Seguridad en la nieve: el trabajo clave de las Patrullas de Ski de Chile
Seguridad en la nieve: el trabajo clave de las Patrullas de Ski de Chile H ace 84 años, en 1941, cuatro amantes del deporte blanco, intererealizaron un viaje a Estados Unidos para conocer el trabajo de la sados por el cuidado de la montaña y quienes disfrutan de ella, National Ski Patrol, organización encargada de promover la seguridad y la prestación de servicios de atención de emergencia en montaña.
Fue así como Guillermo Ekdahl, Gastón Fuenzalida Bade, Jorge Vargas Cortés y Carlos Peralta Becker, se convirtieron en los primeros Patrullas de Ski de nuestro país, dando paso a una organización sin fines de lucro y autosustentada que hoy vela por el resguardo de las personas en los principales centros de alta montaña de todo Chile. “Nosotros nos ponemos a disposición de los centros y sus pisteros al 100%, acoplándonos y trabajando de la mano con los propios equipos de los centros. Eso hace que completemos lo que el centro entrega por sí mismo, al apoyar logística y socialmente a la comunidad esquiadora”, relata la presidenta del directorio, Fernanda Palacios.
Con sus parkas rojas características y posicionados al término de los andariveles, hoy son más de 200 los patrulleros voluntarios distribuidos en tres secciones a nivel nacional Volcán Villarrica, Valle Nevado y Punta Arenas que, en silencio y con precisión, vigilan las pistas durante las vacaciones de invierno, los festivos y fines de semana de la temporada, atentos para tomar sus esquíes, radios, camillas y mochilas e ir en ayuda de quienes lo necesiten. Además de intervenir en accidentes, los patrulleros también cumplen una labor fundamental en educación y prevención. “Si bien el corazón de nuestro trabajo se centra en la atención al accidentado, primeros auxilios y procedimiento de socorros, donde hay un componente fuerte de vocación de servicio, esto también es educación.
Nuestra idea es permear en las futuras generaciones con todos los conocimientos de un buen comportamiento y prevención de accidentes en la montaña, porque finalmente ellos serán los futuros esquiadores, y probablemente los futuros patrulleros”, indica la líder de la organización.
Sin ir más lejos, cada año Patrulleros de Ski de Chile abre postulaciones para que nuevos voluntarios se sumen a sus equipos, recibiendo unos 80 aspirantes al año quienes, en un entrenamiento de tres meses, deben superar diversas pruebas teóricas y prácticas para así integrarse a la institución. En tanto, quienes ya son patrulleros nivelan anualmente sus habilidades bajo los estándares de la Federación Internacional de Patrullas de Ski y basan su conocimiento y prácticas en la Canadian Ski Patrol. Mucha vocación y amor al arte: así describe Fernanda Palacios este trabajo.
La presidenta de los patrulleros, que llegó al cargo en 2023, es parte de la organización hace 23 años y asegura que su trayectoria de más de dos décadas en este grupo se explica gracias al sentido de pertenencia. “No es un trabajo fácil. Cada accidente o atención representa un desafío en sí mismo, desde un corte en un dedo hasta incidentes de riesgo vital y todos al final te hacen replantearte cosas. Eso se suma a que hay que compatibilizar el no estar por un par de días en tu casa.
Pero a pesar de todos los vaivenes personales que cada uno pueda tener, para mí es el sentido de pertenencia al equipo humano que conformamos lo que te hace no desistir, porque se trabaja con un equipo con el que al final del día todo se hace muy gratificante”, sostiene.
Los equipos desarrollan constantemente actividades para afianzar su comunidad y sentido de familia, con juegos y competencias internas, salidas de randonée, alojamiento en la montaña, bajadas de esquí nocturnas, lo que se suma a la convivencia tradicional en sus refugios, los cuales consideran como parte fundamental de sus operaciones. En esa línea, actualmente Patrulleros de Ski de Chile está desarrollando un proyecto de infraestructura para levantar refugios en todos los centros de esquí donde prestan servicios. Como parte de este plan, durante este año reconstruyeron sus refugios para las patrullas de La Parva y El Colorado, los cuales se incendiaron en 2015. “Hoy somos un actor que forma parte del inventario de la montaña y la comunidad lo agradece y lo valora.
Por ende, para nosotros es fundamental poder permear todo lo que hacemos a las generaciones más chicas y a los niños en aspectos como el buen comportamiento de esquiadores, porque ellos probablemente sean los futuros patrulleros”, finaliza la líder de la organización. MÁS QUE UN TRABAJO, UNA COMUNIDAD.
Cuando la montaña se cubre de blanco y los centros de esquí abren sus puertas, para muchos es sinónimo de diversión y deporte, en cambio, para otros, comienza una temporada de estar alertas y atentos para aquellos que necesiten ayuda y estén en peligro en las pistas. Ese es el trabajo de Patrullas de Ski de Chile. Fernanda Palacios. Fernanda Palacios.