EDITORIAL: Chile Day en Nueva York
EDITORIAL: Chile Day en Nueva York EDITORIAL: Chile Day en Nueva York U n Chile Day diferente se vivió en Nueva York a fines de la semana pasada.
Por una parte, nuevas amenazas arancelarias del Presidente Trump a la Unión Europea y a las importaciones de teléfonos celulares han vuelto a remover los mercados, recordándoles a los inversionistas que la pausa de 90 días decretada por el mandatario puede ser solo eso: una pausa.
Por otro lado, la promoción de la dimensión financiera del atractivo de nuestro país para invertir ha dado paso a la necesidad de atender preocupaciones prácticas respecto del funcionamiento de nuestra economía y las posibilidades de negocios que pueda ofrecer.
En efecto, el Chile Day, concebido como un programa para mostrarles Chile a los inversionistas globales, estuvo por muchos años principalmente enfocado en inversionistas financieros, los que a través de sus flujos proveían de financiamiento a compañías, pero, sobre todo, a instituciones financieras locales. Se entendía que las inversiones extranjeras en proyectos reales tenían otros mecanismos para informarse del país y sus oportunidades. Por ello es que resulta revelador de los actuales desafíos de Chile el hecho de que la permisología haya sido el centro del último Chile Day. Ciertamente, la mayor volatilidad de los mercados es a menudo atractiva para inversionistas de portafolio, por lo que muchos de ellos pueden estar hoy dispuestos a tomar posiciones especulativas en Chile.
Pero para inversionistas de largo plazo que apuestan y se comprometen de manera sistemática con un país, la volatilidad financiera no es atractiva, y menos lo son la incertidumbre institucional y regulatoria que ha pasado a caracterizar el ambiente de negocios en Chile. Que el Chile Day haya estado ahora enfocado en estos últimos inversionistas, más que en los primeros, da cuenta de la necesidad de enfrentar estos temas con decisión. En este sentido, el proyecto de permisos que se tramita actualmente en el Congreso representa un paso positivo, pero tímido.
Desde luego, no aborda el tema de los permisos ambientales, que son parte importante del problema y donde factores como la distorsión de los procesos de participación se han transformado en un inmenso y poderoso obstáculo para la concreción de iniciativas, como lo revelan las reacciones a los recientes reportajes del cuerpo Crónica para el Futuro, de "El Mercurio". Y en cuanto a los permisos de orden administrativo, en los que se centra el proyecto, si bien este mejora algunos aspectos de coordinación, no establece un verdadero sistema en base cero, que debería repensar la relevancia de decenas de instituciones que no solo entorpecen la aprobación, sino que son fácilmente capturadas por intereses específicos. Es revelador de los actuales desafíos de Chile el que la permisología haya sido el centro. Chile Day en Nueva York Sin Asignar.