Autor: Fernando Ramos, arzobispo de Puerto Montt
Columnas de Opinión: Jóvenes ninis
Columnas de Opinión: Jóvenes ninis H ace poco se publicó en algunos periódicos del país que, en los últimos 12 meses, el número de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan los llamados "ninis" paso de 331.596 a 336.604, según estudios hechos por Tomas Rau, economista de la Pontificia Universidad Católica de Chile, es decir, va en aumento el número de personas jovenes que no tienen una actividad formal que articule sus vidas. Las consecuencias de este número tan alto se pueden avizorar como desastrosas para nuestro país. Algunos pondrán elénfasis en que estamos perdiendo parte importante de nuestro capital humano, lo cual dificultará en el futuro nuestro desarrollo económico. Otros ven en esta realidad un callo de cultivo para la generación de bandas criminales vinculadas al narcotráfico y a la crisis de seguridad que estamos viviendo. No faltará quien les eche la culpa a sus familias, pues no han sabido orientar a sus hijos por caminos de superación y esfuerzo para salir adelante. Incluso algunos culpabilizarán a la sociedad que hemos construido, pues no dejaría espacio a las nuevas generaciones para que se puedan desarrollar. Sin embargo, lo que más preocupa es el problema de fondo que pone en evidencia este fenómeno. El ser humano es un ser en movimiento, un ser que es capaz de soñar, anhelar, construir, incluso sacrificarse por un futuro intangible. Todo esto es posible porque hay motivaciones interiores, espirituales, intelectuales que permiten delinear y advertir el bien alcanzable, la belleza contemplable, la bondad realizable, la justicia habitable.
Es el alma humana que modela y conduce las acciones que empujan hacia el futuro. ¿Cuántos logros se han hecho en la historia de la humanidad basados en el sueño y la intuición de construir algo mejor? ¿ Cuántas personas han sido capaces de generar realidades nuevas y mejores para si mismos y los suyos a partir del entusiasmo y los valores que los han animado? Entonces, ¿qué pasa con los ninis? ¿ qué los mueve o anima? ¿ Cuáles son sus valores? ¿ Son victimas de una sociedad que no los acoge? Son preguntas que todos debemos hacernos, pues preocupa que un grupo importante de connacionales no se estén desarrollando a través del estudio o del trabajo.
Hemos de preguntamos si acaso como sociedad estamos transfiriendo a las nuevas generaciones los valores que motivaron a las anteriores a superar adversidades climáticas, geológicas, económicas y politicas. ¿ No estaremos alimentando a las nuevas generaciones sólo desde el individualismo y el exitismo? Son preguntas ineludibles que como sociedad hemos de formularnos,. C Columna