El día en que el agua cambió el destino de Los Ángeles
El día en que el agua cambió el destino de Los Ángeles En En primavera, los campos que rodean Los Ángeles suelen teñirse de los colores de los cultivos, como los trigales y maizales, maizales, además de las plantaciones de frutales, como si el paisaje agrícola agrícola siempre hubiera estado ahí. Sin embargo, basta retroceder un siglo para saber que ese cuadro, que hoy forma parte del paisaje cotidiano, era entonces impensable. Hacia 1925, la zona carecía de una vocación agrícola. Los suelos, sin irrigación, solo daban lugar a cultivos de secano que dependían de las lluvias invernales: trigos de primavera, algún pastizal, y poco más. La agricultura intensiva era una quimera. ¿La causa? Simple pero contundente: contundente: no había agua. Puede sonar a cliché que “el agua es vida”, pero no hay otra frase que describa mejor el impacto que tuvo la llegada del riego en la cuenca del Laja. La apertura de canales no solo transformó el paisaje; redefinió la matriz productiva de toda la provincia provincia de manera definitiva. Quien fuera un presidente histórico de la Asociación de Canalistas del Laja, Nemo Barrueto, recordaría que en esos años solo se cultivaban lentejas y poco más. El resto, era tierra seca y estéril. Y ese punto de inflexión tiene fecha precisa: 8 de diciembre de 1925, día en que se inauguró oficialmente oficialmente el canal de la Asociación de Canalistas del Laja. Una obra colosal que logró llevar las aguas del río Laja hasta los campos, principalmente de la zona de Los Ángeles. De las 500 hectáreas que podían regarse hasta ese entonces, ahora la cifra se disparaba disparaba a 40 mil (años más tarde se alcanzarían las 60 mil hás). Fue, literalmente, un antes y un después. Un hito fundamental en la historia local que permite explicar explicar lo sucedido en el siglo XX hasta nuestros días.
Fue la consecuencia de un esfuerzo monumental que se inició en la segunda mitad del siglo XIX porque se tenía la convicción que el riego era fundamental para impulsar impulsar la actividad agrícola que trajo aparejado un vigoroso desarrollo económico. En los años siguientes se crearon cooperativas agrícolas, se generaron puestos de trabajo, aparecieron grandes industrias, como Chiprodal y la lansa, entre otros cambios. Se tenía un antecedente muy cercano. Un poco hacia el norte, en Cabrero, el dueño del fundo Colicheu, Manuel Zañartu, consiguió consiguió el milagro que florecieran los arenales. Aunque no hay una fecha exacta, se sabe que dicho canal fue construido entre 1870 y 1885, empujando empujando el desarrollo agrícola y ganadero ganadero en la zona de Cabrero, Monte Águila y sus alrededores. LA GRAN CEREMONIA Después de varias décadas de gestiones, incluida la construcción del canal matriz que tardó nueve años, el 8 de diciembre de 1925 se programó la gran ceremonia para inaugurar la obra. Fue en grande.
Pocas se ha visto semejante despliegue despliegue a nivel local para celebrar tal acontecimiento porque, entre otros aspectos, el Vicepresidente de la República, Luis Barros Borgoño, confirmó su asistencia a dicha ceremonia ceremonia (por las turbulencias políticas políticas de ese año, Barros Borgoño lideró el país por dos meses). En la historia local, es la primera vez que se reporta formalmente la presencia de un Jefe de Estado en la ciudad.
El día en que el agua cambió el destino de Los Ángeles 1,1 Así lucía la bocatoma del canal de la Asociación de Canalistas del Laja al momento de ser inaugurada.. El día en que el agua cambió el destino de Los Ángeles Con él llegó una larga lista de ministros ministros y autoridades de alto nivel.
La organización de las actividades actividades corrió por cuenta de un comité que estuvo encabezado por el intendente intendente de la provincia, Fortunato de la Maza, y del primer alcalde de Los Ángeles, Darío Barrueto (como dato, hay calles de la ciudad que llevan sus nombres). El Vicepresidente Barros Borgoño y su comitiva llegaron a las 7 de la mañana a la estación de ferrocarriles de Los Ángeles en un tren especial. Unas cuatro mil personas personas los estaban esperando y los acompañaron en su recorrido hasta el centro de la ciudad que estaba completamente embanderada. Cerca de 200 personas se trasladaron trasladaron en 44 vehículos hasta el sector sector de las compuertas de Rarinco, por el camino aAntuco, para observar observar una sección de los trabajos.
En el trayecto se instalaron arcos de triunfo para expresarle saludos al Mandatario (hayque tener en cuenta cuenta que el camino hacia esa zona era apenas una huella en muy malas condiciones). En la ceremonia principal en la bocatoma, el Vicepresidente levantó su copa expresando que su mayor deseo “era que todos inmensos campos se conviertan mañana, por obra del canal, en hermosas y verdes verdes praderas”. Como después lo edi“ torializó el diario EL Siglo.
“mecánicamente, “mecánicamente, se movió la compuerta y todos vieron que un mar de agua iba a fecundar la tierra, a convertir en un jardín el desierto”. Después de las inauguraciones, vino el gran banquete en el Club de la Unión con más de un centenar de invitados (en esa época era una casona porque el edificio actual fue construido una década más tarde). Literalmente, se tiró la casa por la ventana al hacer gala de la mejor cocina francesa, con delicatessen como canapé de caviar y mayonesa de alcachofas de entrada (el caviar era rarísimo, incluso en Santiago), con platos principales como congrio a la normanda y pollo a la cazadora.
El punto cúlmine fueron las botellas de champagne de la prestigiosa viña francesa Roederer (ahora, la botella más barata cuesta 70 mil pesos y las premium superan los 600 mil pesos). La ocasión también fue aprovechada aprovechada por las autoridades locales para hacerle un extenso petitorio al Vicepresidente Barros Borgoño. Por ejemplo, se le planteó la creación de una escuela agrícola para tener técnicos especializados en sacarle partido a la tierra. También para echar a andar el alcantarillado en Los Ángeles y conseguir un terreno terreno en las afueras de la ciudad para trasladar el regimiento que estaba frente a la plaza.
Un dato interesante interesante es que también se solicitó la construcción de un nuevo establecimiento establecimiento para el Liceo de Hombres y que el recinto, que ahora es el Centro Cultural Municipal, fuera entregado entregado al Liceo de Niñas. Lo curioso de esas peticiones es que dos semanas después, Barros Borgoña entregó el mando al Presidente Emiliano Figueroa.
Sin embargo, lo que quedó en la memoria de esos años fue la celebración celebración de un gran acontecimiento acontecimiento que marcó, de una vez y para siempre, la historia económica de Los Ángeles y la provincia de Biobío hasta nuestros días.
LA HISTORIA DEL CANAL De acuerdo a una publicación del diario El Siglo, que recopiló antecedentes antecedentes de la Dirección de Obras Públicas, los primeros antecedentes antecedentes formales del canal del Laja se remontan a los años 1894 y 1895 cuando Virginia Gómez (padre del fundador de la Universidad de Concepción del mismo nombre), practicó una nivelación que partió desde Los Ángeles hacia el río Laja. La idea era buscar un punto para instalar una bocatoma que permitiera permitiera regar la mayor extensión de suelos posible.
En una carta enviada por Gómez a Fidel Urrutia, con fecha 30 de octubre octubre de 1907, se confirmó que desde un punto cercano a Tucapel se conseguiría conseguiría el propósito de irrigar las tres cuartas partes del departamento departamento de Los Ángeles. Aunque se intentó formar una sociedad para hacerlo realidad, no funcionó. Tampoco la petición de mercedes de agua. La idea volvió a tomar impulso en enero de 1908 cuando, por encargo de la Dirección de Obras Públicas, el ingeniero Rafael Torreblanca se abocó a ver si era factible una obra de esa envergadura. Su conclusión es que sí era posible y recomendó como único punto de bocatoma la ribera sur del río Laja, frente al pueblo pueblo de Tucapel. El canal entregaría aguas a los esteros que corren de este a oeste, que servirían de canales canales secundarios. El anteproyecto elaborado por el ingeniero Javier Herreros, fue aprobado por el Consejo de Obras Públicas el 20 de agosto de 1909. Aunque se visó la forma de operar y se estableció un presupuesto de soo mil pesos para iniciar la construcción, construcción, ésta no se produjo al año siguiente. Recién en 1915, el gobierno gobierno celebró, a través de la Dirección de Obras Públicas, un contrato con Alfredo Calvo Mackenna para confeccionar confeccionar los planos definitivos del canal del Laja. El 2 de septiembre de 1915 se presentó un proyecto de ley en el Congreso que consultaba recursos para varios canales: Rauco, Maule, Melado y Laja. Para este último, se asignaba i millón 800 mil pesos. Así fue aprobado el 9 de diciembre de 1914 en ambas cámaras. El artículo 2 disponía que las obras de acuerdo con los planos, presupuestos y especificaciones definitivas quedaron a cargo de la recién creada Inspección Central de Riego, cuyo ingeniero jefe fue Urbano Mena. El 24 de agosto de 1915 se aprobaron aprobaron los planos definitivos. La misma ley obligaba a que en dos meses los regantes debieran constituirse en una asociación de Canalistas, conforme conforme a la ley 2.139 del 9 de noviembre noviembre de 1908. El 6 de julio de 1916 se redujeron a escritura pública los estatutos de la Asociación de Cana listas del Laja que presidía Francisco Rioseco. En el decreto 2413 del 25 de octubre de 1916, el Gobierno concedió a la nueva asociación de regantes su personalidad jurídica y aprobó sus estatutos.
El 13 de enero de 1917, con la aprobación del presidente de la Asociación, se aprobó la propuesta constructiva de Fernando Larraín, aunque las obras fueron terminadas por Alberto Antoine hasta su terminación terminación e inicio de operaciones el 8 de diciembre de 2025.
Este contexto político y económico económico de 1925 proporciona un marco adecuado para elaborar un artículo periodístico que destaque la importancia importancia de la inauguración del canal del Laja, situándola dentro de un momento clave en la historia de Chile..