Nuevos riesgos laborales emergen con el cambio climático y obligan a repensar las estrategias de prevención
Nuevos riesgos laborales emergen con el cambio climático y obligan a repensar las estrategias de prevención las estrategias de prevención La crisis climática ya impacta la salud y seguridad laboral: olas de calor, contaminación, sequías y desastres naturales están generando nuevos riesgos y agravando otros ya conocidos en distintos sectores productivos. De hecho, la transición a una matriz energética más limpia requiere también nuevos parámetros de gestión y capacitación frente a estas amenazas. En Chile, el impacto del cambio climático sobre el trabajo ya es una realidad. A nivel global, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que más de 2 mil millones de personas realizan tareas expuestas a condiciones de calor extremo. Y solo por este factor, se anticipa que para 2030 el mundo contará con un 2% menos de horas laborales anuales efectivas, una pérdida de productividad equivalente a 80 millones de empleos a tiempo completo. Además, se calcula que cada año se atribuyen únicamente al calor excesivo 22,85 millones de lesiones profesionales y 18.970 muertes. En sectores como la construcción, la agricultura, la minería o el transporte, la exposición prolongada a temperaturas altas, radiación solar o contaminación ya no es la excepción, sino parte del nuevo escenario laboral. Tan solo en 2022 se registraron más de 50 olas de calor en 90 días en Chile y las proyecciones apuntan a que los eventos extremos como estos serán cada vez más frecuentes e intensos. A medida que las empresas avanzan hacia modelos más sostenibles, también surgen nuevos riesgos laborales asociados al combate contra el cambio climático.
La manipulación de hidrógeno verde, el trabajo con baterías de electromovilidad, la instalación de energías renovables o los procesos de economía circular implican desafíos específicos en seguridad, que requieren protocolos, formación técnica y nuevas formas de intensidad y efectos.
En trabajadores con enfermedades crónicas, por ejemplo, la exposición al calor extremo puede provocar descompensaciones más graves, mientras prevención. que la mayor presencia de material particulado producto de incendios forestales ha incrementado las enfermedades respiratoRiesgos exacerbados y nuevos escenarios El cambio climático no solo agrava los riesgos ya conocidos, sino que también modifica su sostenido de temperaturas se asocia a un alza en los cuadros de Estrategias de prevención: una respuesta concreta desde la Mutual Mutual de Seguridad está desarrollando una nueva forma de abordar la prevención laboral frente al cambio climático. La firma ha comenzado a incorporar este fenómeno como una variable central en su estrategia, con el objetivo de anticiparse a sus efectos y proteger la salud de los trabajadores. Para eso, ha identificado los sectores más expuestos a condiciones climáticas extremas --como la construcción, la agricultura o el transporte-y está elaborando recomendaciones específicas que ayuden a tomar decisiones informadas en terreno.
Uno de los focos es el monitoreo de variables como la temperatura o la radiación solar, que permiten ajustar las jornadas laborales según el contexto ambiental. "Identificar los impactos que puede tener el clima en un determinado oficio o tarea permite proteger a los trabajadores, pero también garantizar la continuidad operacional de las empresas", comenta el consultor senior de Mutual de Seguridad, Cristian Ramírez. Además, la entidad está poniendo énfasis en el cuidado de la salud mental, un aspecto que suele quedar relegado, pero que cobra especial relevancia ante escenarios extremos.
La ansiedad, el estrés térmico o la exposición prolongada a condiciones adversas ya están afectando a muchas personas, y por eso se están promoviendo espacios de contención, diálogo y apoyo en los lugares de trabajo. rias laborales. Además, el aumento ansiedad, estrés térmico y fatiga, afectando tanto la salud mental como el desempeño operativo. Este nuevo contexto exige revisar los enfoques de prevención, incorporando variables ambientales en la planificación y gestión del trabajo. Pero no solo se trata de intensificación. También están apareciendo nuevos escenarios de riesgo, como el efecto "isla de calor" en áreas urbanas, donde la temperatura puede subir varios grados por encima del promedio.
Este fenómeno afecta particularmente a trabajadores de delivery, logística, retail o servicios en la vía pública, que muchas veces no cuentan con infraestructura de protección ni puntos de hidratación adecuados. "El cambio climático requiere una nueva cultura preventiva, en la que se integren variables ambientales como parte del ciclo habitual de gestión del riesgo. El desafío es adelantarse, no solo reaccionar", afirma Cristian Ramírez, consultor senior en gestión de riesgo y desastres de Mutual de Seguridad. Nuevos riesgos En este escenario, transitar hacia energías limpias, electromovilidad o economía circular requiere prevención específica, capacitación técnica y actualización constante de protocolos. Y es que, a medida que las Y es que, a medida que las industrias migran hacia modelos sostenibles, también emergen nuevos desafíos en salud y seguridad laboral.
Las tecnologías que impulsan la descarbonización y eficiencia energética requieren nuevas competencias, infraestructura y protocolos específicos para prevenir accidentes: un ejemplo de ello es el hidrógeno verde, cuya manipulación presenta riesgos por inflamabilidad, explosividad y quemaduras por frío extremo, lo que exige capacitación especializada y medidas de contención seguras.
Pese a las ventajas de la electromovilidad, las baterías de ion-litio pueden generar incendios o fugas térmicas si no se almacenan y mantienen correctamente, mientras que, a nivel de energías limpias, la instalación y mantenimiento de paneles solares y turbinas eólicas exponen a los trabajadores a riesgos eléctricos, trabajos en altura y condiciones extremas de clima.
Por otra parte, para el desarrollo de la economía circular, la reutilización de residuos implica contacto con materiales peligrosos, exposición a contaminantes y condiciones de trabajo inestables si no hay protocolos claros, mientras que el rediseño de espacios y procesos productivos para la eficiencia energética puede generar nuevos riesgos ergonómicos, térmicos o por automatización si no se planifica desde la seguridad..