que cambió la agitada vida de la capital por las bondades del Litoral Central
Gloria Mallea dejó atrás una carrera de más de 30 años en el área de la salud para radicarse frente al mar en su amada Cartagena. Ahora trabaja en una farmacia y en sus tiempos libres se dedica a elaborar joyas de manera artesanal. Cambié los edificios por la vista al mar, y los tacos por los barcos y los pájaros. Aunque sigo siendo muy dinámica, ahora respiro distinto", UNO DE SUS ÚLTIMOS VIAJES: EN NUEVA YORK CON UNA DE SUS NIETAS. GLORIA MALLEA PARTICIPA EN DISTINTAS FERIAS ARTESANALES PARA OFRECER LAS JOYAS QUE ELLA MISMA ELABORA. UN RECUERDO DE JUVENTUD. JUNTO A SU HERMANA MARÍA VICTORIA Y UNOS AMIGOS EN CARTAGENA, ELLA ESTÁ A LA DERECHA. CON SU MARIDO EN PLAYA DEL CARMEN, MÉXICO. EN LA ÉPOCA DE ENFERMERA EN LA CLÍNICA ALEMANA. GLORIA APARECE SENTADA. La enfermera que cambió la agitada vida de la capital por las bondades del Litoral Central G loria Josefina de las Mercedes Mallea Velozo nació en Santiago, en la comuna de Quinta Normal. Es la mayor de cuatro hermanos, hijos de Olga y Horacio, ambos marcados por la dureza del campo. Su madre fue huérfana, y su padre forjado en disciplina y sacrificio. La infancia de Gloria estuvo llena de estímulos sociales y culturales. En su casa la música siempre fue protagonista. Desde valses de Strauss hasta Sandro o Raphael; lo que estuviera de moda sonaba en el tocadiscos todos los domingos. "Todos tocamos instrumentos. Mi hermano Gustavo tiene una banda, y mis padres siempre recibían amigos en casa. Era un hogar muy social, muy abierto. Desde pequeña aprendi a conversar y sigo siendo muy sociable. Tambien aprendi de mis padres a ser bondadosa con quienes lo necesitaran". VOCACIÓN DE ENFERMERA Ese espíritu abierto se reforzó con las juventudes parroquiales y los grupos de canto. La comunidad era parte de su vida cotidiana. Quizás por eso, dice, su vocación por la enfermería fue natural. Ayudar a otros, escuchar, cuidar Cuando entró a la Universidad de Chile, sede Norte, en el hospital J.J. Aguirre, Gloria supo de inmediato que había encontrado su camino. "El primer año ya te dabas cuenta si te gustaba o no. A mí me gustó todo". Eran tiempos exigentes.
El delantal se media, LA HISTORIA EL LÍDER Gloria y su marido, el técnico mecánico Juan Pablo Salas, con quien tiene más de tres décadas de relación, sintieran que algo faltaba. "Toda la vida corrimos entre trabajos, turnos, carreteras, tacos. Un día nos miramos y dijimos, ya basta.
Teníamos un terreno en Cartagena, en la villa Puerto Nuevo, y decidimos dar un giro de 180 grados", La familia penso que estaban locos, ya que vender el departamento en Nuñoa y mudarse al Litoral Central no era una decisión común. Pero para Gloria era volver a sus rafces.
Desde niña había pasado veranos en Cartagena, donde sus padres tenían una casa en el sector de Los Aromos. "Mis recuerdos de adolescencia son aca, entre la Playa Grande, la disco Gato Negro y la Scorpio, o la Iskra de San Sebastián. Fue como volver a un lugar de siempre". En la costa probaron con un restaurante, que no prospero, y luego Gloria busco trabajo como enlas medias blancas debían estar impecables y las profesoras infundían respeto. Sin computadores ni grabadoras, todo se reducía a la velocidad del lápiz en el cuaderno. "Aun así, disfrutaba. Sabía que estaba en el lugar correcto", dice. Tras titularse, comenzó a trabajar en el hospital Félix Bulnes, en Renca. Allí la sorprendió el terremoto de 1985 mientras estaba sabilidades en pabellón, Gloria impulso un conjunto folclórico en la clínica. "Fue muy bonito.
Ese grupo reunía a compañeros, nos hacía sentir comunidad en un ambiente tan exigente". UN CAMBIO DE VIDA Con mucho trabajo en Santiago, trayectos largos en locomoción, la vida agitada de la capital hizo que de turno. "No había protocolos de emergencia como ahora. Era domingo, día de visitas, y los pasillos estaban llenos de gente y hasta la fruta que llevaban a los pacientes corría por los pasillos. Fue una experiencia fuerte, pero de mucho aprendizaje", reconoce 40 años después.
Con el tiempo llegó a la Clínica Alemana, donde trabajó casi 20 años en pabellón y se especializó en trabajar con doctores que hacían los trasplantes hepáticos, cuando recién se iniciaban en Chile. "Fue una escuela tremenda. En salud tienes que estudiar siempre, porque si no te quedas atrás. Allí aprendí a ser parte de equipos exigentes, acreditados por el Ministerio de Salud", recuerda. Además de sus responCambié los edificios por la vista al mar, y los tacos por los barcos y los pájaros. Aunque sigo siendo muy dinámica, ahora respiro distinto", Gloria Mallea.
La enfermera que cambió la agitada vida de la capital por las bondades del Litoral Central fermera, pero el campo laboral en salud era escaso. "Roxana Ureta, la dueña de la farmacia Pharma Puerto, me dio la oportunidad. Nunca me cerré a nada. Volví a estudiar, esta vez para auxiliar de farmacia, complementé con lo que sabía de enfermedades y medicamentos, y aprendí mucho más". Así comenzó una nueva etapa, marcada por la flexibilidad y la apertura. Trabajando en la farmacia vivió dos momentos clave como son el estallido social, en pleno barrio cívico de San Antonio, y la pandemia. "Las personas venian a consultarnos como si fuéramos especialistas. Pero en verdad, muchas personas, más que medicamentos, buscaban ser escuchados.
Fue intensa esa época, pero reafirmó lo que siempre he creído, que la comunicación y la empatía son fundamentales en salud". UNA VIDA VIAJERA Aunque Gloria reconoce que sus hermanos son más patiperros que ella, los viajes han dejado huellas profundas en su historia. Su primera gran travesía internacional fue a los 28 o 30 años, invitada por su hermana María Victoria. "Fuimos a Disney y luego a Cancún con mis papas, mi hija Soledad y sobrinos. Éramos 12 en total. En Cancun nos dieron un reconocimiento por ser la familia más numerosa. ro, Punta Cana en República Dominicana, Playa del Carmen en Mexico y Buenos Aires.
Con su nieta estuvo 10 días en Nueva York, experiencia que atesora entre sus mejores recuerdos. "Este año viajé con mis nietas Francisca y Daniela a Buenos Aires, y ya estamos planeando con mi marido volver al Caribe. A él le encantan las playas cálidas". En Chile tambien han viajado mucho, con una etapa marcada por los campamentos familiares. En ese tiempo estaban de moda las atracciones de ET, Tiburón y King Kong. Fue maravilloso". Sus padres, grandes amantes del tango, tambien viajaron mucho. Recorrieron Cuba, el Caribe, Estados Unidos y varias ciudades de Europa, además de bailar en todas las tanguerías de Buenos Aires. Esa costumbre familiar de explorar el mundo se replicó en Gloria y en sus hermanos. Con su esposo han recorrido Buzios, Rio de Janei común". FAMILIA Y PROYECTOS Hoy, combina su trabajo en la farmacia Pharma Puerto con la creación de joyas y su participación en ferias locales de artesanía. También se involucra en la comunidad, en labores sociales y culturales. "Siempre me ha gustado conversar, escuchar y poner mis conocimientos en función de los demás. A veces la gente solo quiere ser oída. Eso también es salud". Su familia es su gran orgullo. Tiene una hija de su primer matrimonio y. junto a Juan Pablo, que aportó con dos hijos, tienen siete nietos en total que llenan su vida. "Somos muy querendones. Ellos son nuestra alegría". Pese a haber cambiado la ciudad por el mar, noreniega de su lado citadino. Le gusta ir al mall, estar en contacto con la gente, conversar. Pero reconoce que su calidad de vida mejoró con el cambio. "Cambié los edificios por la vista al mar, los tacos por los barcos y los pájaros. Aunque sigo siendo muy dinámica, ahora respiro distinto", dice. En cada etapa ha sabido reinventarse, demostrando que no hay edad para volver a empezar. "Lo importante es hacer lo que cada persona quiera. No vivir para los demás, sino sentirse bien con uno mismo, y proyectarlo", asegura. "Otra meta que me propuse es llevar otra vez a mis nietas y sobrinas a Disney. Los viajes en familia siempre nos han unido y dejado recuerdos preciosos". REINVENTARSE CON ARTE Gloria siempre ha tenido la capacidad de reinventarse. Desde que trabajaba como enfermera había sentido la inquietud de crear joyas. Empezó fabricando piezas para si misma, luego para amigas y finalmente para vender. Hoy, bajo la marca mujerbonita_bisuteria, confecciona aros y collares con materiales de calidad. Sus piezas se exhiben en la misma farmacia en la que trabaja, tiendas locales y ferias artesanales de Cartagena, Llolleo y Santo Domingo, además de Instagram. Pero para ella no es solo un oficio estético. "Me gusta que la mujer se sienta bonita, como ella quiera estar. No se trata de juzgar. sino de sentirse bien y proyectar felicidad. La belleza no es solo externa; es llenar el interior. Por siglos las joyas han tenido significados a través de lazos familiares, espiritualidad, costumbres.
Yo quiero que cada pieza tenga ese sentido personal" Además de la bisutería, retomo el crochet y sueña también con abrir talleres para enseñar lo que sabe. "Es bonito compartir lo aprendido, conectarse con otros a través de algo en Lo importante es hacer lo que cada persona quiera. No vivir para los demás, sino sentirse bien con uno mismo, y proyectarlo", Gloria Mallea. Lo importante es hacer lo que cada persona quiera. No vivir para los demás, sino sentirse bien con uno mismo, y proyectarlo",