Construcciones deficientes
E Señor director: En zonas como la de Atacama, es un atentado contra los ciudadanos asumir sistemas de construcción que no resistan los numerosos movimientos sísmicos que, desde siempre, sacuden las estructuras naturalese improvisadas. La única forma de encarar lossistemas de construcción es con la fiscalización de los organismos estatales que han sido creados para esas alternativas que deben proteger las vidas y los intereses económicos de los habitantes.
Cada día se están descubriendo deterioros en los inmuebles donde viven los ciudadanos de una de las zonas que se potencia cada día con los recursos de la minería, para lo cual el actual gobierno ha dispuesto millonarios aportes con el denominado royalty minero que es entregado a las municipalidades y que destinado a dar estabilidad a la vida de la comunidad. La necesidad deesosrecursos yadefinidos, deben ir de acuerdo a laorganización de los sistemas gubernamentales para enfrentar la irresponsabilidad de los esquemas de construcción que exhiben las empresas del rubro. Las construcciones deben hacer efectivas la consistencia de ellas con las aprobaciones respectivas por los organismos oficiales para que sean entregadasalos ciudadanos.
Cada zona debe mantener sistemas que tienen que ser cumplidos por los responsables de aplicar los esquemas de construcción que soporten las consecuencias de episodios naturales violentos y que no pueden ser desconocidos profesionales del rubro. Estimamos que los controles deben seraplicados desde los primeros esquemas de construcción para que los profesionales puedan aplicar las normas lógicas de rigurosidad, y que deben ser pagadas por los interesados. Ya tenemos “monumentos a la improvisación” en construcciones en la zona central que elevan sus estructuras al firmamento, abandonadas por las personas que las habitaban, a punto de precipitarse al abismo en ubicaciones alarmantes.
Cada ciudadano debeser respetado por los organismos estatales y privados conlos sistemas de construcción que se aplican en la zona y que no admiten liviandades en sus definiciones que, de manera seria, resolverían las necesidades de los ciudadanos. Osman Cortés Argandoña Periodista