Autor: ANTONIETA MELEÁN l FOTOS: LA DISCUSIÓN
Ñuble enfrenta desafío por escasez de familias de acogida para 180 niños y adolescentes en residencias
Ñuble enfrenta desafío por escasez de familias de acogida para 180 niños y adolescentes en residencias Ciudad.
Ñuble enfrenta desafío por escasez de familias de acogida para 180 niños y adolescentes en residencias menores vulnerados en sus derechos que no pueden permanecer con su familia biológica 26 de los menores tienen menos de un año y requieren un hogar temporal que les brinde cariño y seguridad. Aunque el interés por acoger ha aumentado, solo ocho familias cumplen actualmente esta labor, por lo que el Servicio de Protección llama a derribar mitos y sumarse a esta red que cambia vidas.
Virginia alVayay directora regional del Servicio de Protección eSPecializada a la niñez y adoleScencia necesitamos es humanizar esta política pública, derribar mitos y que la cultura del acogimiento llegue a todos los rincones", ANTONIETA MELEÁN diario@ladiscusion.cl fotos: La Discusión E n la región de Ñuble, 180 niños y adolescentes viven en residencias, 26 de ellos tienen menos de un año.
Estos recintos administrados por el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia se encuentran en las comunas de Chillán (5), San Carlos (1) y El Carmen (2). Se trata de menores que han sido vulnerados en sus derechos y no pueden permanecer con su familia biológica. La mayoría ha sido víctima de violencia física, violencia psicológica, abandono y falta de cuidados.
Una cantidad importante de casos se relaciona a vulneraciones de la esfera sexual, afectando especialmente a las niñas y las adolescentes. "Lamentablemente hemos aumentado un 100% los niños, niñas y adolescentes que ingresan al sistema y eso es una muy mala noticia. Una de las situaciones más preocupantes es el aumento de bebés derivados por tribunales a las residencias. Hemos visto un aumento del 72% de menores de 2 años que han ingresado a estos espacios, son cifras que nos duelen, cada número representa una historia.
Es una realidad que nos preocupa fundamentalmente por las características que tiene esta región respecto a la ruralidad, una población que es adulta y que debiera ser más bien una región que fuese mucho más protectora de los niños y adolescentes", expresa Virginia Alvayay, directora regional del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia.
Estos 180 lactantes, niños y adolescentes están a la espera de una familia de acogida externa que, de manera temporal, pueda cuidarlos, darle amor, protección y un entorno seguro, mientras que el Servicio trabaja en una solución definitiva para los menores, ya sea a través de la reintegración a su núcleo familiar de origen o mediante un proceso de adopción. Pero la realidad nos golpea de frente. Hoy son escasas las familias de acogida en la Región de Ñuble, solo hay ocho, demás está decir que estamos al debe en este aspecto.
Es en este contexto que el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia ha desplegado diferentes iniciativas para difundir, sensibilizar e instalar la cultura del acogimiento familiar en Ñuble como alternativa de cuidado para niños y jóvenes que han sido separados de sus familias por diversas circunstancias de vulneración de derechos, posicionando esta modalidad de protección como una respuesta integral que prioriza el interés superior del niño y el derecho a vivir en familia.
Un diagnóstico realizado por el Servicio, detectó que las personas tienen poco conocimiento e información sobre los programas del acogimiento familiar, de hecho, existían zonas de rezago donde históricamente o desde hace años familias no postulaban a estos programas familias de comunas como Quirihue, Coelemu, Trehuaco, Cobquecura, Pinto, Coihueco, San Fabián, El Carmen y Yungay. Las familias que se interesan provienen en su mayoría de Chillán, San Carlos y Chillán Viejo. Otros factores son las estigmatizaciones y mitos, pues las personas consideran que se requieren grandes condiciones socioeconómicas para aprobar la postulación como familia de acogida. "Con el acceso a la información hemos derribado esos mitos. Así como hay distintos tipos de niños, nosotros necesitamos tener distintos tipos de familias, así que toda familia puede postular.
Por ejemplo, nos han llegado durante el último periodo muchas familias de sectores rurales que pensaban que quizás `por no tener un gran sueldo' no podían figurar, pero resulta que tienen una casa, animales, cosechas y eso nos demuestra que pueden dar sustento a ese niño", explica María Paz Ramírez, jefa de la Unidad de Evaluación Formativa para la Adopción y el Acogimiento.
Al recibir familias de diferentes zonas de la región se incrementa la posibilidad de que un niño en vez de ser direccionado a una de las tres residencias que hay en Ñuble,. Ñuble enfrenta desafío por escasez de familias de acogida para 180 niños y adolescentes en residencias El acogimiento familiar externo tiene una duración de 18 meses aproximadamente.
Derivaciones de tribunales Cuando un Tribunal de Familia determina separar a un niño o adolescente de su núcleo familiar es porque que la situación de riesgo en la cual está inmersos amerita que salga de inmediato por su interés superior. Cuando no hay algún otro adulto responsable de su familia directa que pueda asumir los cuidados, el menor es derivado a ingresar a las residencias o a familias de acogida.
Preparación de las familias De acuerdo al Servicio de Protección para que una persona se interese en ser familia de acogida tiene que haber escuchado antes entre cuatro o seis veces acerca de las familias de acogida. "Sabemos que es una decisión importante y no menor y desde que una persona ya está más o menos decidida, se demora un año en dar el paso para iniciar el proceso". incrementa la posibilidad de que el menor pueda mantenerse en su territorio y mantener su contexto educativo y social. "Llegar a más comunas y que gente de comunas distintas estén interesadas también nos permite darle un hogar con ese enfoque territorial", dice.
El temor a los desafíos que implica ser una familia de acogida y sufrir la separación del niño cuando termina el tiempo de cuidado también frena la decisión de las personas y evitan implicarse en esta red de familias de acogidas, pero lo cierto es que hay acompañamiento de un equipo de psicólogos y trabajadores sociales antes, durante y después del acogimiento. "Necesitamos es humanizar esta política pública, derribar mitos y que la cultura del acogimiento llegue a todos los rincones.
Nosotros siempre decimos que cercano a la Navidad recibimos muchos llamados telefónicos preguntando dónde están las residencias para ir a dejar juguetes o para una cena navideña, como que a todos se nos abre el corazón para la Navidad, pero lo cierto es que los niños están los 365 días en esa residencia y todos están esperando una familia de acogida.
No podemos poner el acento en la estigmatización y creer que estos niños conforman un perfil, ellos están en contextos de vulneración y por lo tanto, todos y todas estamos llamados a ser familias de acogida, pero también a vincularnos desde la protección como sociedad", recalca la directora regional del Servicio de Protección. "Más que números de lo que estamos hablando son de historias.
Un lactante que llega con dos meses tiene una historia de vulneración y esa es la historia que necesitamos reparar, por eso que pedimos que se convoque a la sociedad, en este caso de Ñuble, para que pueda ser parte de este proceso de protección, de acompañamiento, de reparación. Aquí hay historias muy crudas que ven los niños y niñas que son parte de nuestro programa.
Nosotros como Servicio llegamos cuando la vulneración ya se produce, por lo tanto, esa derivación que hacen los tribunales cuando la vulneración ha sido gravísima, entonces, entre elegir una residencia y una familia de acogida, a nosotros nos gustaría tener muchas más familias de acogida para restituir ese derecho que tienen de vivir en familia", agrega.
Más familias interesadas Si bien en la región solo hay ocho familias que están a cargo del cuidado de niños y adolescentes, en el último tiempo ha aumentado el interés de las personas por acoger a menores que han sido derivados a residencias.
Actualmente, en la Unidad de Evaluación Formativa para la Adopción y el Acogimiento hay 12 familias en el proceso de evaluación, cinco de ella se encuentran en una fase más avanzada y se espera que prontamente puedan estar disponibles para recibir temporalmente el cuidado de un menor. También hay familias que han participado de charlas informativas para interiorizarse en el tema y posiblemente de allí surjan nuevos postulantes a familias de acogidas. En paralelo, el Servicio de Protección cuenta con cuatro programas.
Ñuble enfrenta desafío por escasez de familias de acogida para 180 niños y adolescentes en residencias KAREM GONZÁLEZ familia de acogida Hay mucha gente que está esperando tener un hogar, saber qué se siente ser amado por alguien" de Familia de Acogida Especializada (FAE), a cargo de fundaciones o corporaciones que están acreditadas y también tienen como objetivo captar familias de acogidas.
De acuerdo al Servicio de Protección, de 100 personas que postulan, solamente 10 avanzan en el proceso. "Es decir, que si yo quisiera dar respuesta a los 26 niños lactantes que están hoy en día en residencia, tendría que tener 260 interesados porque después la regla me dice que ese embudo llegaría a los 26 niños que requieren familia de acogida.
Son familias que dicen que tienen interés, pero luego indican que no están preparados, que no es el momento, que de repente tienen temores", indica la jefa de la Unidad de Evaluación Formativa para la Adopción y el Acogimiento. Para ser familia de acogida el principal requisito es tener el compromiso y motivación para cambiar la vida de un lactante, niño, niña o adolescente, y tener la capacidad de brindar cariño y contención. Puede ser cualquier persona mayor de 18 años, soltera o casada, no tener antecedentes penales, no estar inhabilitado para trabajar con menores de edad. Tras concretar la inscripción pasan por proceso que evalúa el ámbito emocional, socioeconómico, habitacional, entre otros aspectos. Luego continúan con la capacitación.
Todo este proceso demora cerca de tres meses. "No hay distinción de estado civil, es decir, puede ser cualquier tipología de familia, personas solteras, con hijos, sin hijos, familias homoparentales, cualquier tipo de familia puede ser y lo más importante es que haya motivación, disposición para entregar afecto, cuidado y acompañamiento porque en el fondo también hay un trabajo como de cuidado, pero también vincular.
El vínculo uno a uno que puede otorgar una familia es la principal fuente que permite reparar y sanar el daño en estos niños que han sufrido vulneraciones", indica Ramírez. "Cuando las familias postulan a estos procesos, uno de los elementos que se considera es la proyección de acogimiento, es decir, también escuchamos a las familias respecto de en qué rango etario se sienten más preparados para recibir a un niño, si ellos se encontrarían más preparados, por ejemplo, para recibir a un lactante, a un preescolar o más bien a un preadolescente o adolescente.
Son elementos que se conversan y que se trabajan con ellos porque también muchas veces las familias llegan con una primera idea y concepción y a medida que vamos avanzando el proceso lo vamos afinando y en realidad nos damos cuenta que, por ejemplo, por calidad de vida, por temas también de ellos de la energía vital que tienen, de repente parten con el interés de un lactante y después se sienten más preparados para un preescolar", precisa.
Y añade que "también, por ejemplo, consideramos el género del niño porque muchas veces son familias que tienen otros niños, que compartirían habitación con otros niños, entonces son elementos que también consideramos para no generar una mayor alteración dentro de las dinámicas familiares". El acogimiento familiar externo tiene una duración de 18 meses aproximadamente, sin embargo, el tiempo puede extenderse dependiendo de la situación de cada niño, niña o adolescente. Las familias cuidadoras reciben una subvención mensual de $150 mil pesos para los gastos básicos del menor mientras dure el acogimiento.
El Servicio de Protección brinda un acompañamiento en el evalúan la adaptación del niño a su nueva realidad familiar y cómo la familia se incorpora y favorece la inclusión del menor a las distintas rutinas y hábitos familiares. Una familia de acogida puede recibir más de un niño a la vez y también puede recibir permanentemente niños.
Para mayor información sobre los programas de familias de acogida se pueden acercar hasta la Oficina de la Unidad de Evaluación Formativa para la Adopción y el Acogimiento ubicada en avenida Libertad #455, oficina 402 en Edificio Paseo Los Héroes, a través del número telefónico 413116240 o ingresando a www. servicioproteccion. gob. cl Beneficios en menores y familias que acogen La evidencia ha demostrado que un niño que puede desenvolverse y vincularse en un lugar familiar donde hay afecto, estimulación y cuidados tiene a futuro posibilidades de desarrollo exponencialmente superiores a diferencia de un niño en contexto residencial.
El afecto y el cariño resultan prescindible como efecto reparador ante las situaciones traumáticas o adversas que marcaron la infancia de los menores. "Hay un vínculo emocional con este niño o niña que se acoge y por lo tanto es una familia que con este niño o niña va creciendo en cariño. La experiencia que nosotros tenemos de familias de acogida, todas son positivas.
Crece la familia porque incorpora un miembro más a esa familia, se relaciona, hay un tema de empatía con los otros niños que son sus hijos, en el caso de una familia con hijos, y este niño o niña del punto de vista emocional se siente mucho más protegido, por supuesto, que tiene una salud mental más sana", subraya la directora regional del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, Virginia Alvayay.
En los niños y adolescentes se incrementa de forma exponencial el aprendizaje, la incorporación de palabras, el lenguaje, el desarrollo del pensamiento lógico-matemático, la motricidad. "Lo que le pasa al niño o niña, sobre todo si es más pequeño, en una familia desarrolla todas las habilidades emocionales, pero también cognitivas y obviamente crea mayor efectividad en el desarrollo y el comportamiento que va a tener en la sociedad en comparación al aislamiento que se produce en una residencia, porque es mucho más estándar, responde a protocolos, a procedimientos. Solo hay que imaginar, por ejemplo, en la hora del almuerzo que hay cuatro, seis, ocho, veinte bandejas para almorzar, no da ese 1 a 1, entonces hay una cuestión mucho más mecanizada. Las sensaciones, los olores, los aromas, las conversaciones en una mesa hacen que se desarrolle la emocionalidad, pero también el desarrollo cognitivo", precisa.
Si bien este proceso resulta retador, está demostrado que las familias de acogida ganan empatía, descubren otras formas de acercarse al amor, transmiten nuevos valores a sus hijos y a su entorno, y crecen como familia. "Atrévanse" Karem González y Yony Flores son un matrimonio consolidado, con un hijo de 17 años. Sufrieron dos abortos que impidieron su anhelo de procrear de nuevo, pero de algo sí estaban convencidos es de que tenían mucho amor para entregar. Intentaron adoptar, pero no fue posible. "Yo después de haber tenido dos pérdidas, no logré quedar otra vez embarazada. Yo dije que tenía demasiado amor para poderle dar a otra persona, que podía cambiarle la vida a alguien, ya estaba en mi corazón poder dar cariño a una persona. Con mi esposo y mi hijo nos pusimos a orar, y yo le pedí al Señor con claridad, porque yo había tratado de adoptar y nunca había podido llegar a canalizarse.
Entonces yo dije, `¿sabes qué Señor, si tú quieres lo que sea, que venga a mí'. Y una trabajadora social y una psicóloga del Programa FAE fueron a la iglesia nuestra un domingo a presentar el el programa, y de ahí, con mi esposo nos miramos, y entendimos que fue una respuesta de Dios, yo me acerqué a ellos, y ahí empezamos todos a meternos en todo este proceso", recuerda Karem. Se interiorizaron en el programa, asistieron a charlas, capacitaciones y evaluaciones psicológicas tanto individuales como familiares. Esta etapa tardó alrededor de seis meses. "Nosotros queríamos un niño más grande porque por lo general no son acogidos en el sistema, prefieren a los niños más pequeños. Pero nos llegó la noticia de repente que había un niño, pero que no estaba en la edad, que tenía ciertas características y que de no venir con nosotros se iría a una residencia. Entonces, lo hablamos con mi esposo, y fue como un enamoramiento y entramos en el programa con el pequeño que tenemos", explica. Así fue como el 15 de abril de 2024 llegó a sus vidas Jorge, un pequeño de tres años y medio en ese entonces.
La familia define como desafiante el proceso de adaptación "porque una cosa es idealizarlo y otra cosa es llevarlo a la práctica, a la realidad". "Nosotros anhelábamos abrazarlo, besarlo, llenarlo de cariño, que todo fuera feliz y todo eso, pero él era un niño que traía muchas heridas emocionales.
Entonces, al principio tuvimos el primer mes de enamoramiento, él estaba fascinado con su habitación y lo único que él quería era que nosotros lo amáramos, nos engancháramos, pero todavía no estaba siendo él, con toda su personalidad y todas sus `yayas' que tenía por dentro.
Fue como por etapas, fue desafiante al ver ya su personalidad, probar los vínculos, los afectos, sentirse seguro, cambiar hábitos, adaptarse a nuevas reglas, nuevas normas", recuerda. "Y para nosotros también porque con un hijo de 17 años que es independiente en casi todas sus cosas, yo ya estaba en modo de disfrutar de la vida, de mi adultez con tranquilidad.
Pero no, él era un pequeño que llegó usando pañales todavía, que se orinaba, que hacía algunas cosas que nos sacaron de nuestro estado de confort muchas veces, pero hoy en día ya está como decantado. Jorge se adaptó a nosotros, nos entendió, nos adoptó, nos acogió, porque yo siento que nosotros fuimos acogidos por él.
Entonces ya él se siente integrado en la familia por completo, con identidad, con seguridad, sabe que tiene personas que lo van a buscar, que se preocupan de él, que leen cuentos en la noche, que oran con él", agrega.
Para la familia fue muy importante que su círculo cercano (suegros, cuñados, hermanos, amistades) apoyara y aceptara a Jorge como un nuevo integrante, de hecho, aseguran que juegan un rol importante en la crianza externa del menor. "Él tiene familia a la que ama.
Él dice yo amo a mi familia, me encanta mi familia, y él nos reconoce a nosotros como su familia y eso ha sido súper importante porque en el momento en el que uno ha necesitado como contención, quizás hasta inclusive un respiro, ellos lo agarran, salen con él, se quedan con él, y él se queda fascinado porque se siente seguro en nuestro entorno". La huella que quieren dejar en Jorge es que a pesar de las situaciones y vulneraciones que le tocó vivir, pueda ver que la vida es bella, y que aun cuando sus papás hayan tenido problemas y no lo pudieron tener ni criar, él ha sido privilegiado de poder ver que sí existen familias que lo aman sin condición y que están dispuestos a dar todo por él. "Yo quiero que él se convierta en un hombre de bien, un hombre que tiene un corazón sano, que ve y reconoce de la vida lo hermoso más que lo feo porque a pesar de todas las circunstancias, él se ha hecho un muchacho resiliente, que se levanta, que camina, que se adapta y se siente seguro y pueda entender que la vida es bella a pesar de los problemas", expresa Karem. Por la estabilidad emocional del niño, la familia ha decidido cuidarlo hasta que el tribunal resuelva su situación, ya sea volver con su familia biológica o una familia adoptiva permanente.
Karem destaca la labor que realizan las familias que acogen a niños y adolescentes vulnerados, por lo que extiende un llamado para que cada día más personas y familias se interesen en brindar una oportunidad y ayuden a sanar los corazones de los menores que viven en las residencias del Servicio de Protección. "El mensaje es atrévanse sabiendo que va a ser quizás lo más difícil que vayan a hacer en su vida. Pero eso al final no solo les va a ayudar a ser ellos mejor persona de lo que son, sino también le van a cambiar la vida y el destino a un niño. Yo sé lo que es Jorge en un ambiente hostil y sé lo que es Jorge en un ambiente seguro.
Entonces el mensaje es atrévanse porque tenemos que desafiar el egoísmo y el mirarnos siempre a nosotros viviendo nuestro metro cuadrado y tratar de ver que hay gente alrededor que lo está pasando mal y que nosotros tenemos a veces las condiciones y un hogar, que le podemos decir `cómo no le voy a poder dar yo amor a alguien, aunque no lo conozca'. Eso fue lo que Dios hizo con nosotros, entonces es dar un poco de amor del que Dios nos ha dado. Sí, es difícil, pero a la vez es hermoso.
Nosotros nunca nos vamos a olvidar de Jorge y él jamás se va a olvidar de nosotros", subraya. "Hay mucha gente que está esperando tener un hogar, saber qué se siente ser amado por alguien, qué se siente estar seguro en una familia y eso va a hacer que en un futuro ellos puedan ver las dos cosas que vivieron y decidir por la mejor, por la que se sintieron mejor y felices", agrega..