COLUMNAS DE OPINIÓN: Hablemos de la jubilación en la academia
COLUMNAS DE OPINIÓN: Hablemos de la jubilación en la academia ben ser reconocidas para avanzar hacia procesos más justos y equitativos. Entonces, ¿cómo lograr que jubilar sea una etapa satisfactoria? La respuesta no es sencilla. Requiere un enfoque multisectorial que reconozca la diversidad de trayectorias laborales y entienda la jubilación como un proceso, no como un evento aislado. Esto implica permitir transiciones graduales, donde Hablemos de la jubilación en la academia Dra. Carola Salazar Norambuena Directora Departamento de Ciencias Sociales UCSC En el mundo académico, hablar de la jubilación suele ser un tema tabú.
Las universidades tienen rituales claros para celebrar los hitos: cuando un estudiante ingresa, se le da la bienvenida; y cuando finaliza, se realiza una ceremonia de titulación que marca el cierre de esa etapa y el comienzo de la vida profesional. Pero ¿ qué ocurre cuando es una profesora o un profesor quien decide, o se ve obligado, a jubilarse? La jubilación en la academia se ha vuelto un proceso solitario, sin planificación ni acompañamiento institucional. A diferencia de otros oficios, el trabajo académico está profundamente ligado a la identidad personal.
Es común escuchar a colegas decir: "haré clases hasta que no pueda más" o "no me imagino haciendo otra cosa". Estas frases reflejan una cultura institucional que, cada vez más, privilegia la productividad por sobre el bienestar. En ese contexto, quien se jubila es visto no como alguien que cierra un ciclo, sino como una pérdida para la institución. En Chile, distintas investigaciones muestran que uno de los principales factores que retrasa la jubilación en el mundo académico es la inseguridad económica. Al igual que en otros sectores, mujeres y hombres que trabajan en la universidad se ven forzados a postergar su retiro debido a un sistema de pensiones que no garantiza seguridad social ni estabilidad financiera. Además, las experiencias de jubilación no son iguales para todas las personas. Las desigualdades se acumulan a lo largo del curso de vida: la familia de origen influye en aspectos como el acceso a la educación, las oportunidades laborales y las trayectorias profesionales. Por eso, hablar de jubilación también es hablar de condiciones de vida, que dequienes se preparan para dejar sus cargos también puedan transmitir sus aprendizajes a las nuevas generaciones.
Es hora de que las universidades chilenas comiencen a mirar la jubilación no como un final, sino como una transformación porque detrás de cada académica o académico que deja la sala hay décadas de experiencia, saber y compromiso que merecen ser reconocidos y celebrados..