COLUMNAS DE OPINIÓN: Formar para convivir, Tarea de todos y todas
COLUMNAS DE OPINIÓN: Formar para convivir, Tarea de todos y todas duda un ejercicio relevante, que considere todas las variables en juego, partiendo por reconocer las causas estructurales que generan hechos de violencia en las aulas. Valoramos y propiciamos la participación de las comunidades educativas en este debate.
Es por ello, que desde esta Secretaría Regional hemos promovido, no tan sólo el diálogo con sostenedores del sistema educativo, también hemos hecho lo propio con asistentes de la educación, Uniones Formar para convivir: Tarea de todos y todas Carlos Benedetti Reiman Seremi de Educación Biobío Los hechos de violencia escolar ocurridos el último tiempo, acompañado de hechos de constitutivos de delito en que se han visto afectadas las comunidades educativas nos desafía como Estado a enfrentar el problema con una mirada integral y sostenida en el tiempo. En ese contexto, desde la Secretaría Regional Ministerial de Educación hemos asumido que la seguridad no puede ser abordada de manera fragmentada ni solamente desde la lógica del control.
En esta premisa es que se enmarcan los diálogos con la mesa de sostenedores públicos y privados con quienes hemos coincidido que este desafío lo asumimos sin distinción de dependencia, bajo la premisa que el problema no distingue establecimiento. El ministro Nicolás Cataldo en conjunto al ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, y representantes de las policías en reunión sostenida el lunes apuntan justamente a ese enfoque intersectorial tan necesario. La articulación entre el mundo público, incluyendo a actores religiosos y locales es un avance relevante. No basta con reaccionar ante los hechos violentos; es indispensable construir condiciones para que no ocurran, en una sociedad donde resolver a través de la violencia no ha de tener cabida. Uno de los aspectos más valiosos del enfoque planteado por el Mineduc es su énfasis en el bienestar socioemocional.
Destaca el Programa de Bienestar Socioemocional que constituye un compromiso para abordar las raíces profundas del problema y la falta de espacios de contención, mejorando la oferta cultural y deportiva y fortaleciendo la vinculación afectiva dentro de las comunidades escolares. A esto se agrega la continuidad de programas como "A convivir se aprende", "Comunidades Educativas Protegidas" y la actualización de la Política Nacional de Convivencia Educativa. Estas iniciativas convergen en una política más sólida. El desafío permanente es dotarlas de alcance profundo.
Las "soluciones fáciles a temas complejos", no pueden ser la tónica, al contrario, el debate con altura y sincero constituye sin Comunales de Centros de Padres y apoderados y Colegio de Profesores; dialogar no sólo es un acto democrático, sino también una condición para que cualquier política tenga legitimidad, pertinencia, oportunidad y eficacia.
El camino es largo, pero lo recorreremos con la mirada puesta en lo central: los niños, niñas y adolescentes, y su derecho a aprender y crecer en entornos seguros y dignos, libres de violencia, derecho extensivo a todas las comunidades educativas..