Autor: C. GONZÁLEZ
Nuevo intento busca la reinserción del toromiro en Rapa Nui
Nuevo intento busca la reinserción del toromiro en Rapa Nui vct@mercurio.cl @VCT_ElMercurio @vctelmercurio SANTIAGO DE CHILE, LUNES 11 DE AGOSTO DE 2025 El año 1960 marca un hito en la biodicha, el toromiro (Sophora toromiro), versidad de Rapa Nui: en aquella feun árbol autóctono de la isla de flores amarillas y gran valor ecológico y cultural, fue declarado extinto. Desde entonces, si bien se conservan algunos ejemplares en jardines y viveros en Chile y otros países, varios intentos por reintroducirlo en su hábitat original no han logrado el éxito esperado. “Si hubiera un árbol nacional aquí en la isla, sería el toromiro. Es como la araucaria para el continente”, precisa Enrique Tucki, encargado técnico de Conaf Rapa Nui. De allí que su conservación, agrega, es clave no solo para la biodiversidad de la isla, sino también para la identidad cultural del territorio.
Pese a su importancia, la desaparición del toromiro fue el resultado de un progresivo proceso de deforestación y degradación del ecosistema insular, iniciado con los primeros asentamientos humanos y acelerado por la presión sobre los recursos naturales y la pérdida de vegetación nativa.
“Al reemplazo de cultivos y el impacto de los navegantes europeos, a partir del siglo XVIII, se sumó después, a mediados del siglo XIX, la introducción de animales (como ovejas y ganado), que depredaron la zona”, dice Tucki. De hecho, el último ejemplar de toromiro en la isla estaba en el cráter del volcán Rano Kau, un lugar de difícil acceso. La carencia de ejemplares también juega en contra de la variabilidad genética, plantea Cristián Atala, investigador del Instituto de Biología de la U. Católica de Valparaíso.
“Cuando hay poca variabilidad genética, las plantas hijas suelen ser menos vigorosas o más susceptibles a enfermedades o a no responder a variaciones ambientales”. Algunos de esos factores han dificultado la reintroducción de la especie en Rapa Nui y han hecho fracasar diferentes intentos en las últimas décadas, dicen los expertos.
“Las condiciones en la isla son muy distintas actualmente; debido a una menor vegetación y mucho viento, los suelos están muy degradados”, comenta Macarena Gerding, académica e investigadora de la Facultad de Agronomía de la U. de Concepción (UdeC). “El cambio climático también ha afectado, las lluvias son menos frecuentes y hay años de sequía”. Un nuevo intento por llenar de toromiros Rapa Nui considera todos estos aspectos, gracias a un trabajo conjunto entre Conaf, la UdeC, el Jardín Botánico de Viña del Mar (uno de los principales refugios de esta especie en el mundo y cuyos ejemplares se salvaron del incendio que afectó el lugar en feb r e r o d e 2 0 2 4 ) y CMPC. A fines de julio, se enviaron 287 plántulas (plantas en sus primeras etapas de desarrollo) de toromiro al vivero Mataveri Otai. Tucki fue el encargado de recibirlas.
Las semillas, provenientes del Jardín Botánico de Viña del Mar, fueron germinadas por CMPC en Los Ángeles, utilizando dos métodos: una técnica convencional en vivero, y otra a través de un sistema de biorreactores que permite un control total del entorno. “Llevamos 19 años trabajando ininterrumpidamente con esta especie y hemos ido aprendiendo las mejores técnicas de reintroducción del toromiro en su entorno original”, cuenta Jean Pierre Lasserre, gerente de Tecnología y Planificación Forestal de CMPC. “No sacas nada con llevar la especie CPM Ejemplares de toromiro en desarrollo. CPMC tes, como fósforo y potasio, que estimulan el crecimiento de las raíces.
Atala menciona que “existe mucha evidencia de que usar hongos benéficos, que interactúen con las raíces, puede mejorar el éxito de restauración, ya que las plantas se hacen más resistentes”. Asimismo, otro aspecto que se agregó ahora, añade Lasserre, es reconstruir parte del ecosistema original del toromiro.
“No es una especie capaz de sobrevivir a plena luz, sino a semisombra”. Para ello, junto con las plántulas, se enviaron 24 ejemplares de palma chilena (Jubaea chilensis). “También hemos plantado Makoii (Thespesia populnea), una especie presente en la isla que cumple un rol similar de cobertura, también llamado efecto nodriza”. De aquí a un año, una vez que las plantas tengan el tamaño suficiente para ser trasplantadas, se trasladarán desde el vivero a un lugar definitivo en la isla, dentro de una propiedad de Conaf. “Uno de los problemas que tiene el toromiro es que es una especie muy palatable, que a los animales les encanta. Entonces se requiere un espacio bien protegido para su asentamiento”, puntualiza Lasserre. CPMC CPMC terias benéficas, “para ayudar al toromiro en su resiliencia una vez establecido en la isla”, dice Gerding. “El toromiro es de la familia de las leguminosas y necesita de unas bacterias específicas, llamadas rizobios, que le ayudan a obtener el nitrógeno desde el aire”, agrega. Gracias a eso, se ha logrado que plantas de toromiro sobrevivan en la isla en condiciones de vivero hace siete años, alcanzando incluso los dos metros de altura.
Para facilitar su traslado a condiciones naturales, las nuevas plantas enviadas incorporan además lo que Gerding llama “un consorcio microbiano”: una mezcla de bacterias y hongos que aportan una serie de nutriensi no entiendes el ecosistema que la rodea”. “Esta especie estuvo tantos años fuera de su hábitat que se perdieron microorganismos que están en el suelo y que son necesarios para su crecimiento”, precisa.
Para enfrentar este problema, desde 2018 la UdeC ha trabajado en la búsqueda de bacMadera tallada Durante siglos, “el toromiro jugó un papel fundamental en lo que es el arte en madera y la talla de objetos ceremoniales como los famosos moáis KavaKava. Se escogía porque era una madera muy dura y resistente, de un color rojo oscuro, que le daba un acabado muy fino”, relata Enrique Tucki.
“Algunos consideran que el summum del arte en madera en la Polinesia está hecho con madera de toromiro”.. Tras más de seis décadas extinto en su hábitat natural, un esfuerzo conjunto entre Conaf, el Jardín Botánico de Viña del Mar, la U. de Concepción y CMPC espera cambiar el panorama del ecosistema insular.
Árbol autóctono de la isla, de gran valor ecológico y cultural: Madera tallada Durante siglos, “el toromiro jugó un papel fundamental en lo que es el arte en madera y la talla de objetos ceremoniales —como los famosos moáis KavaKava—. Se escogía porque era una madera muy dura y resistente, de un color rojo oscuro, que le daba un acabado muy fino”, relata Enrique Tucki.
“Algunos consideran que el summum del arte en madera en la Polinesia está hecho con madera de toromiro”. C Hasta dos metros miden algunos ejemplares de toromiro (Sophora toromiro). La mayoría de estos árboles se mantiene bajo condiciones controladas en viveros y jardines. En la foto, Jean Pierre Lasserre, gerente de Tecnología y Planificación Forestal de CMPC. El envío incluyó ejemplares traspasados a contenedores para favorecer el desarrollo de raíces y semillas germinadas listas para su crecimiento. El envío incluyó ejemplares traspasados a contenedores para favorecer el desarrollo de raíces y semillas germinadas listas para su crecimiento.