Autor: Loreto Flores Ruiz
"Cuando dicen necesitamos un historiador objetivo me río”
PATRICIA ARANCIBIA, HISTORIADORAS L a vida de la historiadora Patricia Arancibia Clavel (70) está marcada por su familia. En su casa, junto a sus nueve hermanos, aprendió los valores del respeto, la tolerancia, el amor por los libros y el trabajo responsable. Nació en Viña del Mar, pero al poco tiempo la familia se trasladó a Santiago.
Es la quinta hija de un matrimonio formado por un marino, que falleció a los 52 años, dejando a su madre viuda a los 42. "Mi mamá no sabía hacer ni un huevo, pero cuando enviudó hizo de todo. Era fantástica", recuerda.
Cuando su madre murió, en 2018, recibió "el regalo más valioso que se puede recibir de una madre: su diario de vida, escrito en 25 cuadernos y libretas". De su madre, Patricia Arancibia heredó el gusto y la facilidad para escribir. A los 12 años, publicaba sus primeros cuentos en la revista del colegio Jeanne d'Arc.
Hoy, son cerca de 70 libros publicados, muchos sobre la historia de Chile de las últimas décadas y otros por encargo, que realiza hace veinte años en su pequeña empresa, llamada «Clío», en honor a la diosa de la historia. Parte de su tiempo lo destina a su labor en algunos directorios y como presidenta del directorio de la Fundación Crecer y Sanar. Se casó a los 23 años con un hombre 17 años mayor, un matrimonio que duró dos años. Con él tuvo a su única hija, Nicole: "Mi hija nació con una microcefalia leve, lo que genera una deficiencia intelectual. Ha sido un proceso difícil de asumir, sobre todo porque vengo de una familia donde se valora el mundo de las letras. Sin embargo, el amor ha estado presente desde el primer día. Ella es mi regalo, mi compañía, mi vida y es muy querida por todos". Y es Nicole quien nos saluda cariñosa cuando llegamos a la casa de Patricia para hacer esta Conversación.
Nos instalamos en la buhardilla, llena de libros y fotos con expresidentes, políticos y personajes importantes, para hablar, sin apuro, sobre sus recuerdos, entrevistas y su visión de Chile. "Tengo mucho sentido de humor, soy alegre y me gustan las conversaciones profundas. A pesar de tener una vida difícil, tengo un carácter resiliente y salgo adelante", afirma.
Esta mujer valiente, de voz fuerte e ideas claras, es también reservista del Ejército y este año ascenderá a teniente, luego de haber aprobado, hace una década, el Curso de Aspirantes de Oficial de Reserva, CAOR, donde aprendió a disparar, lanzar granadas e irse de campaña. Incluso, desfiló en una parada militar ante la exPresidenta Michelle Bachelet. A estudiar Historia en la U. Católica llegó gracias al libro "Adiós al Séptimo de línea" de Jorge Inostroza. "Entré en plena época de la Unidad Popular, donde más que ir a la universidad estábamos en la calle. En esa época, todos los jóvenes estábamos comprometidos con el país en uno u otro bando.
Estuve en Patria y Libertad, porque me parecía que era un movimiento que podía salvar a Chile del marxismo". "Con Luis Corvalán tuve una empatía total" --¿ Cómo llega a escribir biografías? --La primera que hice fue la de Mario Góngora y no he parado. No hay nada más enriquecedor que tratar de entender al otro a través de una biografía, entras en su intimidad. Pero la biografía nunca es perfecta y completa, la vas escribiendo a partir de uno, porque analizas el objeto desde tu punto de vista. Cuando dicen `necesitamos un historiador objetivo', me río. Les decía a mis alumnos que la historia no es objetiva, porque el sujeto que investiga está inmerso en su propia realidad.
No existe una sola verdad. --¿ Cómo pasa de las biografías de personajes históricos a hacer libros sobre historias de empresas? --Mi gran amor son las biografías, da lo mismo si es de empresarios, políticos o artistas. La biografía, como género, es una manera muy válida de acercarse a la realidad y que otros puedan conocer las distintas perspectivas de los personajes.
Si me preguntas por qué me ha ido bien en lo que hago, diría que es por la pasión que pongo, la rigurosidad y la empatía con el biografiado. --En su programa «Cita con la Historia», que fue transmitido por televiPatricia Arancibia Clavel: "Cuando dicen `necesitamos un historiador objetivo', me río" La historiadora mira con escepticismo la marcha del país y el proceso constituyente. "Veo un futuro complejo, porque se está dando mucha voz al odio", dice.
F O T OGR AFÍA : CL A UDIO COR TÉ S V Por Loreto Flores Ruiz "Cuando dicen necesitamos un historiador objetivo me río”. sión varios años, y en sus libros entrevistó a diversos personajes. En su canal de Youtube tiene más de 100 entrevistas. ¿Cuáles le parecieron más interesantes? --Difícil pregunta, porque son muchos. El más tierno, como hombre y persona, fue Luis Corvalán, el secretario general del Partido Comunista, pero el gran responsable de muertes, asesinatos y miembro de un partido de verdaderos dictadores. Con Corvalán tuve una empatía total, era muy agradable, inquieto y suelto. Gladys Marín era encantadora fuera del set, cuando se prendieron las luces cambió la relación. Otro que me pareció un gentleman fue Gabriel Valdés. La que no he publicado es la que le hice a Pinochet en Virginia Water, donde estuvo detenido. Un día, me llama el secretario de Pinochet y me dice que quiere hablar conmigo, antes de que viajara a Londres. No lo conocía y no había hablado nunca con él. El general Pinochet me llamaba porque había visto un artículo en «La Segunda», donde el almirante Merino sostenía que él había sido el autor del golpe. Pinochet me dijo que Merino estaba equivocado, porque había sido él. --Finalmente, entrevistó a Pinochet en Londres. --Me llamó Álvaro Vial, el vicerrector académico de la U. Finis Terrae (lugar donde trabajaba en ese momento), Pinochet estaba preso en Londres y me dijo: "¿ Por qué no consigues una entrevista con Pinochet?", le dije "es imposible". "Vas a poder", me respondió.
Llamé por teléfono y me contestó el general (Juan Carlos) Salgado, le dije: "soy Patricia Arancibia Clavel, sé que es difícil lo que le voy a pedir: me gustaría entrevistar a mi general". Y ¿ sabes lo que me contestó? "¿ Cuándo quieres venir?". Se me apretó la guata y le dije "¿ qué te parece la próxima semana?". Nos fuimos la semana siguiente a Virginia Water con el rector Pablo Barahona, el vicerrector Álvaro Vial y el economista Álvaro Bardón, era mayo de 1999. Estuvimos tres días con Pinochet. --¿ Qué le preguntaron? --Desde Manuel Contreras hasta lo que vivía en ese momento. Pasamos por toda su vida. Él estaba bien de la cabeza, lúcido, bien vestido, siempre con su perla.
En un momento, se nos enredó el cassette de lo que estábamos filmando y Pinochet me dijo, "a ver Patricia, si esto se arregla muy fácil", pescó un lápiz y empezó a darle vueltas al cassette. --¿ Usted no habla de dictadura de Pinochet? --No hablo de dictadura por razones distintas a lo que la gente pudiera pensar. Soy una convencida de que la izquierda ideologizada, el PC, principalmente, y el PS, en su momento, han hecho de la historia contemporánea un festín, la han escrito a su manera. Es una historia panfletaria y no quiero caer en el juego de usar su mismo lenguaje, como si tuvieran la superioridad moral de hablar de dictadura.
Ellos han defendido verdaderas dictaduras, donde los dictadores no dejan el poder ni entregan una banda presidencial a alguien elegido por el pueblo, como sí fue acá. --¿ Usted no niega las violaciones a los derechos humanos? --Jamás he negado las violaciones a los derechos humanos. Sé que fue un gobierno autoritario, que violó los derechos humanos y que fue mucho más largo de lo que debiera haber sido. No soy una persona que admire al general Pinochet. Hay cosas que, como parte de la familia militar, no me calzan.
La primera tiene que ver con la responsabilidad del mando, que se debe responsabilizar de lo que hacen los subalternos y él no lo hizo de la manera que debió haberlo hecho. --¿ Cuál debería haber sido esa manera? --El haber impedido, por ejemplo, cuando tuvo poder, que personas hayan entrado a Punta Peuco o a la cárcel y que fueron juzgados por recibir órdenes. --¿ En ese caso debiera haber asumido Pinochet? --Él debiera haber asumido la responsabilidad por haber sido el jefe de Estado. --¿ Y haber ido a la cárcel? --Por lo menos, haberlo explicitado. No es santo de mi devoción por no haber asumido la responsabilidad del mando y habérsela achacado a sus subalternos. Segundo, porque no ha quedado claro el tema de las platas del banco Riggs. Así como veo eso, veo sus virtudes y hay dos que son fundamentales: fue el responsable de la más importante transformación económica que nos convirtió en un país muy cercano al desarrollo. La segunda virtud, es haber evitado la guerra con Argentina.
Hay un tercer elemento, pero no fue Pinochet, fueron las Fuerzas Armadas, que es haber evitado una guerra civil en 1973. "La gente está perdiendo el miedo" --Usted participó en el lanzamiento del libro de Daniel Mansuy sobre Salvador Allende y la UP. --El libro es espectacular, hay que leerlo.
Mansuy se pregunta por qué el quiebre perdura hasta hoy en generaciones que no lo vivieron, cuando los sucesos de la guerra civil de 1891, que generaron 10 mil muertos, en menos de una década ya nadie hablaba de ellos. Traté de responder esa pregunta con una hipótesis: en 1891 no habían penetrado en Chile las ideologías. La revolución rusa fue en 1917 y la formación del PC en Chile, en 1922. La mantención de esta polarización está unida con la fuerza de una ideología que tiene en su esencia doctrinaria la lucha de clases y el odio al adversario. Esta odiosidad de la izquierda es muy fuerte, se transmite de generación en generación. Por eso el libro de Mansuy es tan interesante, porque cuando se habla del fracaso del gobierno de la UP, implica asumir responsabilidades.
Si hablas de "derrota", como cierta izquierda sigue haciendo, eso sirve para victimizarse, echarles la culpa a otros, a la CIA, los fascistas, al boicot. --Una encuesta reveló que un 39% ve a Pinochet como "el que impulsó y modernizó la economía chilena". --Lo que está pasando, y espero que siga pasando, es que la gente está perdiendo el miedo, porque durante años han sido muy pocos los que han dado la cara.
Ayudó el haber vivido el estallido social, esas semanas fueron de tal fuerza y desgarro, de ver como nuestras tradiciones más puras eran destruidas. --Esto de perder el miedo, ¿está unido al éxito de los republicanos el 7 de mayo? --Sí. No es coyuntural el triunfo de los republicanos. Es mucho más profundo. Fue tan denostada nuestra bandera, fue tan arrasada la tradición de nuestra patria por la Convención anterior, en un país en esencia nacionalista. Los republicanos fueron consecuentes en esa defensa. La gente asumió que podemos pensar distinto, pero no se puede permitir que se barra el piso con nuestra bandera como lo vimos.
La gente se da cuenta de los temas sensibles y este lo es, mucho más que la seguridad y la migración, porque llega a la esencia. --¿ Cómo ve el futuro del país? --Mi mirada es tremendamente escéptica del futuro. La izquierda va a aprovechar, sin duda, la conmemoración del 11 de septiembre para generar más odio. Pero, en la medida que haya más personas que dejen el miedo, vamos a lograr la sanación. En Chile desapareció el respeto a las autoridades cuando permitimos que una niña le tirara un jarro con agua a la exministra de Educación, Mónica Jiménez.
Gran parte de la culpa la tenemos los que somos abuelos o padres de una generación que no vivió el golpe y que los hemos formado en una burbuja utópica, sin base en la realidad. ¿Esto va por buen camino? No, no va por buen camino. --¿ Cómo debería ser la conmemoración del 11? --Sin ninguna historia oficial. Me produce malestar que un Gobierno, sea este o cualquiera, haga ceremonias dando una versión oficial de lo que fue el 11 de septiembre. Es fundamental entender por qué se producen los hechos, y esto no fue porque un día a cuatro militares se les ocurrió tomar las armas. Nadie habla del fracaso de Allende, lo tenemos como un héroe.
Nos hemos olvidado de lo que provocó el 11, porque sin Allende no hay Pinochet, así de simple. --¿ Cómo ve el proceso constituyente? ¿ Cree que pueda terminar de buena manera? --No, porque va a ser torpedeado de forma sistemática por la izquierda radical, el Frente Amplio y el PC, porque como las alternativas son la Constitución de Lagos o la que formularon los expertos, que es la republicana, no tienen salida. Veo muy negativo el futuro en ese plano. Siendo consecuente con lo que he dicho, veo un futuro complejo, porque se está dando mucha voz al odio.
Pinochet no es santo de mi devoción por no haber asumido la responsabilidad del mando y habérsela achacado a sus subalternos". (El proceso constituyente) va a ser torpedeado por la izquierda radical, el Frente Amplio y el PC, porque como las alternativas son la Constitución de Lagos o la de los expertos, no tienen salida". "Cuando dicen necesitamos un historiador objetivo me río”.